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Rusia está vetada, pero está en todas partes de las Olimpiadas

Gimnastas rusos que representan al Comité Olímpico Ruso celebran la medalla de oro varonil por equipo en la gimnasia artística en Tokio, el 26 de julio de 2021, durante las Olimpiadas pospuestas de Tokio 2020. (Chang W. Lee/The New York Times)
Gimnastas rusos que representan al Comité Olímpico Ruso celebran la medalla de oro varonil por equipo en la gimnasia artística en Tokio, el 26 de julio de 2021, durante las Olimpiadas pospuestas de Tokio 2020. (Chang W. Lee/The New York Times)

TOKIO — Para ser un país con un veto oficial de las Olimpiadas, Rusia tiene bastante presencia en estos Juegos Olímpicos de Tokio.

Tomemos como ejemplo la ceremonia inaugural del viernes. Una delegación significativa de rusos marchó en el desfile de las naciones —justo detrás de San Marino y antes de Sierra Leona— bajo el cartel de COR, el acrónimo del Comité Olímpico Ruso. Es la etiqueta oficial con la cual más de 330 atletas rusos están compitiendo aquí, un poco de prestidigitación disciplinaria requerida a causa de los castigos impuestos después de los recientes escándalos de dopaje en los que se vio involucrado el país.

En los días que han pasado desde que marcharon orgullosos en el estadio olímpico ubicado en el centro de Tokio, los atletas rusos han competido en decenas de deportes ataviados con los colores nacionales de Rusia: desde tiro con arco hasta clavados, desde esgrima hasta gimnasia y desde tenis hasta taekwondo. El domingo, Rusia incluso obtuvo su primer oro. Veinticuatro horas más tarde, recogió dos más.

“De hecho, no se siente como si estuviéramos vetados”, admitió esta semana un periodista ruso.

Sin embargo, las multas son reales y tienen su origen en uno de los peores escándalos de dopaje en la historia del deporte: una campaña de años para cambiar muestras contaminadas de dopaje por muestras limpias —y luego encubrir las maniobras— que a la postre involucró a decenas de deportes y más de 1000 atletas, decenas de entrenadores y autoridades deportivas, e incluso miembros de los servicios de seguridad del Estado.

En un inicio, Rusia fue suspendida durante cuatro años de los deportes a nivel mundial, pero ha dedicado años a buscar la anulación —o como mínimo la reducción— de su castigo. En diciembre, obtuvo al menos una victoria parcial cuando el Tribunal de Arbitraje para el Deporte favoreció en gran parte la apelación de Rusia, primero al reducir dos años el veto que impuso la Agencia Mundial Antidopaje y luego al hacer que el camino de Rusia a las Olimpiadas fuera mucho menos oneroso del que había exigido el organismo encargado de sancionar el dopaje.

Las consecuencias: han viajado más atletas rusos a Tokio de los que fueron a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016 y hay una percepción de que las sanciones al país parecen estar abiertas a interpretación. Una razón podría ser que el Comité Olímpico Internacional (COI) —el cual a menudo ha evitado las sanciones directas a Rusia— ha responsabilizado a federaciones deportivas individuales de interpretar sus dos páginas de lineamientos sobre las medidas punitivas, entre las cuales hay un edicto que dice: “Todas las demostraciones públicas del nombre de la organización participante deben usar el acrónimo ‘COR’, no el nombre completo ‘Comité Olímpico Ruso’”.

Tatiana Minina, de Rusia, compitió para el Comité Olímpico Ruso y ganó la plata en la final de taekwondo femenil de 57 kilogramos en Tokio, el domingo 25 de julio de 2021 en los Juegos Olímpicos de Tokio. (Hiroko Masuike/The New York Times)
Tatiana Minina, de Rusia, compitió para el Comité Olímpico Ruso y ganó la plata en la final de taekwondo femenil de 57 kilogramos en Tokio, el domingo 25 de julio de 2021 en los Juegos Olímpicos de Tokio. (Hiroko Masuike/The New York Times)

En pronunciamientos públicos, los organizadores del evento, entre ellos el COI, rompieron esa regla casi de inmediato y en repetidas ocasiones. Por ejemplo, en la ceremonia de inauguración, el nombre de Rusia se leyó en inglés, japonés y francés mientras decenas de miembros de su equipo entraban en el estadio.

Un día después, el primero de la competencia de judo, Irina Dolgova de Rusia fue anunciada como miembro del COR, cuando se encaminó a su encuentro de primera ronda en la categoría de 48 kilogramos. Unas horas más tarde, sus compatriotas del equipo varonil de voleibol, vestidos en uniformes rojos, fueron presentados como el Comité Olímpico Ruso.

Para los pocos espectadores y periodistas presentes, hubo pocas señales de que el equipo representaba a una nación castigada. Un periodista de Kenia expresó su confusión en torno al acrónimo, cuando preguntó en voz alta por qué el equipo ruso que se acababa de anunciar estaba representado como COR en el marcador.

Así ha sucedido en la mayoría de los recintos: COR en los letreros y en los monitores, pero Rusia o Comité Olímpico Ruso en los anuncios oficiales. La confusión en torno al nombre del equipo a veces también ha confundido a las autoridades deportivas: por ejemplo, en su compilación de los resultados para los eventos clasificatorios de mujeres, la federación de gimnasia de Europa borró un tuit publicado el domingo en el que se hacía referencia al equipo como Rusia.

“Se están cumpliendo las reglas y depende de la situación particular”, mencionó el domingo Mark Adams, un vocero del COI. “Según nuestra interpretación, se está interpretando de manera correcta”.

Las autoridades rusas mentalizaron a sus atletas para preguntas incómodas sobre su presencia en Tokio antes de que llegaran a los Juegos Olímpicos. Todos los participantes recibieron una guía de respuestas para preguntas relacionadas con política, temas sociales y el veto por dopaje, informó este mismo mes Vedomosti, un medio informativo de Rusia.

Según el documento, la mejor respuesta era ignorar las preguntas. Y así ha sido el caso: hasta ahora, los atletas rusos en Tokio en su mayoría se han abstenido de comentar sobre el tema de su estatus en Tokio.

Sin embargo, Rusia no ha podido controlar todo. A las autoridades y los atletas les disgustó el veto a la bandera de Rusia y algunos, como Alena Tiron, la capitana de su equipo de rugby, prometió que iba a ser todo lo posible para que la reconocieran como rusa.

“Si no está permitida la bandera, nosotros seremos la bandera”, le comentó Tiron a RIA Novosti, agencia administrada por el Estado. “Sabemos qué país representamos”.

Las incómodas adaptaciones tal vez terminen pronto. Después de las Olimpiadas de Tokio y los Juegos Olímpicos de Invierno a celebrarse en febrero en Pekín, Rusia estará más cerca de regresar al redil deportivo. Los campeonatos de voleibol del próximo año se llevarán a cabo en Rusia. Los de taekwondo están programados para realizarse en el país un año después.

Y aunque ha enfrentado censuras y sanciones, Rusia ha aumentado con discreción su influencia en los deportes. En la actualidad, tres federaciones olímpicas de los juegos de verano —tiro deportivo, boxeo y esgrima— son dirigidas por rusos, la mayor cantidad en la historia

© 2021 The New York Times Company

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