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River generó una gran ventaja por un deseo de Marcelo Gallardo y eso lo ayudó a ser el campeón del Torneo 2021

Los jugadores de River vuelan sobre el campo de un Monumental soñado; la rapidez de su juego complica a los adversarios.
Los jugadores de River vuelan sobre el campo de un Monumental soñado; la rapidez de su juego complica a los adversarios.

Atrás quedaron las preguntas, las inquietudes y hasta las críticas anticipadas. Hoy ya no hay dudas: el novedoso campo de juego del Monumental fue una gran ventaja para que River gritara campeón del Torneo 2021 de la Liga Profesional de Fútbol. La obra que comenzó en agosto de 2020 y finalizó en febrero de este año con una inversión de 350 millones de pesos terminó siendo un pilar para el crecimiento futbolístico del equipo. El gran deseo del director técnico Marcelo Gallardo de tener un campo de juego estable, sostenible y rápido para desarrollar un fútbol dinámico y agresivo se hizo realidad. Y, por fuera de la conquista local, los números del año marcan una clara evolución.

“Está perfecto para jugar; tenemos que agarrarle la mano. Hay que ir adaptándose, pisándolo, porque es diferente. Es cuestión de tiempo. No creo que haya un jugador al que no le guste jugar en un buen campo”, comentó el Muñeco, que reiteró la necesidad de acostumbrarse tanto en febrero, tras el debut, como en abril, cuando el equipo no se afianzaba y aparecían las primeras incógnitas. Con el tiempo, el rendimiento pasó de ser irregular a sostenido y el conjunto millonario transformó el Monumental en una fortaleza.

Uno de los triunfos de Marcelo Gallardo al frente de River fue tener una cancha acorde con las necesidades de su estilo de juego.
Gustavo Garello


Uno de los triunfos de Marcelo Gallardo al frente de River fue tener una cancha acorde con las necesidades de su estilo de juego. (Gustavo Garello/)

Según datos de la empresa estadística Opta, en los 18 partidos previos a la remodelación en los torneos locales entre febrero de 2019 y 2020, River ganó 11 partidos, empató 2 y perdió 5, con una efectividad de 64,8% y 35 goles en favor y 14 en contra. Además, por partido promedió 396,7 pases exitosos contra 234,8 del rival; 3,11 pases por secuencia de juego; 59,8% de posesión; 1,94 tantos propios y 0,78 ajenos, y 19,06 remates (6,72 al arco) contra 8,89 tiros del adversario (2,94 al arco).

Ahora bien; en comparación con los últimos 18 encuentros posteriores a la obra, inaugurada en febrero de 2021, el equipo de Gallardo creció en todos los aspectos: sacó más puntos, consiguió más goles, le hicieron menos, acertó más pases, tuvo más pases por secuencia de juego, dominó más la pelota y fue más efectivo en los disparos al arco. En cambio, sus rivales anotaron menos, se repartieron menos la pelota y patearon menos al arco.

Así, en ese lapso, por torneos locales River cosechó 12 éxitos, 3 igualdades y 3 caídas, con 72,2% de efectividad, y 40 goles en favor y 12 en contra. Además, promedió 487,8 pases exitosos contra 224,1 de su opoonente; 3,88 pases por secuencia; 64,3% de posesión; 2,22 goles contra 0,67 ajenos; 17,11 remates propios (6,28 al arco) y 7,06 recibidos (2,17 al arco). Un crecimiento notorio y constante en el tiempo.

Es que mientras los dirigidos por el Muñeco juegan cada vez más afianzados, con menos errores y más ataques precisos en alta velocidad con una pelota que por momentos vuela, a los rivales se los nota incómodos. Les cuestan los controles, los piques de la pelota, los pases y los tiempos de la jugada. Enfrente, todo fluye con naturalidad y el entrenador está muy conforme con este campo de juego. Y no sólo eso: el cuerpo técnico define cuánto y cómo se riega la cancha para que el balón corra según los parámetros deseados.

El césped del Monumental luce renovado; habrá que ver si el martes Gallardo saldrá conforme tras la revancha con Guaraní
PRENSA River


El césped renovado del Monumental es uno de los aliados para el sistema de juego del River de Gallardo, campeón del Torneo 2021. (PRENSA River/)

Hoy el Monumental tiene un campo de arena con un césped híbrido de última generación, con calefacción y enfriamiento, una nueva modalidad de drenaje y un sistema de aireación que está en el nivel de los estadios más importantes del fútbol europeo. Todo se hizo bajo el control del Muñeco, que hace tiempo exigía una remodelación para tener estabilidad en el césped. Y los resultados están a la vista.

Un diluvio, y un drenaje muy malo en el Monumental impidieron que se jugara un Argentina-Brasil en 2015; este año, antes de Argentina-Bolivia, llegaron a regaron luego de tres días seguidos de lluvia.
Un diluvio, y un drenaje muy malo en el Monumental impidieron que se jugara un Argentina-Brasil en 2015; este año, antes de Argentina-Bolivia, llegaron a regaron luego de tres días seguidos de lluvia.


Un diluvio, y un drenaje muy malo en el Monumental impidieron que se jugara un Argentina-Brasil en 2015; este año, antes de Argentina-Bolivia, llegaron a regaron luego de tres días seguidos de lluvia.

Más allá de la revolución que se produjo en los medios y en las redes sociales tras el cruce de ida de la Copa Libertadores contra Argentinos Juniors, en el que se vio agua superficial en la hoja del césped por las gotas finas de la garúa –no hubo charcos ni llegó el agua a la tierra como para activar el drenaje–, el nuevo sistema funciona a la perfección. A punto tal que, antes del Argentina-Bolivia por las eliminatorias, en el regreso del público a los estadios, se cortó el pasto en medio de la tormenta y se activó dos veces el riego a pesar de que había llovido en los tres días previos.

Así, mientras en los pasillos del Monumental se aguarda la resolución del entrenador acerca de su continuidad en 2022 o su salida tras la finalización de su contrato, del 31 de diciembre, la obra del campo de juego que tanto deseaba es realidad. Y Gallardo la exprimió al máximo para hacer crecer futbolísticamente a sus dirigidos y festejar su 13er título como entrenador del club.