River: Enzo Fernández jugó para Benfica y un incidente desconcertó a Colo Colo en el entretiempo

Brazos en alto de Enzo Fernández, que abraza a Nicolás De la Cruz (tapado), autor del primer gol de River a Colo Colo por la Copa Libertadores; se suman Bruno Zuculini y Esequiel Barco.
LA NACION/Mauro Alfieri

A pesar de su juventud, Enzo Fernández ya atrae a los clubes europeos. En esa carrera por llevarse al mediocampista de River, el que picó en punta fue Benfica. El club portugués, en el que juega Nicolás Otamendi, mandó a un emisario a Buenos Aires para que viera al talentoso futbolista actuar frente a Colo Colo por la Copa Libertadores. Y Fernández no defraudó las expectativas: tras un primer tiempo gris, en el segundo manejó el juego de River y lo guió hacia la goleada, 4-0. El triunfo tuvo un premio extra: la clasificación para los octavos de final, y en el primer lugar de la zona F.

En la segunda mitad del partido en la fría noche del Monumental, River creció de la mano, o del pie derecho, de Fernández. Y se aprovechó de un incidente que descolocó al equipo chileno. Cuando estaba por comenzar la etapa final y con el marcador favorable a los millonarios por 1-0 (gol de Agustín Palavecino), hinchas visitantes se subieron a un acrílico y el árbitro Andrés Matonte retrasó el reinicio. Tuvieron que ir todos los jugadores del Cacique para pedirles por favor a los espectadores que se bajaran. Los futbolistas no podían creer lo que estaba ocurriendo, y el entrenador Gustavo Quinteros mascullaba bronca.

Hinchas de Colo Colo subidos al acrílico del Monumental demoraron el reinicio del partido con River y parecieron desconcertar a sus jugadores, que les pidieron bajarse.
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Hinchas de Colo Colo subidos al acrílico del Monumental demoraron el reinicio del partido con River y parecieron desconcertar a sus jugadores, que les pidieron bajarse. (LA NACION/Mauro Alfieri/)

Aquello desconcertó a Colo Colo, que no fue el mismo del primer tiempo. River, entrenado para aprovechar hasta el mínimo descuido, sacó jugo a todas las ventajas que le dieron. Fernández fue el dínamo en la mitad de la cancha. Mucho más activo que en el período inicial, calibró la mira de sus pases y encontró a sus compañeros de ataque cada vez que se lo propuso. River está programado para moverse al compás de Fernández. Si el mediocampista central (actuó tirado hacia la derecha en la segunda parte) juega bien, River también. Rara vez se cumple una premisa y no la otra. Por eso hinchas millonarios temblaron en la semana cuando se supo de los primeros sondeos de Benfica. Para muchos, este otro Enzo es irremplazable.

River, está claro, no tiene intenciones de venderlo. Y remite a su cláusula: 20 millones de euros. Para algunos, esa cifra no mide con exactitud el talento de este muchacho de 21 años (nació el 17 de enero de 2001), de crecimiento exponencial desde su regreso de Defensa y Justicia, club en que estuvo en préstamo en 2020. Su presencia en la lista definitiva que confeccionará Lionel Scaloni para Qatar 2022 no haría sino subirle el precio a un volante que, por ahora, trabaja para generar goles de Julián Álvarez y hasta Nicolás De la Cruz, como ocurrió frente a Colo Colo. Este Enzo madura partido tras partido.

Nicolás De la Cruz fue ovacionado tras su actuación en el 4-0 a Colo Colo.
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Nicolás De la Cruz fue ovacionado tras su actuación en el 4-0 a Colo Colo. (LA NACION/Mauro Alfieri/)

Ante el Cacique chileno, Fernández tuvo otros interlocutores válidos para crear juego. El mejor fue De la Cruz, ovacionado como pocas veces desde que llegó a River. El mediocampista uruguayo, que en algún momento del primer tiempo ofició de enganche, hasta se dio el gusto de anotar un gol. Siempre fue alternativa de pase; siempre fue hacia adelante, buscando el arco. E hizo aquello que pide Marcelo Gallardo a los mediocampistas: llegar al área para acompañar a Álvarez, la referencia ofensiva del equipo. Así convirtió De la Cruz, tras aparecer vacío en el segundo palo para cerrar una jugada de lado a lado. Incluso se golpeó contra el poste izquierdo. El uruguayo tiene experiencia en goles con golpes: le había pasado algo similar en un 4-0 a Huracán en el Tomás Adolfo Ducó, en 2019.

También Álvarez, que se irá de River tras el partido de vuelta por los octavos de final de la Copa Libertadores y viajará a Manchester para sumarse al City, creció en el segundo tiempo. Encontró los espacios que le dejó el mediocampo del conjunto chileno y, a partir del gol de De la Cruz, sometió a sus marcadores cada vez que se lo propuso. Todo lo que en la mitad inaugural le había costado, en la segunda se resolvió en su favor. En la etapa inicial se recostó sobre la banda derecha; en la segunda rotó por todo el frente de ataque y se llevó a la rastra a quien quisiera marcarlo. Lo sufrió el uruguayo Maximiliano Falcón, por ejemplo. Y el arquero Brayan Cortés debió esmerarse varias veces para ahogarle el gol, lo único que le faltó para que redondeara una gran noche. Una de las últimas con el escudo millonario en el pecho.

Paulo Díaz, capitán

Fernández y Álvarez son referentes de este River desde hace rato. Se destacan por su juego y por sus goles. Y la noche del jueves en el Monumental tuvo otro protagonista principal: Paulo Díaz. Tras el error garrafal cometido frente a Tigre por la Copa de la Liga Profesional, Gallardo le dio su confianza al zaguero y el chileno portó el brazalete de capitán ante las ausencias de Franco Armani (coronavirus) y Enzo Pérez. Díaz estuvo imperial. Nunca perdió los duelos individuales y achicó hacia adelante cada vez que Colo Colo atacó. El ex jugador de San Lorenzo no falló en toda la noche, sobre todo arriba, en el juego aéreo.

Resumen de River 4 vs. Colo Colo 0

La goleada por la Libertadores tuvo los ojos europeos sobre Enzo Fernández, la certeza de que River está clasificado para la próxima rueda del máximo torneo americano y la satisfacción millonaria por haber vencido a un rival que en Chile le había dado más de un dolor de cabeza.