Rickie Fowler: en busca del rumbo perdido y símbolo de la profunda grieta entre el PGA Tour y la liga árabe

Rickie Fowler quiere encontrar de nuevo la inspiracion en una cancha; ahora, parte desde lo más bajo de la FedEx Cup
Rickie Fowler quiere encontrar de nuevo la inspiracion en una cancha; ahora, parte desde lo más bajo de la FedEx Cup

Este año quedará en la historia como uno de los más caóticos del golf mundial, sino el más. La grieta insalvable entre el PGA Tour y el Golf LIV Series produjo un terremoto con millones de dólares en disputa, batallas legales y un sinfín de rencores entre los golfistas. Cada vez son más los jugadores que se declaran “en rebeldía” y deciden incorporarse a la liga árabe, comandada por el australiano Greg Norman y que tienta con sus petrodólares para sumarse a la gira. El último apuntado es Cameron Smith, reciente campeón del British Open y que estaría debutando en el LIV el mes próximo, en Boston.

El vacío que dejaron varias estrellas se notará más que nunca a partir de hoy, con el arranque de la FedEx Cup, cuya primera estación será el St. Jude Championship, en Memphis. El público, tan perjudicado como la competencia en sí misma, se verá privado de seguir a jugadores de la talla de Dustin Johnson, Brooks Koepka, Bryson DeChambeau, Abraham Ancer o Sergio García, que en condiciones normales jugarían los playoffs pero figuran suspendidos. En cambio, sí formarán parte Emiliano Grillo (ingresó en el puesto 56°, gracias a dos providenciales segundos puestos) y toda una particularidad: la presencia de Rickie Fowler, que entró en el último casillero (125°) beneficiado por el grupo de jugadores “prohibidos” y algunos lesionados.

En una situación normal, Fowler habría quedado al margen de la FedEx Cup, postergado al puesto 135°. Viene de completar una temporada bastante opaca: un tercer puesto en la CJ Cup (su único top ten), nueve cortes no superados en 21 torneos disputados y 1.040.679 dólares en premios, una cifra normalmente insuficiente para quedar entre los mejores 125. Desde que se hizo profesional en 2009 prometía rivalizar con Tiger Woods y Rory McIlroy en el dominio del golf, pero nunca llegó a explotar del todo. Es cierto: ganó The Players en la temporada 2014/15, fue 4° del mundo y obtuvo otros cuatro torneos del PGA Tour, además de haber quedado top 3 en el cuarteto de majors, aunque su carrera prometía mucho más.

Víctima de una irregularidad crónica a sus 33 años, su último título fue en el Phoenix Open en 2018/2019. Ahora, hundido en el puesto 167° del ranking mundial y sin grandes indicios de un relanzamiento, se separó de su caddie de toda su carrera profesional, Joe Skovron, quien lo acompañó en sus buenos y malos momentos. Su idea es redescubrir ese juego que en otros tiempos lo hizo un potencial ganador de cualquier certamen: “No entraré en detalles acerca de quién rompió la relación, pero siempre hemos sido un equipo, él es como un hermano mayor para mí”, contó el californiano nacido en Murrieta. Y agregó: “Sin resentimientos ni nada por el estilo, solo pensé que podría ser la mejor opción para este momento, pero de ninguna manera esto significa que no reavivaremos la llama”.

 Rickie Fowler sale del green del noveno hoyo mientras el nuevo caddie Ben Schomin sostiene la bandera durante la práctica para el FedEx St. Jude, el primer playoffs de la FedExCup, en TPC Southwind
Rickie Fowler sale del green del noveno hoyo mientras el nuevo caddie Ben Schomin sostiene la bandera durante la práctica para el FedEx St. Jude, el primer playoffs de la FedExCup, en TPC Southwind

Fowler tendrá desde hoy en la bolsa a Ben Schomin, gerente de operaciones turísticas de Cobra Puma Golf. El nuevo caddie deberá ayudarlo para escapar de una vez por todas de esta depresión deportiva, con el último mal antecedente de dos cortes fallados. Lo bueno para él es que regresa a los playoffs tras un año ausente. Así, haberse clasificado por la ventana resulta una de las secuelas que dejó la cruenta lucha entre ambos circuitos.

Fanático de las motos

Surgido de la Universidad de Oklahoma State –de ahí la indumentaria naranja furioso que siempre lució los domingos– Entendió desde el vamos que su popularidad se multiplicaría al compás de sus éxitos y su carismática figura. Por su rostro y sus peinados, cuando asomó en el tour lo comparaban con los actores Zac Efron y Leonardo Di Caprio, aunque después eligió dejarse los bigotes, quizás un signo de una primera madurez. Eso sí: no dudó en formar parte del gracioso video “Golf Boys”, que marcó un punto de quiebre en la manera de presentar a los golfistas. En forma de parodia y con ropas ridículas, Fowler mostró aptitudes coreográficas junto con Bubba Watson, Hunter Mahan y Ben Crane, todos ganadores en el PGA Tour. El video persiguió fines solidarios a través de una empresa de seguros, que donó mil dólares por cada 100.000 veces que los cibernautas clickearan “Golf Boys”.

Su primer título en 2012, en el Wells Fargo, redondeó el producto que el PGA Tour buscaba: alguien capaz de triunfar entre los mejores y que, a la vez, fuese un modelo para adolescentes interesados en el golf.

La otra faceta de Fowler es su pasión por las motos. “El motocross me hizo ser más audaz en una cancha de golf”, le confesó a Golf Digest cuando recién surgía. Se crió entre fierros por legado familiar, aunque se vio obligado a resguardarse y no acelerar más sobre dos ruedas para preservar su físico. Siempre trazó paralelismos entre ambos deportes: “Cuando uno está a punto de saltar con una moto, no puede dudar. Debe comprometerse al máximo con lo que hace. Lo mismo ocurre con un tiro en el golf”.

La producción que hizo la revista Golf Digest con Rickie Fowler, antes de que asomara en el circuito
La producción que hizo la revista Golf Digest con Rickie Fowler, antes de que asomara en el circuito

Desde muy chico conjugó ambas destrezas. A los 3 ya andaba en una motoneta para jugar con su padre Rod -motociclista de profesión- y soñaba con sus primeras piruetas. Pero a los 7 también empuñaba el primer palo de golf y se iniciaba en un driving range, en donde forjó su swing por cuenta propia. En cualquier caso, llevó siempre la velocidad en la sangre, porque se caracterizó por ser uno de los jugadores más rápidos del tour. “Cuando mi compañero de juego está haciendo el backswing, yo siento que podría pegarle a la pelota diez veces. Decido qué tiro voy a hacer y lo hago sin demoras”, comenta este jugador cuyo segundo nombre es Yutaka, dado que su abuelo materno es japonés.

En la Universidad del Estado de Oklahoma se convirtió en el primer estudiante de primer año en ganar el premio Ben Hogan por sus grandes actuaciones como golfista aficionado. En 36 semanas salteadas, entre 2007 y 2008, figuró al tope del ranking mundial amateur. Saltó al profesionalismo luego de caer en el playoff en el Children’s Hospital Invitational, certamen del Nationwide Tour, en agosto de 2009. Y llegó al PGA Tour al ubicarse 15° en la Escuela Clasificatoria.

¿Por qué eligió el golf por sobre las motos? Por un accidente que sufrió a los 15 años. Semanas antes de participar para el equipo de golf de Murrieta Valley High School, se estrelló en una carrera y se quebró tres huesos del pie derecho. “Tuvo que tirar la moto para evitar atropellar a un competidor”, contaba su padre. Fowler, finalmente, integró aquel conjunto colegial luego de su recuperación. “Ahí supe que lo de Rickie con el golf iba bastante en serio”, relataba Rod.

El sueño recurrente de Rickie es caminar ganador por el hoyo 18 de Augusta, pero para convertirlo algún día en realidad, deberá empezar a demostrar una nueva dimensión de su juego en la FedExCup.

El formato de la FedEx Cup

La FedEx Cup se disputará por 16° vez y su formato consiste en tres playoffs sucesivos para determinar al ganador de la temporada del PGA Tour. En el primer certamen, que arrancará hoy en Memphis, participarán los 125 mejores, de acuerdo con la nómina de puntos acumulados. Para el siguiente torneo quedarán 70 y la última estación constará solo de 30 jugadores, que se garantizarán jugar los cuatro majors en 2023. La bolsa total de la FedEx Cup alcanza los 75 millones de dólares y el ganador se quedará con US$ 18 millones. Scottie Scheffler, ganador del Masters, partirá con el máximo puntaje.