‘Sentí que el cerebro se me bajó a los dedos’. Cómo detectar enfermedad que afecta a trabajadores

El síndrome del desgaste laboral es un secreto a voces, algunos saben que lo padecen, a otros les da vergüenza reconocerlo, y es fácil confundirlo con el estrés laboral.

Estas palabras son de María Méndez, una ejecutiva dominicana de la industria del turismo que se pasó 17 años sin tomar vacaciones, que no se separaba de su laptop y su teléfono las 24 horas, los siete días de la semana, y que contestaba emails en la madrugada.

“¿Cómo te das cuenta que padeces el burnout?”, dice Méndez, “cuando no tienes resistencia ni control de tus emociones y no sabes cuándo vas a explotar”.

Méndez es presidenta y fundadora de Vacation Is a Human Right Foundation (VIAHR), que organiza el primer Congreso Iberoamericano contra el Burnout, el cual tendrá como ponentes e invitados a 500 dueños de empresas, altos ejecutivos, psicólogos, médicos, consejeros y coaches de vida, del 29 de junio al 2 de julio, en La Romana, República Dominicana.

“El burnout es un estado de agotamiento emocional, físico y mental causado por un estrés excesivo y prolongado”, escribió Méndez en la presentación del Congreso a los medios. Ocurre cuando las personas se sienten abrumadas, agotadas emocionalmente e incapaces de satisfacer las demandas constantes. Estos problemas, por supuesto, también reducen la productividad de las personas.

Afecta al 10 por ciento de los trabajadores y, en sus formas más graves, a entre el 2 y el 5 por ciento, según la Organización Mundial de la Salud.

Méndez rememora que llegó a inventar todo tipo de excusas para no tomar vacaciones.

“Pensaba que si me iba de vacaciones no iba a poder pagar los bills, sin embargo, después de pagar las cuentas me sobraba dinero. Pero seguía sin irme de vacaciones”, reconoce.

“Con este dinero tengo que pagar la escuela de los niños, si lo gasto vamos a tener problemas para pagarla”, añade sobre la manera en que su mente justificaba la decisión de no tomar vacaciones, aunque tenía los recursos.

El miedo, sobre todo el miedo de perder clientes, la paralizaba, recuerda. “Temía que se fueran con otra compañía, si me buscaban y no me encontraban”.

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El burnout o desgaste profesional es una enfermedad

Méndez supo que estaba “quemada” cuando en una reunión con su equipo le hicieron una pregunta y no pudo responderla. Era algo muy sencillo, pero ella, una líder preparada y experimentada, no podía decirlo sin mirar a su computadora.

“Sentí que el cerebro se me bajó a los dedos. No podía contestar nada sin tocar el teclado”, dijo Méndez, que comenzó a buscar ayuda pensando que era un “quemado” normal, pero era un profundo agotamiento que la llevó a sentir que todos hablaban de ella a sus espaldas.

En enero, la Organización Mundial de la Salud, a través de su Clasificación Internacional de Enfermedades, estableció que el síndrome de desgaste profesional es un problema relacionado con el trabajo. Esto significa una primera batalla ganada, desde el punto de vista formal: la OMS reconoce así, oficialmente, que el burnout es una enfermedad, con todas sus consecuencias, escribió Méndez en una de sus presentaciones para llamar la atención sobre el tema.

Síntomas del síndrome de desgaste laboral

“Está quemado, explotó como una cafetera o se le fue la olla”, son frases del argot popular que indican que la salud mental está fallando. Y todas encierran una imagen muy valiosa: nuestra cabeza arde, nuestros pensamientos nos consumen.

“Lloraba por cualquier cosa, me irritaba, me hacían una pregunta y me insultaba”, dice Méndez, que cuando se vio así supo que tenía que buscar ayuda profesional.

La empresaria y ejecutiva dominicana María Méndez, presidenta y fundadora de Vacation Is a Human Right Foundation (VIAHR), quien sufrió en carne propia el desgaste laboral o burnout por estar 17 años sin tomar vacaciones. Hoy alerta sobre este síndrome y organiza el primer Congreso Iberoamericano contra el Burnout.
La empresaria y ejecutiva dominicana María Méndez, presidenta y fundadora de Vacation Is a Human Right Foundation (VIAHR), quien sufrió en carne propia el desgaste laboral o burnout por estar 17 años sin tomar vacaciones. Hoy alerta sobre este síndrome y organiza el primer Congreso Iberoamericano contra el Burnout.

Hoy ha recuperado su estabilidad emocional en un 90 por ciento, y como sabe que lo que vivió es una experiencia común a muchos inmigrantes, la ejecutiva, establecida en Nueva York, está comprometida a ser “la voz de las personas que, por miedo o vergüenza, no dicen que están quemados y que necesitan recargarse”.

“Los inmigrantes venimos con un sueño, queremos lograrlo a costa de lo que sea, y estamos dispuestos a pagar precios que no son negociables, como nuestra salud mental”, alerta.

Detectar el desgaste laboral o burnout no es fácil porque muchas personas llegan a la consulta de los médicos con ansiedad o depresión, y quienes lo padecen no se dan cuenta que estos síntomas están relacionados con el trabajo, dicen los expertos.

Por su parte, la Organización Mundial de la Salud reconoce tres signos fundamentales de burnout: sensación de cansancio o agotamiento de la energía; aumento del desapego mental hacia el trabajo o negativismo o cinismo relacionado con el trabajo y reducción de la eficacia profesional.

También pueden padecer fatiga, insomnio, padecimientos cardíacos, presión arterial alta, diabetes tipo 2, vulnerabilidad a las enfermedades y consumir alcohol y drogas, según la Clínica Mayo.

Cómo prevenir y combatir el burnout

Méndez siguió trabajando en la industria del turismo, pero cambió su estrategia. “Lo que antes hacía con mucha pasión, ahora lo complemento con mucha conciencia”, dice.

Aprendió a delegar en su equipo de trabajo y es más consciente de hacer pausas. Puede dedicar unos minutos a respirar y mirar las cosas desde otra perspectiva.

“Lo primero que hago al levantarme es la lista de todo ‘lo que no voy a hacer’. Eso me da espacio para encontrar soluciones”, afirma.

Como empleado hay que saber poner límites, pedir ayuda, indica Méndez, reconociendo que las mujeres resultan muy afectadas por el desgaste profesional porque enfrentan además responsabilidades fuera del trabajo, como madre, como cuidadora de sus padres.

El empresario, periodista y emprendedor social Ismael Cala, uno de los participantes en el Congreso Iberoamericano contra el Burnout, hace hincapié en “la pausa necesaria”.

“Como sociedad, también debemos reevaluar nuestros valores y prioridades. ¿Realmente necesitamos estar constantemente conectados y disponibles las 24 horas del día? ¿Qué tan importante es el éxito material frente a nuestra salud y bienestar?”, escribió Cala en una columna para el Nuevo Herald.

El desgaste profesional o burnout afecta a dos de cada 10 empleados a nivel global y es reconocido por la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad relacionada con el trabajo. Se manifiesta con agotamiento, padecimientos cardíacos, diabetes 2, ira y depresión, entre otros.
El desgaste profesional o burnout afecta a dos de cada 10 empleados a nivel global y es reconocido por la Organización Mundial de la Salud como una enfermedad relacionada con el trabajo. Se manifiesta con agotamiento, padecimientos cardíacos, diabetes 2, ira y depresión, entre otros.

El doctor Mario J. Paredes, director ejecutivo de SOMOS Community Care, que patrocina el Congreso, resaltó la importancia de añadir al descanso personal, tiempo y espacio de recreación.

“Esto genera entornos más humanizados y mejora la productividad y rentabilidad de cualquier empresa”, dijo Paredes.

Méndez señaló que entre los invitados al Congreso hay líderes de Recursos Humanos y que el objetivo es trabajar con las empresas.

“No estamos tratando de darles un dolor de cabeza, sino de ser sus aliados. Un empleado descansado representa una empresa exitosa”, concluyó.

Primer Congreso Iberoamericano contra el Burnout, del 29 de junio al 2 de julio, en Casa de Campo, La Romana, República Dominicana.

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