La soledad de Salman Rushdie | Opinión

En 1981 el escritor británico-estadounidense nacido en India, Salman Rushdie, presentó la novela “Hijos de la medianoche”, en la cual desmerece a Indira Gandhi. Ella, como líder democrática evitó castigar al novelista, ni siquiera hizo prohibir el libro.

En 1988 apareció “Versos satánicos”. Los fanáticos musulmanes la consideraron blasfema, la quemaron en las calles y, lo más abominable, el caudillo religioso persa, ayatola Ruhollah Jomeini, lanzó una fatwa, condena a muerte contra Rushdie y se ofreció una millonaria recompensa para quien ejecutara el asesinato en cualquier tiempo.

Muchas editoriales se asustaron. Evadieron la publicación del “blasfemo”. Incluso una novela de aroma infantil que reseñé en mi libro: “Los 101 libros que todos podemos leer en esta vida”, tuvo dificultades para aparecer.

Salman Rushdie ha recibido solidaridad de intelectuales de todo el orbe. Diversos reconocimientos, entre otros la orden de Caballero Británico, que le otorgó la reina Isabel II de Inglaterra.

Pero ese Sir ha vivido más de tres décadas entre la oscuridad y el miedo. Protegido para que no se concrete el crimen de los islamistas. Pero su soledad ha sido muy productiva literariamente, esa es la respuesta más odiosa para sus perseguidores.

Rushdie es un narrador que rescata la magia, fantasía y diversidad etnocultural oriental. Su prosa deslumbrante, oficio de escritor, ironía refinada y erudición histórica, han hecho que lo ubiquen en el territorio literario del “realismo mágico” de los latinoamericanos. Otros piensan que él está más cerca de las “Mil y una noches” que de “Cien años de soledad”.

Salman acaba de recibir un atentado de un joven musulmán con un nombre muy apropiado a su fanatismo, Hadi Matar. Pero la agresión mayor será que, como Borges, nunca reciba el Nobel de Literatura, por la pusilanimidad de la academia sueca.

Alexis Ortiz es un escritor, periodista y político venezolano. Twitter: @alexisortizb. Email: jalexisortiz@gmail.com. http://alexisortiz.com/.