Robert Pirès: “Riquelme tuvo un problema: Messi jugó al mismo tiempo… y lo tapó”

Con Román... un gran asador según el francés Robert Pirès, pero, especialmente "uno de los mejores futbolistas argentinos de la historia…"
Con Román... un gran asador según el francés Robert Pirès, pero, especialmente "uno de los mejores futbolistas argentinos de la historia…"

Jugó con Nelson Vivas en el Arsenal de Arsène Wenger hace 20 años, cuando al delantero sueco Fredrik Ljungberg se le ocurrió bautizar al defensor “The kicking machine”. Sí, la máquina de pegar patadas. “Pero Nelson era noble, guerrero..., un gran compañero”, lo defiende Robert Pirès. Un hombre que estuvo rodeado de argentinos a lo largo de su carrera, que besó la copa del mundo acompañado por David Trezeguet, exclama entre carcajadas: “¡Nunca más volví a comer los asados que hacía Román en Villarreal! Qué asados…, ¡No, miento! Cuando estuve en febrero de este año en Buenos Aires, Román me invitó e hizo otro gran asado”. Román es Riquelme, claro. “Ha sido una suerte jugar con Román Riquelme, para mí, uno de los mejores argentinos de la historia… ¿Sabes qué? El que no tuvo suerte fue Román. ¿Por qué? Porque al mismo tiempo jugó Messi. ¿Entiendes? Messi lo tapó. En Francia nos pasó lo mismo: tuvimos a Youri Djorkaeff, pero tuvo un problema llamado Zidane, jaja, Zizou lo tapó. Román ha sido muy, pero muy bueno”, le cuenta Pirès a LA NACION.

Robert Pirès jugó 79 partidos para Francia y convirtió 14 goles; ¿cómo le fue? Campeón del mundo 1998, campeón de la Eurocopa 2000 y campeón de la Copa de las Confederaciones 2001 y 2003
Robert Pirès jugó 79 partidos para Francia y convirtió 14 goles; ¿cómo le fue? Campeón del mundo 1998, campeón de la Eurocopa 2000 y campeón de la Copa de las Confederaciones 2001 y 2003 - Créditos: @Richard Juilliart - UEFA

–¿Y por qué creés que no fue una estrella mundial?

–No creo que le haya faltado profesionalismo. El tema es… cómo explicártelo bien… Quizás le faltó luchar, digamos, tirarse al suelo si era necesario… Es que Román sabía que tenía mucha, mucha calidad, y para él era suficiente. Como si dijera: ‘mira, yo tengo esta calidad, entonces no necesito trabajar’. ¿Entiendes qué quiero decir? Hay jugadores así y no pasa nada. Pero si el míster te pide correr y defender... y, ahí puedes tener problemas. Por ejemplo, con el Barça, Román no la pasó bien. Implicarse más, esa es la expresión, le faltó implicarse más. ¡Pero qué jugador era Román!

–¿Te imaginabas que sería dirigente?

–Está muy bien, es una buena noticia que los exfutbolistas, como Román, se dediquen a sus equipos, en este caso Boca. Los hinchas necesitan a exjugadores como él; como primera medida, sabe de fútbol y, además, ya sabe cómo manejar a los jugadores. Vivió todo desde adentro.

–Otros, eligen ser entrenadores, como Marcelo Gallardo. Jugaste contra él en Francia. ¿Le costará entrar en Europa?

–Claro, nos enfrentamos con Marcelo. Él estaba en Monaco y yo en Marsella..., un jugador fino, elegante, muy inteligente. Me gusta su River, su trabajo, equipo agresivo, siempre protagonista. Mira, para un entrenador argentino, al principio, siempre será complicado que equipos como PSG, Juventus o el Madrid vayan a buscarlo. Y es lógico, lo entiendo, aquí hay pruebas, los clubes quieren estar seguros. Son pasos que se deben cumplir. Casos como los de Zidane o Henry no son frecuentes. Si a Gallardo se le presentasen opciones en clubes como Villarreal o Aston Villa, solo por citar un par de ejemplos, serían buenas oportunidades para él. Para llegar a Europa, para adaptarse, para comenzar a hacer su trabajo. El fútbol de Sudamérica y el de Europa son diferentes, es natural que los grandes clubes prefieran esperar la adaptación y el crecimiento de un entrenador que llega desde Argentina.

Boca-River, Riquelme-Gallardo; Pirès jugó con Román y se enfrentó a Marcelo en un Monaco vs. Marsella de la Liga francesa
Boca-River, Riquelme-Gallardo; Pirès jugó con Román y se enfrentó a Marcelo en un Monaco vs. Marsella de la Liga francesa

Pirès es ojeador de talentos por el mundo. Y trabaja para Canal+ en las transmisiones de la Champions y la Premier League. Por eso viaja frecuentemente a París desde Ibiza, donde vive con su esposa Jessica y sus hijos Naia, Theo y Alessio. Tiene 48 años. Fue el último campeón del mundo del ‘98 en retirarse, porque extendió su carrera hasta 2016 en India. Perteneció a esa generación dorada francesa, la de Zidane, Henry, Vieira, y con ellos conquistó el Mundial, claro, pero también la Euro 2000 –le dio la asistencia a Trezeguet en el gol de oro de la final ante Italia– y las Copas de las Confederaciones 2001 y 2003. “¿Sabes cuál fue el partido más complicado de la Copa del ‘98? Paraguay”, dispara. Fue por los octavos de final, en Lens, y los 90 minutos terminaron en cero. “¿Por qué? Porque no teníamos la costumbre de enfrentarnos con ese tipo de futbolistas, con ese estilo de selección. Y nos costó mucho, no encontramos las soluciones y tuvimos que luchar hasta el final, hasta el gol de oro de Laurent Blanc. Fue nuestro partido más complicado, no tengo dudas de eso”, detalla.

–Ya que mencionás la dificultad que tuvieron con Paraguay en el ‘98, ahora, en Qatar, ¿no será un condicionante el poco roce a nivel selección entre Europa y Sudamérica que impusieron los calendarios?

–… Periódicamente sí es necesario jugar contra un equipo de Sudamérica, y al revés también, claro, porque sirve para probarte. Los jugadores sudamericanos pueden estar jugando en Europa, pero cuando se trata de sus selecciones, son maneras diferentes de jugar. De un lado y del otro, sudamericanos y europeos deben acostumbrarse a algo diferente. Por eso, sería conveniente tener esa medida antes de la Copa, pero ya no habrá amistosos, entonces, la medida será directamente en Qatar. Creo que hoy, exactamente, en Sudamérica no saben si están a la altura de Francia, Portugal o España, y aquí tampoco saben cómo están con respecto a Brasil o Argentina.

Tocado por las manos mágicas de Zidane en Les Bleus; a nivel clubes, Robert se convirtió en un símbolo del Arsenal de Arsène Wenger entre 2000 y 2006
Tocado por las manos mágicas de Zidane en Les Bleus; a nivel clubes, Robert se convirtió en un símbolo del Arsenal de Arsène Wenger entre 2000 y 2006

–¿Qué recuerdos te trae Francia ‘98?

–El objetivo del míster [Aimé Jacquet] y de nosotros era ganar el Mundial porque se jugaba en Francia, no podíamos defraudar. Pero ya sabes, también, cuando juegas en casa hay mucha presión. Especialmente con la afición y con los periodistas. Los periodistas se equivocaron: nos mataron antes del Mundial, nos mataron durante el Mundial… y lo ganamos. Entonces cambiaron de opinión. No, no, no tendrían que haber cambiado de opinión, pero se cambiaron de camiseta, como decimos en Francia. Creo que tuvimos talento, también un poco de suerte, y ganamos.

–Y carácter en jugadores como Blanc, el capitán Deschamp, Thuram, Zidane, Desailly, Lizarazu…

–Sí, sí, pero eso debe descontarse, es imprescindible. Cualquier selección importante necesita jugadores con talento, pero también con agresividad. Ese plantel tenía una muy buena mezcla de gente, con capacidad y personalidad. Y terminó perfecto, vaya: ganamos el Mundial, el primero para Francia, y eso será único.

–¿Encontrás parecidos entre los campeones en Francia ‘98 y en Rusia 2018?

–Creo que fueron dos selecciones diferentes, con propuesta distintas. Pero, pero, con un nexo, algo que las relaciona y se llama Didier Deschamps. Fue nuestro capitán y 20 años después, el entrenador, y aún hoy lo es. A mí no me gusta comparar, nosotros tuvimos nuestra manera de jugar, ellos también, y mira, nosotros ganamos y ellos también. Y eso ha sido lo importante para Francia.

Chirac, con la Copa en la mano, celebra como Deschamps, Zidane, Pires y el técnico Aimé Jacquet en los jardines del Palacio del Elíseo
Jacques Chirac, entonces Presidente francés, con la Copa en su poder en 1998, rodeado por Deschamps, Zidane, el DT Aimé Jacquet en los jardines del Palacio del Elíseo... y justo detrás del mandatario, Pirès

–¿Qué Mundial veremos en Qatar?

–La buena noticia de tener un Mundial en el medio de la temporada es que los jugadores van a llegar fresquitos, con más energía en comparación con el final de las temporadas. Yo lo que quiero ver en Qatar es un fútbol total, con muchos goles, que nadie se dedique a cuidarse todo el tiempo, a ponerse atrás. Yo quiero ver un fútbol ofensivo para poder disfrutar del Mundial.

–¿Y tus candidatos son…?

–… Mmmm, buena pregunta..., hay favoritos, como siempre, pero yo distingo a cuatro: Brasil, Francia, España y Argentina. Nadie sabe lo que va a pasar, claro, pero si hacemos un análisis de los cuatro, tienen muy buenos jugadores para ganar el Mundial. Pero cuidado, cuidado… podemos tener una sorpresa: acá, en Europa, tenemos a un equipo que juega muy bien al fútbol y se llama Serbia. Cuidado con Serbia, cuidado.

–¿Por qué Argentina?

–Y no es porque estoy hablando contigo, que sos argentino, no. Lo pienso sinceramente. Argentina tiene un buen equipo y, sobretodo, está en una muy buena racha. Cuando llegas a un Mundial en un gran momento, eso vale muchísimo. Su actualidad y su historia la ponen entre los favoritos. Argentina llega al Mundial con confianza, y eso vale muchas veces más que la táctica y que todo.

–Y parece que Messi, tras el 2021, de nuevo es... Messi.

–Ya no hay más palabras para hablar de Messi, uno de los mejores de la historia del fútbol… Pero Messi es humano, y lo que le sucedió la temporada pasada en Francia demostró que la adaptación le puede costar hasta a Messi. ¿A qué me refiero? Cuando cambias de país, de idioma, de manera de jugar, eso cuesta, ¿entiendes lo que quiero decir? La gente, los medios se preguntaban: ‘¿qué pasa con Messi, no es el mismo?’ Era normal. Ahora ya sabe cómo se juega en Francia, ya sabe que es un fútbol muy físico y complicado, y lo está haciendo perfecto, tanto en la Liga como en la Champions, y ha vuelto a entusiasmar a todos. Yo lo entendía, pero la gente no lo veía.

–Lo enfrentaste en tus cuatro años en Villarreal. ¿Cuál es el análisis al verlo jugar desde cerca?

–Ya compartir la cancha con él es un privilegio. Tuve la suerte de enfrentarlo a él, y a otros futbolistas muy buenos, como Zidane, Ronaldo, Ronaldinho… pero Messi tiene algo más, algo diferente, un poco lo que tenía Diego Maradona. Cuando sabes que vas a enfrentar a Messi, la pregunta que todos nos hacemos, es: ‘¿y cómo lo vamos a parar?’. Creo que los jugadores muy buenos, como Messi, deben alargar todo lo posible su carrera. ¿Para qué? Para que los demás los podamos seguir disfrutando. Cuando él está en la cancha, con PSG o con la Argentina, siento que en cualquier momento va a pasar algo. Y esa sensación de intriga, de expectativa por lo inesperado, me encanta.

Cuerpo a cuerpo con Messi por la cancha, entre 2006 y 2010, los años de Pirès en Villarreal
Cuerpo a cuerpo con Messi por la cancha, entre 2006 y 2010, los años de Pirès en Villarreal

–Pero un día lo sufriste…

–Ya sé, ya sé a qué te refieres… Sabes que él hará un control diferente, un cambio de frente inesperado… De él esperarás siempre lo distinto, por eso, controlarlo es muy, pero muy complicado. Recuerdo un partido del Villarreal contra el Barça… Tenían a Messi, Xavi, Iniesta, Busquets… ufff, ya sabíamos que la íbamos a pasar muy mal. Y lo pasé muy mal esa tarde en el Nou Camp: 5-0 perdimos.

–¿Has conversado con él, o cambiaste camisetas?

–No, no he cambiado camisetas. Claro, me cruce con él, en la cancha y afuera, es muy buena persona. Compartir un poco de su tiempo es un placer, pero, sabes, para mí siempre ha sido un rival. Era muy bueno, no, me corrijo, aún es muy bueno, pero siempre lo vi como a un rival.

Robert y ese imán que despierta la Copa del Mundo; después de la final 3-0 sobre Brasil, con sus compañeros Lizarazu y Zinedine Zidane
Robert y ese imán que despierta la Copa del Mundo; después de la final 3-0 sobre Brasil, con sus compañeros Lizarazu y Zinedine Zidane

Amable, simpático, de padre portugués y madre de origen asturiano, Robert domina el español. Y vaya si lo fue perfeccionando entre tantos argentinos… De Nelson Vivas a Riquelme, Arruabarrena, Gonzalo Rodríguez, Somoza, Guille Franco, Ibagaza, Musacchio, Marco Ruben y otros en la banda de Villarreal…, y Rolfi Montenegro en Marsella, y Ponzio en Zaragoza… “Y Trezeguet en la selección francesa, jaja... Sí... y ha sido una alegría compartir tanto tiempo de mi carrera con los argentinos. Lo pasé muy bien en Villarreal, muy bien. Claro, en la cancha teníamos un equipazo, fenomenal, pero lo más importante era lo que hacíamos fuera del campo… con el mate y los asados. La gente solo ve lo que hacemos en la cancha, pero, para mí, un equipo se hace afuera de la cancha. Compartí tantos años con los argentinos y lo pasé muy, muy bien con ellos. En un equipo necesitás todo, y los argentinos tienen esa mezcla, talento, agresividad y carácter fuerte. Por eso, vuelvo: Argentina tiene algo y está entre los favoritos para Qatar”, destaca.

–Quitá a Messi. ¿Qué argentinos de la actualidad te gustan?

–Siempre hablamos de los jugadores famosos, pero hay un jugador que me gusta mucho… Cuando en febrero estuve en Argentina, y fui a ver un partido en River, al descanso un periodista me preguntó qué jugador me había gustado… Enzo Fernández dije. Toca bien, maneja bien el balón, tiene potencia, agresividad… y a mí me encantó. ¡Y míralo hoy! Está en el Benfica y, creo, a punto de jugar el Mundial con la selección, ¿no? Me gusta mucho Enzo. Son importantes los volantes que se adaptan a varias tareas. Lo Celso, Paredes y De Paul tiene calidad para jugar en el centro del campo, en el corazón, y a la vez, desplegarse. Y está De Paul, claro, que me gusta mucho, mucho.

–¿Te sorprende la rápida adaptación de Enzo Fernández y de Julián Álvarez al fútbol europeo?

–La adaptación es complicada, porque el nivel no es igual entre Argentina y Portugal, y más aún comparado con la Premier League, pero cuando alrededor hay muy buenos jugadores, eso te ayuda mucho para acoplarte.

El paseo de los campeones por las calles de París, con la Copa en las manos del entrenador Aimé Jacquet; Desailly, Robert y, abajo, Lizarazu
El paseo de los campeones por las calles de París, con la Copa en las manos del entrenador Aimé Jacquet; Desailly, Robert y, abajo, Lizarazu

–Se acerca el Mundial y aparecen los miedos. Vos te perdiste el 2002 por una lesión en los ligamentos cruzados de la rodilla. ¿Cómo juega la mente?

–Todavía quedan responsabilidades y compromisos con tu club, que es el que te paga. En Francia se dice, cuando se acerca el Mundial, que los futbolistas juegan con el freno… Y no es fácil. Llega el Mundial, falta poco, pero quedan muchos partidos de Champions, de Liga, y son momentos complicados…, es difícil controlar la mente.

–¿Valen los favoritismos? Recordá 2002, precisamente: Francia y Argentina eran los candidatos de todos, y no pasaron la primera rueda.

–La realidad es la cancha. Siempre, siempre, siempre hay que respetar a todos los rivales, ese es un mandamiento. Favoritos siempre hubo y habrá, está bien y todos los tenemos, pero… si llegas como un chulo [agradado, demasiado confiado], el fútbol no perdona si no respetas a los demás. Si los otros equipos te tienen que matar, te van a matar, y eso es lo que pasó con Francia en 2002. Argentina ya debutó con un empate en el Mundial anterior, con Islandia, ¿no? Bueno, si jugás contra Francia o contra Arabia Saudita lo tenés que tomar por igual porque ya no hay equipos o jugadores pequeños. Todos están preparados. Claro, con su nivel, su calidad, su técnica y su físico, pero cuidado, eh, que los partidos hay que jugarlos. Y ganarlos. Todo lo que se habla antes, en la cancha se termina.

–Los octavos de final de Qatar podrían volver a cruzar Argentina-Francia, como en 2018…

–¡Querés revancha! Ya sé que el 4-3 todavía duele allí en la Argentina, jaja, ya sé que quieren jugar de nuevo contra nosotros… No, en serio, en serio… Nos podemos cruzar de nuevo en los octavos, es verdad, pero eso de ya estar proyectando el futuro no me gusta. Antes de supuestamente cruzar a la Argentina, Francia tendrá que ganar tres partidos, con Australia, Dinamarca y Túnez, y después, y si toca Argentina, pensar en cómo ganarle a Argentina.

–Nadie ha podido defender el título desde el bicampeonato de Brasil 1958/62. ¿Francia sí?

–Tenemos buen equipo, buenos jugadores…, pero es cierto eso que decís, ganar dos veces seguidas un Mundial es muy complicado. De todos modos, creo que lo podemos hacer bien. Pero lo que me molesta hoy con nuestra selección es lo que pasa afuera del campo, y eso mata un poco a los jugadores. No tenemos la concentración indispensable, esa tranquilidad para preparar el Mundial. Por ejemplo, el caso Pogba. Es un caso muy duro, para él, claro, pero también para nuestra selección porque necesitamos a Pogba, y no sé si podrá jugar. Y hay otros jugadores lesionados, como Kanté que ya se perderá el Mundial, y dificultan la preparación de Deschamps. Todo eso me preocupa.

–¿Quiénes serán los herederos de Messi y Cristiano? ¿El Mundial, quizás, acelere la sucesión?

–Cristiano está jugando poco con el United, para él ya no será sencillo… Pero la historia de Messi todavía no se acabó, creo que seguirá en la cima varios años. ¿Después? Sí, Haaland, Mbappé, pero no olvides a uno de los mejores jugadores de Europa: Kevin De Bruyne, del City. Y, además, permanecen en buen nivel Modric, Benzema… No son solamente Mbappé o Haaland… Y tienes a Neymar, creo que va a hacer un Mundial muy bueno. Cuidado con Neymar. E insisto: la historia de Messi todavía no se terminó.

Robert Pirès hoy, a los 48 años, en Ibiza, donde se radicó; "Argentina llega al Mundial con confianza, y eso vale muchas veces más que la táctica y que todo", avisa
Robert Pirès hoy, a los 48 años, en Ibiza, donde se radicó; "Argentina llega al Mundial con confianza, y eso vale muchas veces más que la táctica y que todo", avisa