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Santiago Ormeño, un futbolista promedio que rompió la sagrada tradición de Chivas

Santiago Ormeño decidió defender a la selección de Perú, por lo que su fichaje con Chivas fue duramente cuestionado. (Foto: Luisa Gonzalez/Reuters)
Santiago Ormeño decidió defender a la selección de Perú, por lo que su fichaje con Chivas fue duramente cuestionado. (Foto: Luisa Gonzalez/Reuters)

Chivas anunció su refuerzo emergente para el Apertura 2022. Santiago Ormeño, jugador nacido en México pero que defiende a la Selección de Perú (y por tanto nacionalizado peruano), fue elegido por la directiva como el futuro romperredes del rebaño, dejando de lado la tradición de jugar con puros elementos mexicanos.

La incorporación de Ormeño al conjunto rojiblanco se dio por la baja de José Juan Macías y es uno de los golpes más duros para el aficionado chiva. Sí, habrá argumentos que defiendan el fichaje: uno será el cambio de era en la Liga MX y otro la urgencia del club por salir del hoyo, pero cuando la mística de un equipo se rompe, la molestia de la gente es totalmente justificada.

Además, el coraje no solo recae en la figura de “extranjero” con la que carga Santiago Ormeño, también tiene que ver con la calidad de futbolista. El delantero de 28 años sumó únicamente 1 gol en un año con León; es decir, Chivas rompió uno de sus más sagrados sellos por un jugador que es igual o peor a los que ya tenía en la plantilla.

La situación de el Rebaño Sagrado cada vez escala a un punto peor; pareciese que los famosos estatutos podrían pasar a segundo término si un fichaje va a beneficiar la causa rojiblanca, pero no fue así, ¿qué podría aportar Ormeño? se preguntan la hinchada; lejos de ayudar solo generó un ambiente polémico en Chivas y sus allegados.

Amaury Vergara el principal culpable

Para la afición del rebaño, el actual dueño del club es uno de los principales responsables de la crisis en el equipo. La llegada del delantero mexico-peruano fue el símbolo de la desesperación y de la ruptura a una cultura con más de 100 años de antigüedad. El enojo es tal, que un sector ha planteado la venta del equipo como una solución.

Amaury Vergara es un personaje poco grato de la afición rojiblanca, incluso lo abuchearon cuando Chivas femenil ganó el título de liga. (Foto: Jaime Lopez/Jam Media/Getty Images)
Amaury Vergara es un personaje poco grato de la afición rojiblanca, incluso lo abuchearon cuando Chivas femenil ganó el título de liga. (Foto: Jaime Lopez/Jam Media/Getty Images)

Amaury Vergara ya había dado muestras de que los estatutos de Chivas podrían ser "cambiados". En febrero de este año la rama femenil fichó a Leslie Ramírez, jugadora nacida en Estados Unidos y que cuenta con triple nacionalidad (mexicana, estadounidense y guatemalteca), pero que decidió jugar para el combinado de Guatemala.

Con ello, la llegada de Ormeño, o de otros jugadores mitad mexicanos mitad otra selección, ya no parecía tan descabellada. Lo cumplió y fracturó uno de los deseos más grandes de su padre, Jorge Vergara. Además, el fichaje del ex León evidenció que poco le importa lo que piense la gente.

Las malas decisiones de algún dueño o directivo no pueden respaldarse en el nivel deportivo de la Liga MX. Tal vez si Ormeño fuera un delantero letal, y que destaque en la competencia, el movimiento sería visto como revolucionario y no como un golpe al escudo; sin embargo, en la liga mexicana este tipo de futbolistas están en peligro de extinción.

A eso se suma que lo juegos de la Liga MX son cada vez más aburridos, el formato de competencia beneficia a todos pero solo unos cuántos lo aprovechan, por ello la idiosincrasia de una institución no debería perder trascendencia, pero al parecer, las cúpulas de poder no entienden.

En Chivas hay pocas cosas que presumir hoy día: una de ellas es la época dorada del denominado “campeonísimo”, desde mediados de la década de los 50 hasta 1970 lograron ganar 8 campeonatos ligueros —hito imposible para este plantel—; la otra era el sello 100% mexicano en su plantilla. Eso que los hizo grandes ya no existe más.

“En el Guadalajara, única y exclusivamente se admitirán jugadores mexicanos y quienes elijan jugar con la Selección Nacional Mexicana”, esos deseos de Jorge Vergara, quedaron borrados. Se determinó que esa regla no estaba dentro de los estatutos originales de la institución, por lo que la llegada de Ormeño está aprobada en un documento, pero no en el sentir de la afición chiva, aquello que realmente importa.

La importancia de las tradiciones

En el fútbol nacional e internacional, la identidad de un equipo no se construye únicamente por los títulos. Chivas se hizo como un equipo ganador, pero también como una organización leal a sus valores, por eso se convirtió en uno de los grandes del balompié nacional y se hizo de millones de aficionados, que a pesar de los malos ratos, siguen respaldando al Guadalajara..

No obstante, los tiempos cambian y las necesidades también. El deseo de los dueños de los clubes se ha contaminado a tal grado que, esos elementos ajenos a la cancha y que también formaban parte de la historia de un club, han desaparecido. A Chivas hoy le toca ser víctima, y ahora tendrá que andar con una mancha es su "impecable historia".

Los fans de Chivas se caracterizan por ser de las más fieles y ahora recibieron un duro golpe por parte de su propio club. (Foto: Refugio Ruiz/Getty Images)
Los fans de Chivas se caracterizan por ser de las más fieles y ahora recibieron un duro golpe por parte de su propio club. (Foto: Refugio Ruiz/Getty Images)

Sobran muestras de que las tradiciones valoradas por la afición a los dueños no le importan: ya hay más jugadores que "incumplen a la lealtad” de unos colores y fichan por los acérrimos rivales; se han eliminado franquicias, como Morelia, quien desapareció y dejó a un estado sin equipo para darle cabida a Mazatlán; o peor, ya no se vive el sufrimiento de descender, ahora se paga para no hacerlo sin darle oportunidad a otros clubs de aspirar a pertenecer al máximo circuito del futbol en México.

La Liga MX tiene un nivel deportivo tan bajo, que aferrarse a aquellas tradiciones es fundamental para hacer que la mística y relevancia de un club subsista. Si a Chivas le quitan esa identidad mexicana que construyó por décadas, y se queda únicamente con su rendimiento deportivo de los últimos años, habría pasado de ser “grande” a ser solo un equipo más en la “fabulosa” competencia mexicana.

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