El regreso de Carlos Delfino a la selección argentina: la cultura “Generación Dorada” no se termina nunca

Carlos Delfino se definió como un futbolero
Carlos Delfino se definió como un futbolero

Siempre lo tuvo en su horizonte, jamás se dio por vencido. Las lesiones lo atormentaron, pero de ninguna manera lo detuvieron. Su amor por el juego siempre estuvo por delante. No dejó jamás de luchar por estar nuevamente dentro de una cancha. Y la selección nacional, su lugar en el mundo, siempre fue un espacio al que quería, en realidad necesitaba, regresar. Por eso su retorno, con la convocatoria de Néstor García, para la ventana de eliminatorias, ante Paraguay, representa la confirmación de su búsqueda. Carlos Delfino, a los 39 años, está nuevamente en una nómina para saltar a una cancha con la camiseta celeste y blanca, una imagen poética.

“Mientras sea un jugador de básquet... Lo que nunca dije era que me retiraba a la selección, no lo haría jamás, porque es un lugar de pertenencia. Si no estoy es porque no me llaman o hay uno mejor. Pero mientras esté en una cancha yo siento que compito y mi pasaporte es argentino. Mi sueño es como el de cualquiera que juega al básquet. Pero tengo claro que respeto a los que están y así debe ser siempre”. Hace un año, en una charla con LA NACION, Delfino dejaba en claro que su deseo estaba intacto.

En Victoria Libertas Pesaro encontró lo que buscaba: continuidad, estar sano y dejar en claro que su talento no caducó. Tanto que alguno podía imaginar que tras la salida del entrenador que lo llevó, Jasmin Repesa, el futuro del santafesino estaba en duda. Nada de eso sucedió, el club italiano en su anuncio de renovación dejó muy claro qué valor tiene dentro de la organización. “Una carrera espectacular, líder en tantos sucesos emocionantes, Carlos Delfino estará vistiendo nuestra camiseta por dos años más”, escribió Libertas Pesaro en su cuenta oficial. Y agregó: “Carlos (Delfino) sigue siendo nuestro líder, nuestro orgullo, nuestro capitán”.

Es una situación especial este desembarco de Delfino en la selección. No sólo por su situación personal, sino porque su figura representa la prolongación de la cultura Generación Dorada dentro del equipo. García lo sabe, necesita que ese ADN se expanda en este proceso y ante la falta de los jugadores que participaron de la última Copa de Mundo -Facundo Campazzo, Gabriel Deck y Nicolás Laprovittola no pueden ser cedidos por participar en la NBA y en la Euroliga, por mencionar a las figuras-, más el retiro de Luis Scola,, el entrenador necesita piezas que lo ayuden. Entonces, tener toda la experiencia de Delfino a disposición es una invitación imposible de rechazar.

Luis Scola, Andrés Nocioni, Carlos Delfino y Manu Ginóbili en la preparación del último torneo en el que estuvieron juntos, en Río 2016.
MARCELO FIGUERAS


Luis Scola, Andrés Nocioni, Carlos Delfino y Manu Ginóbili en la preparación del último torneo en el que estuvieron juntos, en Río 2016. (MARCELO FIGUERAS/)

Pero no se trata sólo de una figura que tendrá peso afuera del campo de juego. Delfino representa mucho más que eso. Su vigencia es lo que empuja a la citación. “Con el staff fuimos armando la lista de acuerdo a los jugadores que podíamos traer del exterior, nada fácil en este momento económico. Por suerte, la Confederación Argentina hizo el esfuerzo y tendremos a dos jugadores importantes de Europa (Delfino y Juan Fernández, de Fuenlabrada, España). El regreso de Carlitos (Delfino) se da porque está en un grandísimo momento en Italia y por la experiencia que tiene”, explicó el Che García.

Sus registros son los que apoyan la determinación. Delfino, a pesar de su edad, es uno de los hombres importantes dentro de la Liga de Italia: es el 12° máximo anotador de la Lega A con 15,3 puntos de promedio por partido (a solo 3 del primero), además de ostentar una efectividad de 42,4% en triples (con 7,4 intentos por partido) y estar 2° en la tabla de robos: 2,2 de media.

Carlos Delfino, en Pesaro: es uno de los hombres importantes dentro de la Liga de Italia.
Carlos Delfino, en Pesaro: es uno de los hombres importantes dentro de la Liga de Italia.


Carlos Delfino, en Pesaro: es uno de los hombres importantes dentro de la Liga de Italia.

Es un guerrero y quizá por eso recibe este premio. Porque algunos pudieron pensar que la historia de Delfino con la selección se había terminado en aquellos Juegos Olímpicos de Río 2016, cuando la Generación Dorada tocó por última vez con Manu Ginóbili, Andrés Nocioni, Luis Scola y Delfino.

Reveló en varias oportunidades que la pasó muy mal, que estuvo deprimido durante el período en el que no podía recuperarse de una lesión que lo atormentó (la rotura del hueso escafoide del pie derecho). Pasó por siete operaciones, sufrió como nunca, pero no se resignó. Pasó tarde completas en el club Unión, en Santa Fe, haciendo movimientos de lanzamiento con su papá como su rival. “Estuve deprimido y toqué fondo. Algunos tenían miedo, decían que quedaría con el pie ortopédico, otros que se me desplazarían los huesos. Otros me sugerían el retiro , que me dedicase a pescar, a mi familia, pero yo no quería terminar así mi carrera. Luché y perseveré y nunca dejé de soñar”, desgranaba en su última entrevista con este diario.

La palca homaneja para Carlos Delfino
CABB


Carlos Delfino, una porción valiosa de la Generación Dorada. (CABB/)

Cuatro participaciones en Juegos Olímpicos (Atenas, Pekín, Londres y Rio de Janeiro), una medalla dorada, otra de bronce, una cantidad de historias en su mochila que resultan increíbles. La NBA, la Liga Nacional, Rusia, España, Italia… Una huella imposible de borrar.

“Uno quiere cerrar la cajita de los recuerdos con un moño. Tengo otro turno de la calesita y estoy arriba, estoy contento” . El dueño de esta frase es Carlos Delfino, el último de los mohicanos de la GD.