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La singular comparación del jockey Lanfranco Dettori al anunciar su retiro: “No quiero que me pase lo mismo que a Cristiano Ronaldo”

El salto icónico de Frankie Dettori, tras ganar el San Antonio Stakes (G2) este lunes en Santa Anita Park.
El salto icónico de Frankie Dettori, tras ganar el San Antonio Stakes (G2) este lunes en Santa Anita Park. - Créditos: @@A_Evers

“Miren lo que pasa con Cristiano Ronaldo. Un día estaba jugando y al otro día, en el banco. No quiero que me pase lo mismo”, contextualizó Lanfranco Dettori para explicar una decisión que venía dando vueltas en su cabeza y la dejó salir en una entrevista con el medio hípico ITV Racing. En tiempos mundialistas, el jockey italiano, una leyenda de los hipódromos, eligió para sentenciar que inició su última temporada en la profesión esa comparación con el brillante futbolista portugués, que este mes abandonó Manchester United, donde había quedado relegado, y perdió la titularidad en su seleccionado en el trascurso del Mundial Qatar 2022.

El impacto de la noticia quedó la semana anterior a la sombra de la Copa del Mundo, pero este lunes recrudeció cuando el jinete ganó tres carreras de las seis que disputó en Santa Anita Park, en California. En una jornada con 41.000 aficionados en las tribunas del escenario estadounidense, al pie del Valle de San Gabriel, a muchos se les escapó una lágrima por saber que comienzan a despedir a una celebridad que trascendió el deporte.

“Quiero ser competitivo hasta el final, para darle a los propietarios que confíen en mí lo mejor. Creo estar en el límite para ser bueno. Es un tema que hablé con mi padre, que se retiró a los 51 y me dio su apoyo, además de hacerlo con mi familia, que me ha visto poco los últimos 35 años. Creo que con los buenos caballos que tendré para montar el año próximo puede resultar una gran despedida. Ahora tengo que cruzar los dedos para mantenerme en una sola pieza”, sentenció este milanés de 1,63m y 52 años. Su padre, Gianfranco, fue jinete en Italia, y quien le regaló a los 12 años el pony con el que Lanfranco andaba todo el día.

Frankie no venció ni en una cuarta parte de las carreras que lleva obtenidas el brasileño Jorge Ricardo, el máximo triunfador de la historia mundial en el turf con poco más de 12.200 éxitos y vigente a los 61 años, convertido en una máquina de ganar. Dettori siempre apuntó a la calidad más que a la cantidad, haciendo base en países en los que se compite con menor frecuencia y, no obstante, se ha convertido en un ciudadano ilustre de las pistas mucho más allá de su carisma. Incluso, tiene su sello en el salto desde los estribos luego de la foto tras cada victoria. “Pasé algunas temporadas invernales en California durante mi adolescencia, y se lo copié al gran Ángel Cordero (h). Lo llevé a Europa y al principio no fue del agrado de los organizadores de las carreras, pero después a la gente le comenzó a gustar y lo apoyaron. Para ser sincero, el público hasta puede llegar a abuchear si no lo hago, así que me convertí en esclavo de mi manera personal de desmontar al caballo con un brinco”, le dijo tiempo atrás a CNN.

Tres veces campeón en el Reino Unido, se adjudicó gran parte de los grandes premios más trascendentes del mundo. En su tierra, Inglaterra, Irlanda, Dubai, Estados Unidos, Francia, Japón, Hong Kong, Bahrein, Alemania, Sudáfrica, Suecia, Australia, Turquía, Canadá, Singapur, Arabia Saudita, Suiza, Eslovaquia y los Emiratos Árabes, entre otros. Además, desde 1996 tiene un récord en Ascot, el hipódromo en el que la fallecida Reina Isabel se ponía de pie para aplaudirlo y no paraba de sonreír al cruzárselo en el camino, aunque le ganara a sus propios caballos. El 28 de septiembre de ese año logró lo que parecía imposible: sus montados cruzaron primeros en las siete competencias que se disputaron. No sucedió ni antes ni después eso allí. En la Argentina hay una hazaña mayor: el 15 de diciembre de 1957, curiosamente trece años exactos antes de que nazca Dettori, el azuleño Ángel Oscar Barattucci logró la victoria en los ocho cotejos del hipódromo Independencia, de Rosario. Son registros del Libro Guiness.

“Ahora estaré 10 semanas compitiendo en California, para luego emprender viaje hacia Arabia Saudita y Dubai. Más tarde, comenzaré mi temporada en Gran Bretaña, donde me manejaré como siempre. Por supuesto, serán mis últimas Guineas, mi último Derby, y me despediré de Europa en el Champions Day. El final será en la Breeders’ Cup de Santa Anita”, describió, marcando inicialmente como despedida el primer fin de semana de noviembre en el mismo hipódromo donde este lunes obtuvo, entre otras conquistas, el San Antonio Stakes (G2), por varios cuerpos con Country Grammer.

El San Antonio Stakes, en Santa Anita Park

En esa agenda cargada sería un golazo si tuviera la tentación de volver a la Argentina, donde paradójicamente no pudo adueñarse ni de un triunfo en 2008, cuando montó en cinco carreras de Palermo. Al día siguiente fue a la Bombonera y quedó maravillado, sobre todo, por el espectáculo de las tribunas.

“El próximo año será el último como jinete profesional. Mi corazón quiere seguir montando, pero tengo que usar el cerebro. Quiero irme en la cima, lo más arriba que pueda hacerlo. Sé que no será fácil, pero creo que es el momento ideal para eso”, confesó quien en su vida también le ganó a situaciones límites. Una, el 1 de junio de 2000, cuando sobrevivió a un accidente aéreo. El avión Piper Seneca que aceleraba por el césped en una zona de despegue habitual en el hipódromo de Newmarket y viajaría hasta Sussex en un puñado de minutos, como decenas de veces antes, culminó el traslado en sólo segundos. Mientras carreteaba ganando velocidad, una hélice golpeó el suelo, la nave se sacudió inusualmente, giró hacia la derecha, se clavó en el piso, dio una vuelta completa y estalló en llamas, según recreó el informe de la Subdivisión de Investigaciones de Accidentes Aéreos británica.

Su colega Ray Cochrane pudo arrastrarlo fuera del avión y llevarlo a un lugar seguro antes de que la nave explotara. A Frankie le quedó grabada la imagen de su amigo tirando de la campera del piloto Patrick Mackey para intentar sacarlo de entre las llamas mientras lloraba porque no podía salvarlo. “Tuve la suerte de que él me sacara a mi primero. Si no hubiese sido así, sin dudas estaría muerto”, recordó más de una vez. La puerta trasera fue el escape hacia la vida, pese a unas fracturas en un tobillo y una mano. Pasó algunas semanas en el Hospital de Addenbrooke antes de tener el alta y cinco meses después, su salvador abandonó la profesión por los intensos dolores en la columna y se convirtió en su manager por casi 20 años, hasta mayo de 2020.

Su brillo se opacó en 2012. Quedó en medio de una pesadilla. Fue suspendido por seis meses por haber dado positivo de cocaína en un control antidoping en el hipódromo francés de Longchamp. El excéntrico jinete quedó derrumbado. De ser el tercer deportista mejor pago de Gran Bretaña, detrás de los futbolistas David Beckham y Michael Owen, pasó a formar parte del elenco de Gran Hermano Vip, como si fuera un jinete retirado. “Estaba viendo la televisión cuando se anunció mi sanción. En Sky News fue la noticia principal. En segundo lugar anunciaron que Obama había sido reelecto como presidente de Estados Unidos. Y luego hablaron de la guerra en Siria. Yo pensé que el mundo se había vuelto loco. No estaba orgulloso de mí, había estado en una depresión que me llevó a las drogas, pero no maté a nadie”, rememoró tiempo atrás. El jeque y primer ministro dubaití, que lo tenía contratado hacía 18 años y con el que habían vencido en casi 100 grandes premios, rompió el vínculo firmado, por seis millones de euros.

Frankie Dettori, al ingresar a Big Brother 2013
Frankie Dettori, al ingresar a "Big Brother Vip" en 2013 - Créditos: @ITV

Su regreso a la actividad fue en junio de 2013. Fue duro. Ganaba poco, lo miraban de reojo y su mujer, Catherine, y su amigo Cochrane lo convencieron de no bajar los brazos cuando evaluó el retiro. Otro jeque, Al Thani, un propietario nuevo con pocos caballos y una organización perfecta, se cruzó en su vida. “Le pedí un año de contrato, pero me dijo que no porque me tenían mucha fe. Y me ofreció uno por tres años”, rememora, con la sonrisa mágica de (casi) siempre. Al año siguiente, recibió el llamado de John Gosden, un entrenador con el que había trabajado tiempo atrás y era más buscado que lo que pueden ser Pep Guardiola o Jurgen Klopp en el fútbol. “Hemos tenido desde 2015 el más impresionante e increíble vínculo, disfrutando de un montón de grandes caballos. También creo que un gran jockey debe saber cuándo es el momento de colgar las botas. Vemos a menudo como futbolistas o boxeadores tratan de permanecer más de lo que el cuerpo se los permite, pero debemos pensar que haber llegado a los 52 años corriendo en el máximo nivel ya es extraordinario”, sostiene Gosden.

Ahora sí llega el tiempo del retiro. Hincha del Arsenal inglés y con cinco hijos, algunos de ellos buscando seguir sus pasos en el deporte hípico, el histriónico italiano cuya vida fue recreada en dos documentales tiene el desafío de mantener encandilada su estrella por once meses más.