Hace historia al ser la primera deportista del Vaticano en una competición oficial

Sara Carnicelli ha sido la primera atleta del Vaticano en participar en una competición internacional oficial. Foto: Athletica Vaticana
Sara Carnicelli ha sido la primera atleta del Vaticano en participar en una competición internacional oficial. Foto: Athletica Vaticana

Para los creyentes, Dios está en todas partes. Muchos deportistas se apoyan en Dios en cada partido, en cada prueba. Algunos no pueden empezar la competición sin acordarse de Él. Un buena parte de argentinos creyeron ver a Dios en un jugador de fútbol. Y otros llaman ‘Dios’ a un jugador de baloncesto. El deporte y Dios siempre han estado de la mano pero nunca como hasta hoy. La Casa de Dios en la tierra ha llegado al deporte para quedarse. Este 1 de julio, el Vaticano ha participado por primera vez en una competición oficial internacional. Ha sido en los Juegos Mediterráneos que se están celebrando en Orán (Argelia), en la prueba de la Media Maratón femenina y su representante ha sido Sara Carnicelli.

Representando el tradicional escudo vaticano, la atleta vaticana participado como invitada de la organización, terminando en novena posición de trece participantes. A pesar del fuerte calor de las calles de la ciudad norteafricana y tras una operación en su pie derecho hace un año, la joven ha completado la prueba de 21,097km en un tiempo de 1:17:12.

Respondiendo a la recurrente pregunta que ya les habrá surgido tras leer estas líneas, Carnicelli no es un miembro del clero, ni de las congregaciones religiosas de la Santa Sede. Es hija de un trabajador de la administración vaticana y, a sus 27 años, hace historia convirtiéndose en la primera representante deportiva del país en un gran competición de nivel internacional. Hace unas semanas, hizo su debut también en el campeonato europeo de países pequeños, disputado en Malta, donde fue 3ª en los 5.000 metros.

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Sara forma parte del primer proyecto deportivo dentro de los muros de la Basílica de San Pedro: la Athletica Vaticana. Fundada hace 3 años con el beneplácito de Su Santidad, tiene como objetivo la participación de la bandera vaticana en las competiciones internacionales y con el gran objetivo de debutar en unos Juegos Olímpicos. Entre sus miembros se encuentran sacerdotes, monjas, componentes de la histórica Guardia Suiza Pontificia que protege las instalaciones y personal administrativo de servicios y oficinas junto a sus familiares, que en los últimos años han participado en competiciones amateur para mejorar sus condiciones y formarse como deportistas.

La Athletica Vaticana tiene aroma español. Tras este proyecto se encuentra el monseñor español Melchor José Sánchez de Toca y Alameda, un sacerdote aragonés y subsecretario del Consejo Pontificio de Cultura, que sugirió la idea de crear la primera asociación deportiva del estado tras coincidir con varios trabajadores en carreras populares de Roma. Tras su fundación en 2019, un acuerdo con el Comité Olímpico Italiano les permitió constituirse como club y poder llevar a cabo entrenamientos y competiciones en Italia. Sin este consentimiento y apoyo, el equipo vaticano hubiera quedado reducido a poder competir únicamente en el interior de los muros de la Santa Sede, en sus plazas y jardines. Este reconocimiento es el primer paso hacia el deporte profesional.

Porque, aunque en la actualidad la actividad deportiva queda entorno al atletismo con un centenar de atletas, el objetivo Sánchez de Toca y Alameda es un reconocimiento internacional por parte del Comité Olímpico Internacional y la formación de un comité olímpico nacional con todas las letras. Para que eso suceda, al menos, se necesita que 5 federaciones deportivas del país estén reconocidas por sus federaciones internacionales. Por ello, ya se están creando nuevos grupos deportivos como, por ejemplo, los de Taekwondo y Judo. Además, la meta es que los miembros de la Iglesia Católica mundial se unan al movimiento y, a lo largo y ancho del mundo, el equipo crezca en los cinco continentes. El contacto entre el Vaticano y el COI es constante y delegaciones vaticanas ya han sido invitadas a las inauguraciones de los últimos tres Juegos Olímpicos en un primer guiño por parte del organismo deportivo internacional. El camino será largo pero están poniendo las primeras piedras para que, en un largo plazo, podamos ver al primer deportista olímpico de la Santa Sede.

En las labores de promoción de los últimos meses, trabajadores de el Vaticano regalaron la llamativa camiseta amarilla de Athletica Vaticana a Leo Messi, que posó con ella y dio un fuerte impulso en cuanto a la imagen de la asociación. No hay mejor imagen para convertirse en el primer paso para la creación de la selección vaticana de fútbol en los próximos años.

Hoy, se ha dado un pequeño paso. El deporte profesional se acerca a la Ciudad del Vaticano y gracias al impulso de un sacerdote español, el deporte llega a uno de los pocos lugares del planeta donde parecía impensable que eso ocurriera. La fe y la religión ya estaban muy presentes en el deporte pero, desde hoy, lo ha hecho oficialmente.

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