Sebastián Battaglia y el desafío de administrar con éxito su plantel: Boca necesita sí o sí clasificarse para la Copa Libertadores 2022

Sebastian Battaglia no debe errar en el recambio para no sufrir en ambos certámenes.
Nicolas Funes

Sebastián Battaglia va pasando pruebas al mando de Boca, sin golpes hasta el momento (11 puntos de 15), pero tampoco con grandes conclusiones positivas que lo dejen tranquilo. Con el empate ante Defensa y Justicia (0-0), más allá de que mantiene el invicto en el ciclo, su equipo retrocedió: lo golpeó no ganar de local y, por ende, perdió terreno en la tabla de arriba. No obstante, el primer gran examen lo tendrá este sábado e incluirá lo que suceda el miércoles próximo: administrar su plantel de la mejor manera para no caer en los dos frentes y que su proyección como técnico del club empiece a tambalear.

Desde las 20.15, el xeneize visitará a Atlético Tucumán, un rival que suele complicarlo. Desde allí partirá el dilema. Porque, probablemente, la cabeza azul y oro no esté enfocada ciento por ciento en el compromiso correspondiente a la 12a fecha del Torneo 2021: 96 horas después, en Santiago del Estero, tendrá que superar a Patronato, por los cuartos de final de la Copa Argentina. Boca ya se había acostumbrado a no tener la soga en el cuello y, por el contrario, aspiraba a coronarse en las diferentes competencias simplemente para satisfacer al hincha y sumar una estrella más a su historia.

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Sin embargo, el panorama actual es diferente al de los últimos años. Se siente obligado. Y es que aún no está clasificado a la Copa Libertadores 2022, esa obsesión que persigue hace 14 años. Ya fue eliminado (a manos de Atlético Mineiro) de la edición que sigue en disputa y no fue campeón de la Copa de la Liga Profesional 2021, en la que Colón terminó levantando el título y con ello se aseguró un lugar para el año próximo.

Entonces, Battaglia es consciente de una realidad: la Copa Argentina es el camino más corto para clasificarse (quedan dos instancias hasta llegar a la final) y depende de sí mismo. Pero debe ser campeón, como en 2012 y 2015. De esta manera, para jugar en Tucumán, el técnico quiere cuidar el físico de algunos futbolistas que hasta aquí han sido una fija en sus formaciones. Aunque poner la cabeza exclusivamente en el mayor torneo federal del país es un arma de doble filo: si apuesta todas sus cartas allí y termina recibiendo un duro golpe, la clasificación se acotará a tener que ser campeón del certamen doméstico o, al menos, cerrar una buena campaña que lo deje entre los cuatro equipos que más puntos cosechen en la tabla anual, que incluye aquel torneo obtenido por el Sabalero.

Luis Advíncula viajaría mañana temprano a Tucumán tras finalizar el aislamiento y sería uno de los habituales titulares que jugará ambos compromisos.
LA NACION/Anibal Greco


Luis Advíncula viajaría mañana temprano a Tucumán tras finalizar el aislamiento y sería uno de los habituales titulares que jugará ambos compromisos. (LA NACION/Anibal Greco/)

Desde la teoría parece accesible, pero ¿dónde está el problema parcial? En el hipotético caso de que el Patrón dé la sorpresa, todo dependerá de reaccionar positivamente y escalar en el torneo local. Para ello, Boca debe escaparle rápido (restan 14 jornadas) a la novena posición que ocupa y recuperar las ocho unidades que lo separan de los punteros, Lanús y Talleres.

Si se conforma con la tabla anual, debe sumar de a tres constantemente para superar la línea de Estudiantes y River, que con 42 puntos están cinco unidades por encima del xeneize y al día de hoy serían los últimos que se están clasificando para la Libertadores. La clave, por supuesto, es no volver a perderle pisada al lote de arriba, que parece poco dispuesto a resignar puntos seguido.

La conclusión es que Battaglia está, de alguna manera, bajo presión y no puede equivocarse con las decisiones. Ser el entrenador de Boca tiene estas urgencias y se vive con esa vorágine. No puede descuidar ninguno de los dos frentes, por si acaso... Obviamente, por cercanías al desenlace del trofeo, la Copa Argentina es la prioridad. Es por eso que, sin confirmaciones hasta el momento, algunos de sus titulares enfrentarían al Decano y habría mayoría de suplentes para contar con los mejores de cara al encuentro del miércoles.

El cuestionado Frank Fabra volvería a la titularidad ante los tucumanos, pero para darle un descanso a Agustín Sandez, el lateral izquierdo titular.
JUAN MABROMATA


El cuestionado Frank Fabra volvería a la titularidad ante los tucumanos, pero para darle un descanso a Agustín Sandez, el lateral izquierdo titular. (JUAN MABROMATA/)

Así las cosas, Agustín Rossi se mantendría en el arco, el peruano Luis Advíncula –que termina el aislamiento tras las Eliminatorias el viernes por la noche– sería el único titular de la defensa y Battaglia buscaría darle continuidad y confianza a dos hombres con el fin de que se asienten: el colombiano Jorman Campuzano sería nuevamente el ‘5’ y a su izquierda se posicionaría Juan Ramírez.

Queda en duda quién será el enganche: si decide sostener a Aaron Molinas serían cinco los titulares que se piensan dentro del mix, pero el retorno de Edwin Cardona entre los convocados hace pensar que tiene muchas chances de jugar desde el inicio. El resto, poblado de suplentes.

Incluso, se puede dar la aparición de Rodrigo Montes, volante por derecha que suele destacarse en la Reserva que antes era dirigida por Battaglia: ya debutó en Primera (ante Banfield y San Lorenzo) cuando Boca requirió de un equipo armado por juveniles debido a que el plantel profesional fue aislado por el escándalo en la Copa Libertadores. Y el chico, de 21 años, dejó buenas sensaciones. A la vez, Nicolás Orsini jugaría de titular en la delantera tras más de dos meses en los que lidió con una sinovitis en la rodilla..

Battaglia empieza a jugarse mucho con sólo cinco partidos en la espalda. Boca no puede confiarse: le puede costar una Copa Libertadores sin participación.