San José Earthquakes y el apasionante clásico con LA Galaxy que lo tuvo todo: goles, emoción y polémica

San José Earthquakes y LA Galaxy dieron un partido frenético en el clásico de California. (Bob Drebin/ISI Photos/Getty Images).
San José Earthquakes y LA Galaxy dieron un partido frenético en el clásico de California. (Bob Drebin/ISI Photos/Getty Images).

San José Earthquakes y LA Galaxy dieron vida a una edición más del clásico californiano por excelencia. Y en los clásicos no hay tiempo que perder. Se gana o se gana. Es la consigna con la que salen los equipos y en la Major League Soccer (MLS) cada partido entraña un nuevo misterio. Ninguno de los dos salió a guardarse nada, conscientes de que en estos cotejos se juega más que tres puntos: el orgullo está en la mesa. Ambos fueron claros en sus intenciones, obtener el triunfo.

Tyler Boyd quiso poner adelante al Galaxy con un potente derechazo desde la izquierda del área. Fue un aviso que alertó sobre lo que venía. No iba a ser un partido tranquilo en las áreas. El manotazo del portero brasileño Daniel mantuvo el cero en el arco, pero no duraría mucho tiempo. A los 30 minutos Raheem Edwards encontró el balón en un tiro de esquina y marcó el 1-0 para Galaxy. Quizá alguien, de primera impresión pudo pensar que el tanto fue un gol olímpico, porque el cobro iba muy cerrado, pero no, fue Edwards quien alcanzó a desviar el trayecto de último momento.

Pero las desatenciones defensivas le costaron la ventaja a los angelinos. Cuando la pelota está en el área, hay que sacarla como sea, pero garantizar que el peligro se aleje. No pudieron hacerlo ante el asedio de San José y lo pagaron con la jugada en la que Jack Skahan terminó empujando el balón y, con ello, consiguió el 1-1 en los cartones. Las clave del clásico podían encontrarse en la áreas: había necesidad de llegar a ellas, porque las defensas pecaron de falta de control.

El cóctel fue un deleite para los aficionados: gol tras gol. Recién empezado el segundo tiempo, Preston Judd volvió a darle la ventaja a LA Galaxy. Tuvo que hacerlo rápido: recibió, tiró un ligero amague y definió con firmeza. La insistencia condujo los pasos del San José durante los siguientes 45 minutos. En casa no podían irse así. La recompensa fue tardía, pero llegó a los 80 minutos, cuando el disparo de Cristian Espinoza, desviado en la zaga, terminó por vencer al guardameta Jonathan Bond. 2-2.

La polémica no podía faltar en un partido tan electrizante. Y vaya que dio de qué hablar. En los últimos minutos, los ánimos se avivaron con dos decisiones arbitrales que no gustaron para nada al LA Galaxy. Lo primero se dio a los 89 minutos, cuando Daniel Aguirre recibió una barrida en el área que, en primera instancia, fue marcada como penal. Una vez revisada en el VAR se determinó que no lo era. Luego, ya en el tiempo agregado, Jackson Yueill tiró una patada por detrás a Douglas Costa. Cortó el avance y, al parecer, ameritaba una tarjeta rola pues se encaminaba al arco de San José en la que, teóricamente, era la última jugada del partido. No le sacaron roja a Yueill.

El árbitro acudió de nueva cuenta al VAR y su dictamen fue sorpresivo: amarilla y ya. El partido acabó caliente, como no podía ser de otra forma en un cotejo repleto de emociones y tensiones. Ambos equipos tenían diferente objetivos: San José afianzarse en la parte alta-media de la tabla y Galaxy, por su parte, salir del fondo. Los de casa pueden dormir tranquilos: están en puestos de playoffs, suman 28 puntos en 21 partidos. Los angelinos, en cambio, siguen penúltimos de la Conferencia Este: apenas 16 puntos en 19 partidos. Las metas están en las antípodas, pero queda mucho recorrido. El clásico de California fue un partido para coleccionar y rememorar por mucho tiempo más.

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