Selección argentina en el Mundial 2022: el nuevo Messi por goteo y la necesidad de reverdecer a la selección

Lionel Messi, en el entrenamiento del seleccionado argentino, en la Universidad de Doha
Lionel Messi, en el entrenamiento del seleccionado argentino, en la Universidad de Doha - Créditos: @Aníbal Greco

DOHA (De un enviado especial).- Millones y millones de kilómetros de mangueras hay en Qatar. La mayoría de las veces, no se las ven. Pero están ahí. Si uno se acerca y mira bien, las encontrará: en los canteros, en los extensos boulevard, a la vera de las modernas autopistas, en las veredas, en los alrededores de los lujosos estadios e impactantes edificios.

Es la forma en la que una ciudad sin agua potable ni lluvias consigue mantener sectores verdes por todos lados. Desalinización y riego por goteo. Así crecen esas palmeras, así se mantiene el césped, en contra de lo que indica la naturaleza. Es un método antiguo y perfectamente adaptado a las necesidades de un país en medio del desierto.

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Pero nada tiene que ver esto con la selección argentina, deshidratada en estos momentos cruciales por la derrota histórica que sufrió ante Arabia Saudita. Y mientras se espera el duelo con México, el sábado próximo, a las 16 horas de nuestro país, la marea de opiniones se agita en los extremos. En la Argentina, y en los comentarios de los hinchas que rondan nerviosos por las calles de Doha.

Messi en la entrada en calor del partido ante Arabia Saudita en el estadio Lusail
Messi en la entrada en calor del partido ante Arabia Saudita en el estadio Lusail - Créditos: @Aníbal Greco

Lionel Messi, que supo conocer el infierno de la selección, había obtenido pasaje al cielo. Pero ese segundo tiempo contra los sauditas amenaza con enviarlo del regreso al purgatorio. Otra vez se escuchan por lo bajo las ideas de una carrera que va a contramano con los Mundiales (aunque llegó a una final). Antes se decía que iba a contramano con la selección, pero al ganar el título de la Copa América, aquellos que no están convencidos del real valor de su servicio a la selección (al parecer es posible, todavía quedan), readecuaron la sentencia.

Entre su actuación en la Copa América 2021 y el fantástico estado de forma demostrado en el arranque de su segunda temporada con PSG, las acciones de Messi ascendieron y llevaron a los especialistas a considerar que ésta era su mejor versión . Suena exitista…

Hace varios años que el mundo futbolístico aceptó el nuevo “Messi por goteo” . Ya no es el jovencito que pedía todas, que encaraba siempre. El que llevaba peligro cada vez que recibía el balón.

En la Universidad de Qatar, el equipo argentino intenta recuperar el ánimo para volver a meterse en un Mundial que lo tiene al borde del abismo
En la Universidad de Qatar, el equipo argentino intenta recuperar el ánimo para volver a meterse en un Mundial que lo tiene al borde del abismo - Créditos: @Aníbal Greco

El crack rosarino tiene 35 años y su reacción física no es la misma. Nadie mejora con el paso del tiempo. Pero él es diferente. Y disimula sus cada vez más intermitentes apariciones en cada partido. Si toca la pelota seis veces en un PSG-Auxerre, termina con un gol y dos asistencias, el protagonismo parecerá mayor. Si lo hace en un partido en el que la Argentina pierde por 2 a 1 con Arabia Saudita, con un equipo que no tiene un buen día –igual que él-, más expuesta quedará su situación real.

Messi, con su talento, sigue siendo uno de los mejores futbolistas del mundo. Pero seguro que no es esta su mejor versión. Y que tampoco lo fue la de la Copa América 2021.

El Messi por goteo no tiene la pelota tanto como antes. Sus compañeros ya no necesitan buscarlo en todos los avances. Sus apariciones son esporádicas, espaciadas. Pero lo suficientemente valiosas como para darle color a cualquier equipo. Hasta si no se lo ve, está llevándose una marca, reservando energías para dar algún zarpazo en el momento justo.

Cuti Romero y Lionel Messi
Cuti Romero y Lionel Messi - Créditos: @Aníbal Greco

De opinar se trata. Si pudieran juntarse mágicamente los distintos “Messis”, como lo concretó una ingeniosa publicidad, podrían tomarse algunos considerandos dentro de razonamientos que intentan ser lógicos (en un deporte que muchas veces no tiene lógica):

  • a) El Messi actual es superior al de la temporada pasada, el que cambió de Barcelona a PSG, tuvo lesiones, Covid, readaptación a nueva ciudad, equipo y esquema.

  • b) El Messi actual es similar al de sus últimas tres temporadas en Barcelona.

  • c) El Messi actual no es superior a ninguno de los “Messis” observados entre 2009 y 2017, su época más brillante.

  • d) Ninguno de todos los Messi es superior al de 2012, cuando dominó el mundo como nadie antes lo había hecho antes en la historia del fútbol.

  • e) Finalmente, el Messi de hoy es superior al de los inicios, entre 2005 y 2008, cuando pese a su velocidad y capacidad goleadora, aún no tenía la lectura del juego que adquirió con el tiempo.

Hay otro criterio a considerar. El de la felicidad. En ese aspecto, él mismo acaba de decir en su primera expresión pública en Qatar que nunca había disfrutado tanto como ahora. Seguro que ya no siente lo mismo después del ramalazo del debut.

Pero no está de más pensar en el asunto un poco más. ¿Puede tanto clima de diversión haber restado espíritu competitivo, haberlos desenfocado del objetivo? En el caso de Messi es difícil creerlo. Su obsesiva pulsión goleadora, suele tenerlo siempre atento. Tal vez, sí podría ser algo a considerar con jugadores más jóvenes o con menos experiencia.

Lionel Messi en acción en el partido ante Arabia Saudita
Lionel Messi en acción en el partido ante Arabia Saudita - Créditos: @Julian Finney

Messi -junto con Lautaro Martínez- el jugador que mejor llegó a esta Copa del Mundo. Aunque ya no gambetee como antes. No tenga la velocidad para dejar atrás a los defensores sin necesidades de fintas. El tiempo es impiadoso incluso para Messi, pero él se sostiene en un nivel impensado. Desde hace 17 años.

La realidad en la que se encuentra la selección lleva a reevaluar todo. Sin embargo se llegó hasta aquí con la seguridad de que el éxito se debía a que el grupo había superado la messi-dependencia. Que el todo era superior a la jerarquía individual. La hidratación debe provenir de múltiples vertientes, no de una sola. Hacen falta más fuentes.

Es posible que ya sea hora de dejar de pensar que los compañeros le deben algo a Messi. Algunos llegaron a decir que el fútbol le debía a Messi un Mundial. También hay quienes expresan que Messi le debe una Copa del Mundo a la selección. O que se la debe a sí mismo. Pues aquí nadie tiene deudas. Messi tampoco le debe nada a nadie. La pasión popular que arrastró a decenas de miles hasta el Golfo Pérsico elevó la idea de que esta vez sería la indicada. Que Qatar 2022 le permitiría cerrar su carrera con el título que le falta. Como si fuera sencillo. Y no lo es. De ninguna manera.