El triste adiós de Ricardo Peláez, el hombre que llevó a Chivas a tocar fondo. Y ahí las dejó

Ricardo Peláez se mantuvo tres años en su cargo como presidente deportivo del Guadalajara (Foto de: Agustin Cuevas/Getty Images)
Ricardo Peláez se mantuvo tres años en su cargo como presidente deportivo del Guadalajara (Foto de: Agustin Cuevas/Getty Images)

La historia de Ricardo Peláez como presidente deportivo de las Chivas ha concluido. Desde su llegada al Rebaño Sagrado, el directivo se encargó de acumular más fracasos y lidiar con indisciplinas que mancharon la imagen de un club que se mantiene urgido de todo lo contrario. Su estilo siempre ha sido frontal. Y en su forma de trabajar se le han acumulado más problemas y rencillas que agradecimientos sinceros.

Luego de que el equipo no pudiera superar la fase de reclasificación, llegó la semana ideal para que haya mayor rencor por parte de la afición en contra de Peláez. Durante su gestión, los resultados que entregó no fueron los que prometió en su llegada. Su arribo al conjunto rojiblanco se dio días después de que falleciera Jorge Vergara, el carismático dueño del equipo. Chivas se quedó sin su símbolo más grande, pero hasta ese momento, la seriedad en el trabajo de Peláez Linares hablaba por sí sola y podía nutrir de equilibrio a la institución. Todo acompañado de un discurso cargado de grandilocuencia que enamoró casi de forma automática los oídos de los “chivahermanos”.

“En esta institución, a partir de ahora, se va a hablar de campeonatos, se va a hablar de Liguillas, se acabó el tema de cocientes”, dijo en su primera conferencia de prensa ya como nuevo presidente del Guadalajara en noviembre del 2019. Pero la realidad en Chivas es totalmente diferente, pues se ha convertido en un equipo del que se habla de todo menos de títulos.

La estadía de Ricardo con los tapatíos únicamente le trajeron números negativos. Durante su su gestión, Guadalajara disputó 106 encuentros de Liga, donde se obtuvieron 37 victorias, 40 empates y 29 derrotas; considerando únicamente que, en fase regular, de los 285 puntos posibles, se consiguieron 135. Su máximo logro fue llegar hasta las semifinales del Guardianes 2020 (Apertura), donde León terminó por echarlos.

Ricardo Peláez, quien también fuera jugador del Rebaño, apenas puso un pie en Verde Valle y comenzó a trabajar para conseguir una atractiva gama de jugadores que ilusionaba a cualquiera: Cristian Calderón, Jesús Angulo, José Madueña, Alexis Peña, José Juan Vázquez, Uriel Antuna y Víctor Guzmán. Sin embargo, este último causó la primera controversia en su gestión. Luego de realizar parte de la pretemporada con el Rebaño, salió a la luz que Guzmán había dado positivo a una prueba de antidoping a la que meses atrás se había presentado. Esto resultó en que su traspaso de Pachuca se hubiera anulado y Peláez se quedará sin su “bomba”.

Aunado a una vasta variedad de indisciplinas por parte de los jugadores donde Ricardo Peláez siempre tuvo que salir a dar la cara, porque fue una cuestión que nunca pudo controlar con los futbolistas, su gestión se miró con disgusto por parte de su afición por la cantidad de entrenadores que desfilaron por el banquillo. Fernando Tena llegó junto con Peláez a la institución. Luego llegó Víctor Manuel Vucetich y a la postre, Marcelo Michel Leaño. Para cerrar su ciclo con Ricardo Cadena en el timonel del equipo. Todos ellos, con una relación de enemigos tanto con la prensa como con su propia afición.

Tres años fueron una eternidad para Ricardo sin un título. En Instituciones como América y Cruz Azul, donde anteriormente pasó en el mismo cargo, ya había entregado trofeos de Liga MX, Copa MX y de Concachampions. La presión y la falta de resultados lo llevaron a poner su renuncia frente a Amaury Vergara, pero este último no se la aceptó, señaló Peláez en una entrevista para Chivas TV.

El problema en Guadalajara es colectivo. Jugadores van y vienen, pero ninguno logra cambiarle la cara al equipo. Los técnicos depositan sus esperanzas en que Alexis Vega pueda hacer y deshacer por ellos. Y en la parte administrativa, Amaury intentó poner al frente del equipo a un escudo que parecía tener un cartel de conquistador y terminó por hundir más a la institución. Incluso comenzó a ser una burla para muchos cuando en uno de los tantos momentos aciagos que vivió con Chivas, Peláez optó por rezarle a sus imágenes religiosas antes que aportar por la confianza a sus jugadores.

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