‘Maravilla’ Martínez miró a los ojos a la muerte hace 8 años y le dijo que iba a seguir boxeando

Professional Boxer Sergio Maravilla Martinez presents the Brooklyn Fitboxing Project in Madrid, Spain. November 12, 2018 (Photo by Oscar Gonzalez/NurPhoto via Getty Images)

“Eran las doce del mediodía del 2 de enero de 2013 y el cirujano me dijo, ‘Sergio, tengo que operarte ahora mismo porque si no, a las 17 horas a más tardar, tengo que amputarte la pierna, ya que entre las doce de la noche y las doce del mediodía de mañana te vas a morir’. No me operé, no me amputaron la pierna y creo que no me morí”. Más de ocho años después, Sergio ‘Maravilla’ Martínez (1975, Buenos Aires) vuelve a subirse al ring con 46 primaveras a sus espaldas, pero con la ilusión de un chaval. Se enfrentará a Brian Rose el 25 de octubre, aunque se supone que hace mucho que debería haber colgado los guantes. Por el bien del boxeo, no lo hizo.

Será el tercer combate del argentino desde que regresase a los cuadriláteros allá por 2014, cuando Miguel Cotto le derrotó en el mítico Madison Square Garden. Seis años después, en 2020, ‘Maravilla’ se desquitó ganando a José Miguel Fandiño y ahora, con un récord de 53-3-2 quiere dejar claro que cuando habla de pelear por un título mundial no va en broma. Así se lo contó a Yahoo Deportes en una entrevista en la que habló sin ningún tipo de tapujos sobre todo lo que ha tenido que pasar para llegar hasta aquí. “Tuve que pasar por mucho, usar morfina para calmar unos dolores extremadamente intensos y tener que dejarla porque me estaba destruyendo por dentro. Después comencé con corticoides, que me hicieron peor que la morfina”, nos confiesa Sergio Martínez. “Dejé todo eso y pasé por unas aguas termales que me quitaron el dolor porque mataron dos bacterias que tenía en la rodilla y ni los médicos ni yo lo sabíamos”.

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Muchos, después de superar tantos obstáculos, se tomarían a broma volver a boxear. Sin embargo, entre jaja y jiji, ‘Maravilla’ comenzó a coquetear con subirse nuevamente al ring. “Cuando se calmó el dolor empecé como en broma a decir que regresaba. La broma, media hora después, se transformó en algo serio. Una semana más tarde ya estaba entrenando y tenía la clarísima idea de volver a combatir”. Un púgil con una carrera de leyenda y títulos mundiales en varias categorías de peso que se negaba a retirarse. Y todo por cabezonería, por un “desafío personal”, como él mismo admite. Pero también por una mentalidad ganadora que apunta a volver a optar a un cinturón. “Quiero ganar, ganar y ganar, y después, como diría Luis Aragonés, volver a ganar. Quien dice Ryota Murata también dice Gennady Golovkin o Chris Eubank Jr. Los tres tienen la posibilidad de machacarme… y yo a ellos”. La mirada de Sergio Martínez, cuando pronuncia esas palabras, no miente.

Sin doble cara, sin personajes forzados para vender una pelea, sin pretender ser más de lo que realmente es. ‘Maravilla’ no se esconde, pero además no engaña a nadie, incluido él mismo. “Lo doy absolutamente todo en el ring y la gente valora mucho la entrega. Pero cuando me quito los guantes soy un tipo tan corriente y común como cualquiera. Me levanto con los mismos dolores de cintura que podrías tener vos, tu vecino, tu padre o tu primo. Me pasan los mismos dramas que le pueden pasar a cualquiera. Nunca he pensado que haya que crear un personaje y eso me ha venido bien para saber que siempre estoy pisando la tierra”.

Y es que fue cuando afianzó bien los pies en el suelo cuando se dio cuenta de que había estado caminando por senderos equivocados. “Mi objetivo es encontrar el equilibrio que me da el poder elegir mi camino y, sobre todo, con quién lo hago. Al principio de mi carrera quería ser campeón y eso era lo más importante. Mis primeros 14 o 15 años de boxeo viví pensando sólo en ese día y me perdí todo ese tiempo. Después necesité unos años más para madurar como hombre”. Un hombre que hoy en día tiene la confianza por las nubes, porque, como él mismo declara, “una persona sin confianza no sirve en nada en la vida. Un tipo con entusiasmo y con ganas tiene mucho peligro”.

Una historia con un pasado glorioso convertido en drama y un presente ilusionante. De nada sirven los títulos ganados años atrás (“Los cinturones los tengo amontonados en una mesita tomando polvo. No les presto la atención que se merecen”) pero la posibilidad de ganar alguno nuevo mantiene viva la ilusión de un Sergio ‘Maravilla’ Martínez que tuvo un careo con la muerte y decidió que no tenía miedo.

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