Sainz y Alonso, por detrás de los Mercedes en los entrenamientos de Montreal

El inglés Lewis Hamilton (Mercedes), siete veces campeón del mundo de Fórmula Uno, fue el más rápido, por delante de su compatriota y compañero George Russell, en los entrenamientos libres para el Gran Premio de Canadá, el octavo del Mundial, en el circuito Gilles Villeneuve de Montreal. Donde este viernes casi no se rodó en el primer ensayo -a causa de una avería en las cámaras de seguridad-, y el segundo -al que se le añadió media hora más- acabó con los españoles Carlos Sainz (Ferrari) y Fernando Alonso (Aston Martin) en el tercer y el cuarto puesto, respectivamente.

En la mejor de sus 30 vueltas, Hamilton cubrió, con neumático blando -con el que todos marcaron sus giros rápidos, en el único entrenamiento válido-, los 4.361 metros de la pista de Montreal en un minuto, 13 segundos y 718 milésimas, sólo 27 menos que Russell, que dio una más que él. En una sesión que Carlos (39 giros) y Fernando (38) acabaron justo por detrás de los resurgidos Mercedes; y que el mexicano Sergio Pérez (Red Bull) concluyó octavo: dos puestos por detrás de su compañero, el neerlandés Max Verstappen, líder destacado del Mundial, con 170 puntos; 53 más que él y con 71 sobre Alonso.

En una jornada en la que hubo tres banderas rojas y que acabó -durante los últimos cinco minutos- bajo el diluvio y con la pista completamente encharcada, el madrileño se quedó a 126 milésimas de Hamilton; del que concluyó a 326 el doble campeón mundial asturiano, la gran sensación del arranque del curso, con cinco podios en las siete primeras carreras a los 41 años.

'Checo', que dio 29 vueltas, paró el cronómetro a poco más de medio segundo del séptuple campeón del mundo británico, del que se quedó a 424 milésimas -más pendiente de las venideras tablas de tiempos- 'Mad Max', de 25, que en el Gran Premio de España firmó, hace dos domingos, su quinta victoria de una temporada en la que apunta claramente a un tercer título seguido.

La jornada empezó con un primer entrenamiento 'fantasma', que había arrancado con bandera roja. La que provocó, a los cinco minutos de que empezase la cuenta atrás de la que hubiese sido la primera hora de pruebas, el francés Pierre Gasly, con un problema electrónico en el Alpine. Eso, cuando apenas doce pilotos habían marcado tiempos y ninguno de ellos había dado más de tres vueltas a la bella pista construida dentro de la isla artifical de Notre-Dame, que bañan las aguas del río San Lorenzo.

La cosa se complicó porque, según la organización, habían dejado de funcionar las cámaras de seguridad, por lo que la sesión siguió interrumpida hasta que, a falta de ocho minutos para el final, se anunció que no se reanudaría. Y que, con el fin de recuperar, al menos, parte del tiempo perdido, el segundo entrenamiento libre duraría media hora más de lo establecido.

Para los más fanáticos amigos de las estadísticas, quede constancia de que fue el finlandés Valtteri Bottas (Alfa Romeo) -séptimo al final del día- el que marcó el mejor tiempo en el primer libre para el quincuagésimo octavo Gran Premio de Canadá; el cuadragésimo segundo que alberga Montreal.

Bottas había cubierto la pista, con neumático medio, en la mejor de sus tres vueltas -la única cronometrada-, en un minuto, 18 segundos y 728 milésimas, 447 menos que el canadiense Lance Stroll, el nuevo compañero en Aston Martin del genio astur, que -al igual que el anterior, con gomas blandas- se había quedado a un segundo y 79 milésimas del tiempo del finlandés.

'Checo' había firmado el cuarto crono de una sesión en la que sólo doce llegaron a marcar tiempo y se quedó -con el neumático blando- a un segundo y cuatro décimas de Bottas; mientras que Sainz, que iba a comenzar a rodar con el medio, se quedó a siete segundos. En una sesión prácticamente inexistente en la que Verstappen, que viene de exhibirse en Montmeló (Barcelona), donde ganó con un 'Grand Slam' -saliendo desde la 'pole', liderando de principio a fin y con la vuelta rápida en carrera-, se inscribió quinto en la relación de cronos.

Se adelantó media hora, debido a los treinta minutos añadidos, el arranque de la segunda sesión. Cuyo inicio no se había confirmado, no obstante, hasta principios de la tarde, ya que las averías tardaron más de lo esperado en arreglarse.

El monegasco Charles Leclerc (Ferrari) -que acabó la jornada quinto, a 37 centésimas- fue el primero en marcar la pauta (1:15.523) en la segunda sesión, en la que todos se apresuraron en salir a pista, no fuera a ser que se confirmase el cuarenta por ciento de probabilidades de lluvia que anunciaban los pronósticos meteorológicos.

El compañero de Sainz rueda con un casco nuevo, diseñado en homenaje al canadiense Gilles Villeneuve, en cuyo honor fue bautizado con su nombre el circuito de Montreal.

Gilles, padre de Jacques Villeneuve -campeón del mundo en 1997-, que completó la casi totalidad de su carrera en la categoría reina con la 'Scuderia', fue uno de los pilotos más espectaculares de la F1 hasta que falleció, accidentado durante la calificación para el Gran Premio de Bélgica de 1982, en Zolder. A bordo de un Ferrari.

Verstappen no tardó en colocarse donde más le gusta y 'Checo', asimismo con blandos, demostró que también es muy rápido con el mejor coche de la parrilla. El primero en bajar del 1:15 fue Sainz, pero su crono fue mejorado poco después por el súper-depredador neerlandés, al que a su vez superó Leclerc.

El monegasco había bajado su propia marca (1:14.094) para liderar provisionalmente la tabla de tiempos, con 74 milésimas sobre 'Mad Max' -que a partir de ahí se centró en otros menesteres- y una décima respecto a Carlos, cuando Nico Hülkenberg provocó la segunda bandera roja del día. El alemán quemó el motor de su Haas y acabó mucho antes de tiempo, a falta de poco más de una hora, su jornada de ensayos.

La sesión estuvo parada unos diez minutos; y nada más reanudarse, cuando Sainz había sido el primero en bajar del 'minuto y 14' (1:13.844), volvió a ondear la enseña carmesí. Esta vez, a causa del otro Alpine, el del francés Esteban Ocon, que se quedó parado a la salida de la novena de las 14 curvas de la pista norteamericana.

A falta de 42 minutos, cuando el cada vez más oscuro cielo ya amenazaba con claridad una lluvia que no compareció hasta justo el final, se reanudó el ensayo.

Alonso, cuyo Aston Martin trae mejoras -con suelo, pontones y cubierta motor nuevos- había igualado el mejor parcial de Sainz en el primer sector, pero se fue largo en la curva 6, por lo que, con el neumático blando nuevo, abortó ese intento; antes de completar una vuelta bastante mejor que lo dejaba provisionalmente quinto, a 387 milésimas de su compatriota.

Los Mercedes, que habían dado un salto de calidad en Montmeló -Hamilton fue segundo en el Circuit de Barcelona-Catalunya; donde Russell acabó tercero- giraron durante la mayoría de sus primeras veinte vueltas con el neumático de compuesto medio, antes de marcar sus giros rápidos con el blando.

Russell se colocó primero, apenas unos segundos antes de que rebajara su crono, en 27 milésimas, Sir Lewis. Al que sólo el alemán Michael Schumacher -asimismo séptuple campeón mundial y convaleciente aún del grave accidente de esquí que sufrió a finales de 2013, en Meribel (Francia)- iguala sus seis victorias en Canadá.

Sainz acabaría, por tanto, tercero, a doce centésimas del espectacular y excéntrico campeón de Stevenage. Y Alonso -que había avanzado y decidió estirar su tanda, consciente de que llovería-, cuarto, a 32. En una sesión en la que se quejó de que su coche se mostraba inquieto, pero que acabó yendo de menos a más.

La jornada, bastante más movida que otros viernes, concluyó con sensaciones fuertes, cuando todos rodaban con intermedios y bajo el diluvio. Y los que se aventuraron a probar la pista en esas condiciones -entre ellos Sainz- se las vieron y se las desearon para completar vuelta sin lamentarse por haber tomado esa decisión.

Los ensayos se completarán este sábado, horas antes de la calificación, en la que se esperan de nuevo precipitaciones y que ordenará la formación de salida de la carrera dominical, prevista a 70 vueltas, para completar un recorrido de 305,2 kilómetros.

Adrian R. Huber

(c) Agencia EFE