Sarmiento, el rival de Boca: el “antifútbol”, esconder las pelotas y otras mentiras verdaderas de un buen equipo

Israel Damonte compartió con Marcelo Gallardo un exitoso pasado en Nacional, de Montevideo
Israel Damonte compartió con Marcelo Gallardo un exitoso pasado en Nacional, de Montevideo

El 31 de julio pasado, Sarmiento hizo historia en el Monumental. El triunfo por 2 a 1 ante River fue el primero en ese escenario para el club de Junín. El principal ejecutor de ese éxito sensacional fue Israel Damonte. El entrenador, de 40 años, rompe el molde en el fútbol argentino. Lo interpela. Admirador de la escuela de Estudiantes, a veces se ríe cuando lo acusan de ser el revitalizador del concepto de “antifútbol”, en nuestro medio. Con migajas, mantuvo al humilde equipo del Interior en primera y aún tiene chances de clasificación para la Copa Sudamericana.

Ese día, el cerrojo defensivo que desnudó a River (a partir de allí, ya no fue el mismo) se conjugó con una frase mal vista en el fútbol argentino: “Hizo tiempo”. Pero la conferencia de prensa que brindó el director técnico de Sarmiento sirvió para contextualizar lo sucedido en el partido y no dudó en explicar de manera didáctica que lo que hizo su equipo no fue hacer tiempo si no “controlarlo”.

Lo explica de un modo coloquial: “No es hacer tiempo, es control del tiempo. Ellos controlan el tiempo de una manera, que cuando los laterales se van afuera vienen corriendo y la dan rápido, eso es un control de tiempo rápido, pero a nosotros, cuando íbamos 0 a 0 no te la dan rápido, te esperan. Hay jugadas que vos tenés para hacer un lateral rápido y no te la dan rápido, es control del tiempo rápido. Nosotros tenemos otro control del tiempo, no es hacer tiempo, si no parece que solo nosotros hacemos tiempo”, enseña Damonte. Sarmiento es el incómodo adversario de Boca, el líder de la Liga Profesional, en el choque previsto para este miércoles, desde las 16.30, en Junín.

Hay otras historias mínimas en escena: Lisandro López, el símbolo de la Academia, a los 39 años, juega con el almanaque en la mano en Sarmiento. Boca es un favorito en su carrera: le convirtió cinco goles. Racing, mientras, espía a un costado. Sin embargo, el foco estelar es el estilo del Verde, un buen equipo, que genera revuelo en nuestro fútbol. Un estilo italiano, matizado de un antiguo catenaccio.

Tiempo después, Damonte se encontró con Néstor Gorosito, el DT de Gimnasia. Más allá de las huellas de un viejo antagonismo platense, Pipo lo cruzó. En la teoría, se sienta en la otra vereda ideológica. “Vamos a enfrentar a un rival con jugadores que se van a tirar, van a hacer tiempo, van a tirar la pelota afuera… Van a desaparecer las pelotas. Pero todas esas cosas no nos tienen que sacar del partido”, lanzó el técnico tripero. El 28 de agosto, empataron sin goles. Ni románticos, ni pragmáticos: no hubo diferencias.

Con Carlos Tevez, un símbolo xeneize, hoy, DT de Central
Con Carlos Tevez, un símbolo xeneize, hoy, DT de Central - Créditos: @FOTOBAIRES/Juan Jose Garcia

Más aún: Boca, el calificado adversario de esta tarde, no suele arriesgar demasiado. Es calculador, su figura es Agustín Rossi, el arquero. Insistía Pipo: “Es un equipo que juega y trata de sacar mérito de un montón de otras cosas aparte del partido. Cada técnico hace lo que quiere, yo lo que digo es que todas esas cosas no nos tienen que sacar del partido. No hay que confrontar con los de afuera, si los alcanza pelotas no dan la pelota, si los jugadores de ellos se empiezan a caer...”.

Más tarde, Damonte tomó el micrófono. “Yo vengo de Estudiantes. Y se habló mucho de dónde vengo... de la trampa, de bilardista, de... Y Estudiantes es otra cosa. Es el trabajo, la humildad, sobre todo eso: humildad. Es seguir insistiendo cuando las cosas no se dan; el compañerismo; hay un montón de cosas. Es una escuela de vida. Equipos grandes, cuando ganaron la primera Copa Libertadores... mi equipo (Estudiantes) tenía tres. ¡Diez años antes! O 20. O 50... Y eso es por trabajo, no es por la trampa. En mi escuela no ganas tantas cosas porque sos tramposo, sino porque trabajás”, expuso.

Y luego en declaraciones a ESPN contragolpeó más todavía: “Lo de Gorosito fueron declaraciones desafortunadas porque somos un cuerpo técnico trabajador, tratamos de dar lo mejor. Puedo tener errores y tratamos de hacernos cargo, pero tratando de mejorar día a día. Entonces no... Sus palabras no ayudaron. Le dio de comer a mucha gente que está esperando algo así como para pegarnos. Es fácil hablar de Sarmiento o de mí, que hace dos años que estoy en esto, trabajando como entrenador. Pero la gente se equivoca, debe ser eso...”.

Israel Damonte vive los partidos a full
Israel Damonte vive los partidos a full - Créditos: @Prensa Sarmiento

Suele jugar con un 4-4-2, suele perder la posesión del balón. No se destaca ni desentona en ningún aspecto del juego. Es incómodo. El último capítulo de esta trama de mentiras y verdades (¿Sarmiento es el único equipo que hace tiempo, que la arroja a la tribuna, que se defiende al límite del reglamento, que apuesta por el balón detenido?), corresponde a un 2-2 con Tigre. Diego Martínez, el DT del Matador, también trabaja del otro lado del mostrador. En la teoría, al menos. “Somos dos equipos con dos modelos de juego totalmente distintos, dos búsquedas totalmente distintas. Se enfrentaron las antítesis de lo que sentimos por el fútbol y sabíamos que la única forma en la que nos podían lastimar era con pelota parada”, advirtió.

Antes, se lo tomaba con humor. Ahora, Damonte se enoja. Se ofende. Y contraataca: “Yo respeto todas las formas y me enseñaron algo: primero y principal, hablar de mí. No necesariamente tenés que salir jugando desde el área chica para tener diez situaciones de gol en el arco rival, como tuvimos nosotros. Llevo a mis jugadores a un lugar donde estén cómodos y confiados. La capacidad de adaptación es lo más importante. Hay gente que dice: ‘yo muero con la mía’. Bueno, yo no. Yo no muero. Yo quiero vivir siempre”. La frase tiene un toque de ironía, desde ya.

Su catarsis grafica el modo en el que vive... el fútbol. El juego. Y resulta todo un símbolo: Sarmiento desafía al fútbol argentino y Damonte ayuda a pensarlo. Asume el debate, como casi ningún otro entrenador. Contaba una anécdota de ese encuentro. “Por ejemplo, se tiraron dos jugadores de Tigre antes de la pelota parada que terminó en gol. Fue una jugada en la que estaban haciendo tiempo. Se había ido la pelota afuera y la tiraban, otra vez, adentro. Son formas y a veces cuando vas ganando, te cuidás. O el arquero agarraba la pelota y se tiraba al piso. Pasa... El tema es que cuando lo hacemos nosotros se habla más, sobre todo, porque se ha generado algo donde parece que sólo nosotros lo hacemos nomás”, sostenía.

Israel Damonte abraza a uno de sus jugadores tras el triunfo histórico de Sarmiento de Junín ante River
Israel Damonte abraza a uno de sus jugadores tras el triunfo histórico de Sarmiento de Junín ante River - Créditos: @@CASarmientoOf

Algo de todo eso tendrá este miércoles una repercusión mayor. Boca, en Junín. Y la vieja y querida lucha de estilos. Por fortuna, seguirá dando que hablar.