Sophia Braun, la defensora que nació en Estados Unidos que apenas habla español y revivió a la selección argentina en el Mundial con un golazo

La sonrisa plena de Sophia Braun apenas después de anotar un golazo para Argentina ante Sudáfrica
La sonrisa plena de Sophia Braun apenas después de anotar un golazo para Argentina ante Sudáfrica - Créditos: @Alessandra Tarantino

“Amo la camiseta de Argentina. Estoy feliz de jugar acá. Escucho a la hinchada y es increíble. No querría usar otros colores”, declara Sophia Braun luego del empate frente a Sudáfrica. Lo hace con una particularidad que llama la atención de aquellos que en el Mundial de Australia y Nueva Zelanda, la vieron jugar por primera vez: declara en inglés. La jugadora nació en Estados Unidos hace 23 años y pronuncia contadas palabras en español. Su mamá, Karina, se mudó de Argentina para estudiar inglés, se enamoró, se casó y formó familia en aquel país. Hace algunos años, el entonces entrenador de la selección argentina, Carlos Borrello, la contactó para hablar de su hija con el objetivo de que jugara con la camiseta celeste y blanca.

En la remontada frente a Sudáfrica, Braun mostró su jerarquía y por qué se ganó la titularidad en la previa mundialista. Polifuncional, arrancó el partido como lateral derecha, posición que ocupó también frente a Italia. Durante el primer tiempo, mostró seguridad en una defensa argentina que hizo agua a la hora de marcar a las delanteras sudafricanas: su despliegue físico permitió cubrir ciertos errores de sus compañeras.

La imagen perfecta: el grito de gol de Braun, la pelota adentro del arco y la arquera de Sudáfrica desparramada
La imagen perfecta: el grito de gol de Braun, la pelota adentro del arco y la arquera de Sudáfrica desparramada - Créditos: @Matthew Gelhard

Ya para la segunda parte, Braun pasó al mediocampo como volante central. Portanova, en la conferencia de prensa post partido, fue claro con la decisión: “Notamos que estábamos lentos en la salida. Daiana Falfán y Lorena Benítez son dos jugadoras técnicas, de buen pie, pero lentas”. Ambas mediocampistas centrales salieron reemplazadas en el entretiempo y el técnico movió las fichas. El cambio de posición de Braun y la entrada de Romina Núñez en el medio volvieron más dinámico al equipo. Sin tanta posesión de la pelota, ni triangulaciones, Argentina se volvió un equipo con un juego más directo. Esto se vio acentuado, además, por el ingreso de Julieta Cruz y Yamila Rodríguez por la banda derecha.

A partir de ahí, la selección creció en oportunidades -aunque también sufrió los contragolpes en su propio arco-. Y cuando el partido iba 2 a 0 abajo para la albiceleste, cuando el empuje parecía no ser suficiente, apareció el empeine derecho de Braun. Tras un despeje, recibió la pelota fuera del área y dibujó una delicia al ángulo izquierdo de la arquera sudafricana. Fue el inicio de la remontada que finalizó en empate.

“En mi casa no eran futboleros, pero mi papá entrenaba a un equipo así que cuando tenía cinco años empecé a jugar y desde entonces no paré. Pasé a un equipo más competitivo, jugué torneos y hoy estoy acá”, contó hace algunos años en una entrevista con LA NACION. Cuando era chica, Braun visitó en varias oportunidades Argentina y siempre se hospedó en la casa de sus abuelos maternos. Sophie -como le dicen- nació en Beaverton, una localidad de menos de cien mil habitantes en el estado de Oregon. Por eso, cada vez que pisó Buenos Aires le atrajo la popularidad y el caos de las grandes ciudades: “Era muy divertido, íbamos a caminar y te hacía sentir muy pequeña”.

Hace tres años, debutó en la Sub 20 y, al año siguiente, lo hizo en la Mayor en el torneo She Believes Cup. Entre ambas categorías, ya jugó de 2, de 4, de 5 y de 8. Al comienzo de su carrera, cuando aún practicaba fútbol de manera amateur, Braun lucía en la espalda de su camiseta el apodo “Gamer”. El motivo: no le gustaba entrenar, pero siempre se anotaba primera a la hora de jugar.

El año pasado, tras cinco años, dejó el equipo universitario en el que jugaba en Estados Unidos. Tras recibirse en Ciencias de la Computación, se fue al León de la primera división de México para ganar roce internacional y, además, aprender español. Cuando llegó el llamado de la selección, cuenta que no dudó a la hora de tomar la decisión. En una entrevista para TN así lo hizo saber: “Mis padres estaban muy felices por mí. Me dijeron que era una oportunidad increíble. Mi mamá, sobre todo, estaba muy emocionada y viajó conmigo. Para ella y para toda mi familia en Argentina fue muy especial. Ni siquiera pensé en esperar a ver si podía jugar en la Selección de Estados Unidos. Estaba muy feliz y era un sueño que quería cumplir”.

A la hora de hablar de la Argentina, hay varias particularidades que le atraen. La cumbia y el reggaeton en las concentraciones son algunas de ellas. La otra, el modo de saludar. “Me llama la atención la forma en que se saluda, que todo el mundo se da un beso en el cachete o un abrazo”, confesó. Declarada hincha de River por herencia familiar, el día que sus abuelos maternos la llevaron a conocer el estadio Monumental aún lo tiene grabado: “Fue increíble. La cancha estaba llena, todo era una locura”.

Braun fue parte de la selección argentina que consiguió la tercera posición en la Copa América de Colombia 2022 y clasificó directamente al Mundial. Durante aquella competencia, entró en reemplazo de Aldana Cometti -baja por coronavirus- para el partido frente a Paraguay por el tercer lugar. La personalidad y la solvencia que mostró a la hora de marcar le valieron hoy la titularidad.

Sophie no habla español, pero el lenguaje no es un impedimento en este Mundial. Así lo hizo saber Portanova, post partido frente a Sudáfrica: “Ella no entiende castellano, pero el fútbol es universal y ahí entiende todo. Sophie es una jugadora muy inteligente y hoy lo demostró”.