Sergio Rondina dejó de ser el entrenador de Colón, donde dirigió apenas un mes

Rondina estuvo apenas un mes al frente de Colón
Rondina estuvo apenas un mes al frente de Colón

SANTA FE.- Colón viene en caída libre. Y ojalá para sus pretensiones, haya tocado fondo ayer, cuando el equipo sabalero fue vapuleado en Santiago del Estero por Central Córdoba, que lo derrotó por 3 a 0. El primer dato es revelador de su momento futbolístico: en 2022, entre el torneo de la Liga y las copas (Argentina y Libertadores), Colón jugó 37 encuentros. Y solo ganó 9.

Como es costumbre en el fútbol, el primer fusible que salta es el técnico. Y luego de una larga reunión se decidió prescindir de Sergio Rondina, que estuvo poco más de un mes al frente del equipo y apenas dirigió 7 partidos, de los cuales ganó 1, empató 4 y perdió 2 .

Pero si solo se pensara que el técnico es el responsable del momento que vive el rojinegro, se volvería a esconder la basura debajo de la alfombra. Después de obtener su primera estrella en el fútbol argentino, en aquella final frente a Racing (3-0) en San Juan, el 4 de junio de 2021, y la salida de Eduardo Domínguez, el técnico campeón, todo lo que vino después quedó registrado con signo negativo.

Falcioni, que llegó para la temporada 2022, dirigió 30 partidos, con 8 victorias, 12 empates y 10 derrotas, lo que significó apenas un 40% de efectividad. La eliminación en octavos de final de Copa Libertadores a manos de Talleres le costó a Falcioni el puesto. El experimentado entrenador nunca logró encontrar la mejor versión de los sabaleros. El equipo jugaba decididamente mal.

“Deberían volver los torneos cortos, ahí con Arsenal tendríamos más chances de ser campeón”, dice Rondina
Rondina dirigió 7 partidos a Colón y solo ganó uno - Créditos: @Fabián Marelli

El “Huevo” Rondina renunció a Central Córdoba de Santiago del Estero el 4 de julio, luego de la derrota por 2 a 1 ante Argentinos Juniors. Al mando del “Ferroviario”, dirigió 36 partidos, el técnico sumó 10 triunfos, 11 empates y 15 derrotas. Diez días después ya se colocaba el buzo sabalero para dirigir, el 16 de julio, al equipo que se enfrentó con Gimnasia en La Plata.

Con lo sucedido, la dirigencia, encabezada por José Vignatti, también se debe una autocrítica. La misma que deberá realizar el responsable de la asesoría técnica, el extécnico Mario Sciaqua, cuya continuidad también está en duda.

En un mes de trabajo, bajo la conducción de Rondina, Colón jugó 7 partidos. Le ganó solo a Sarmiento en Junín, empató con Gimnasia, Aldosivi, Newell’s y Arsenal y perdió con Independiente y Central Córdoba. Apenas el 33% de efectividad. Lo que ayer sucedió en el “Madre de Ciudades” colmó toda la paciencia del mundo sabalero. Y aparecieron las primeras figuras apuntadas. En primer lugar, los que resolvieron por los técnicos (Falcioni y Rondina) que terminaron envueltos en la maraña de lo que Colón no pudo sostener en la etapa post título de un año atrás. Domínguez entendió que estaba concluido su ciclo y advirtió que lo que vendría ya no sería lo mismo. Del plantel campeón se fueron sus principales figuras: de ese medio campo conocido (Bernardi, Lértora y Aliendro) solo se quedó el primero, lógicamente a cambio de una excelente remuneración. Lértora terminó en el Xolos de Tijuana (México) y Aliendro en River. También se fue Burián, el arquero que es suplente en Vélez. Y cuando estaba apareciendo Beltrán, el delantero regresó a River seis meses antes de lo previsto.

Wanchope Ábila, en el único partido que Colón ganó en el corto ciclo Rondina: ante Sarmiento, en Junín
Wanchope Ábila, en el único partido que Colón ganó en el corto ciclo Rondina: ante Sarmiento, en Junín

El atractivo de jugar la Copa Libertadores terminó convenciendo a Wanchope Abila, que se fue de Boca después de un conflicto con el Consejo de Fútbol xeneize. Y a mitad de año aparecieron Augusto Schott, Juan Pablo Álvarez, Julián Chicco, Leonel Picco, el paraguayo Mario Otazú y el colombiano Baldomero Perlaza. Todos tuvieron minutos de juego, pero sin convencer ni al técnico ni a los simpatizantes.

Pero la caída futbolística tiene otros dos claros ejemplos: Pulga Rodríguez y Facundo Farías. El tucumano jugó poco (dos lesiones consecutivas), pero cuando lo hizo no tuvo la preponderancia que lo hizo figura el año pasado antes de irse a Gimnasia. Farías es hoy la “joya” que perdió brillo. Muy lejos del nivel que lo hizo estar en las carpetas de varios clubes de la Argentina y del exterior, hoy Farías se siente incómodo en el equipo y su cotización cae en picada. Se dijo que hubo un acuerdo para transferirlo a un grupo inversor, pero esa operación difícilmente se confirme, al menos en los próximos meses antes del Mundial.

Colón parece en la cancha un juego donde las fichas no se corresponden unas a otras. Por ahora, todos los objetivos que había para el año quedaron sepultados. Deberá pensar en sumar para alejarse de las complicaciones que supone aproximarse a la zona del descenso.

Mientras se decide el próximo entrenador, quedará a cargo Chupete Marini, que ya dirigió a estos mismos jugadores (y ganó su cotejo ante Vélez 2-1), entre la salida de Julio César Falcioni y la llegada de Rondina. Marini fue un volante ofensivo que marcó un gol decisivo para que el sabalero regresara a primera división en 1995, cuando en Tucumán derrotó a San Martín 1 a 0. Ese equipo, que dirigía Nelson Chabay ascendió tras ganar la revancha en Santa Fe por 3 a 1. Marini, actual entrenador de la reserva sabalera, dirigirá al equipo el próximo sábado, en el Cementerio de los elefantes, frente a Tigre, a partir de las 18.