Serena Williams: las dos explosiones de furia que marcaron su brillante carrera en el tenis

Serena Williams discute con el juez Carlos Ramos durante la final contra Naomi Osaka en 2018
Serena Williams discute con el juez Carlos Ramos durante la final contra Naomi Osaka en 2018 - Créditos: @Mike Stobe

Genial, única y controvertida. Gran campeona y, al mismo tiempo, con una relación con los modales siempre al límite. Probablemente, la más grande de todos los tiempos y, al mismo tiempo, dueña de escándalos que sacudieron el mundo del tenis. Serena Williams, una de las tenistas más trascendentes de todos los tiempos, cumplirá 41 años el próximo 26 de septiembre. Pero ya comenzó a despedirse del circuito y el US Open sería su última función. Este martes comunicó que “La cuenta regresiva ha comenzado” y confesó que desea ser madre nuevamente.

Sus apariciones oficiales en los courts fueron, durante los últimos tiempos, en cuentagotas. La participación en Wimbledon, el 28 de junio pasado (caída en la primera ronda ante la francesa Harmony Tan), fue su primera actuación en una temporada. Cada presentación encierra una historia particular y termina representando un verdadero deleite para los fanáticos de la exnúmero 1.

El WTA 1000 canadiense, en Toronto, es el escenario de uno de los últimos desafíos para la ganadora de 23 trofeos individuales de Grand Slam. Tras su paso por el All England, la menor de las hermanas Williams -hoy sin ranking- derrotó a la española Nuria Parrizas Díaz (57°) por 6-3 y 6-4, en la que fue su primera victoria en el cuadro individual de un certamen desde Roland Garros 2021 (el 4 de junio de 2021, ante su compatriota Danielle Collins, por la tercera rueda del Major francés).

Pocas horas después de su victoria en Toronto, una publicación en su cuenta oficial de Instagram sacudió el mundo de las raquetas. Allí, Serena anunció que en breve llegará el final de su cinematográfica vida deportiva. Las próximas semanas serán las últimas (probablemente, en el US Open), ya que quiere darle lugar a la “Serena madre”. Su hija Olympia, de cuatro años, la observó desde la tribuna en el match con Parrizas Díaz. Flushing Meadows, el Grand Slam neoyorquino que conquistó seis veces (la última vez, en 2014), comenzará el 29 de este mes.

“La despedida de Serena. ‘Soy terrible para las despedidas’”, se lee en la portada de septiembre de la revista Vogue. Y va más allá: “Nunca me ha gustado la palabra retiro (...) Quizás la mejor palabra para describir lo que estoy haciendo es evolución. Estoy aquí para decirles que me estoy alejando del tenis, hacia otras cosas que son importantes para mí”.

Justamente allí, en el cemento de la Gran Manzana, Serena ofreció lo mejor de su repertorio (potencia, velocidad, mente de acero) y, al mismo tiempo, dosis de su fuerte personalidad. Hubo dos episodios, sobre todo, que marcaron parte de su carrera.

Serena Williams, siempre al límite
Serena Williams, siempre al límite - Créditos: @GLYN KIRK

En 2018. La estadounidense, que perdió por 6-2 y 6-4 la final contra la japonesa Noami Osaka, estuvo a punto de ser descalificada, después de recibir un primer warning (advertencia) por coaching (recibir consejos de su entrenador), una segunda por romper una raqueta y la tercera por decirle “mentiroso” y “ladrón” al juez de silla portugués Carlos Ramos.

El umpire sancionó primero a Serena al advertir que el coach de Serena, el francés Patrick Mouratoglou, le hacía señales con las manos, por lo que esa parte de la multa fue de 4.000 dólares. A ello se le sumó un adicional de US$ 3.000 por hacer añicos la raqueta después de perder el quinto game del segundo set, lo que también derivó en la pérdida de un punto.

Serena perdió la compostura durante ese descanso y se trenzó en un duelo verbal con Ramos, al que le recriminó: “Atacás mi personalidad, eso está mal. Me debes una disculpa. Eres un mentiroso y un ladrón, me has robado un punto”. Y enseguida insistió: “Nunca más vas a volver a arbitrar mis partidos. Jamás”. Ramos anunció en ese momento una nueva sanción por “abuso verbal” de la jugadora; como corresponde con el reglamento, la pena significaba que también perdiera un game, por lo que pasó de estar 3-4 a 3-5. Por esa acción, Serena recibió una multa de 10.000 dólares al violar el código de conducta, cifra que sumada a los castigos por coaching y rotura de raqueta derivó en los US$ 17.000 de penalidad.

Lejos de arrepentirse, en la rueda de prensa posterior a la final, Serena acusó a Ramos de tomar una posición “sexista”, al afirmar: “Yo vi partido de hombres en los que les decían muchas cosas a los jueces de silla. Estoy aquí luchando por los derechos de la mujer, por la igualdad de la mujer. Siento que ser penalizada con la pérdida de un game ha sido una decisión sexista de su parte”. Los incidentes en la final derivaron en una lamentable entrega de premios, en la que Ramos no pudo recibir la medalla habitual que se les entrega a los jueces de silla de la final. Del mismo modo, Osaka casi que tuvo que pedir disculpas por ser campeona frente a Serena, ante el abucheo de miles de espectadores en el Arthur Ashe, y no pudo disfrutar de la alegría de obtener su primer título de Grand Slam.

Serena Williams molesta, hablando con el juez de línea (L-R), la supervisora ​​de Grand Slam Donna Kelso y el árbitro principal Brian Earley, durante las semifinales contra Kim Clijsters
Serena Williams molesta, hablando con el juez de línea (L-R), la supervisora ​​de Grand Slam Donna Kelso y el árbitro principal Brian Earley, durante las semifinales contra Kim Clijsters - Créditos: @Simon Bruty

El escándalo que protagonizó en la final femenina del US Open no derivó en un fuerte castigo. Por un lado, la exnúmero 1 del mundo fue multada con 17.000 dólares por su comportamiento; menos que un vuelto, si se tiene en cuenta que su premio como finalista fue de US$ 1.850.000.

En el US Open 2009, Williams perdió con escándalo la semifinal contra Kim Clijsters. La belga disputaba sus primeros torneos tras dos años fuera del tour por maternidad, y vencía a la menor de las Williams por 6-4 y 6-5, cuando Serena cometió un foot-fault que derivó en doble falta (15-40); no tuvo mejor idea que amenazar a la jueza de línea que le cobró la falta. La oficial se dirigió a la umpire y denunció lo sucedido. Tras el ingreso del supervisor del torneo, a las autoridades del torneo no les quedó más remedio que aplicar la sanción por abuso verbal para Serena, que así perdió el punto y el partido. En la final, Clijsters superó a Caroline Wozniacki.

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