Reconstruir plantillas para un juego cambiante

Kyle Schwarber, de Philadelphia, conecta un jonrón en la quinta entrada del tercer juego de la Serie Mundial entre los Phillies y los Astros de Houston, en Philadelphia, el 1 de noviembre de 2022. (Doug Mills/The New York Times)
Kyle Schwarber, de Philadelphia, conecta un jonrón en la quinta entrada del tercer juego de la Serie Mundial entre los Phillies y los Astros de Houston, en Philadelphia, el 1 de noviembre de 2022. (Doug Mills/The New York Times)

LAS VEGAS— A partir de la próxima temporada, el modo en que se juega y se ve el béisbol en las Grandes Ligas de Béisbol (MLB, por su sigla en inglés) será notablemente distinta. Con la esperanza de introducir más acción, reducir la duración de los partidos y disminuir las lesiones, la MLB, por el momento, presentará un reloj de lanzamiento, prohibirá el shift defensivo, o cambios dentro del cuadro, y agrandará el tamaño de las bases.

Mientras las oficinas centrales remodelan sus plantillas para 2023 —la agencia libre comenzó en serio el jueves— también analizan las nuevas reglas e intentan descifrar cómo podrían afectar a los jugadores.

¿Los equipos con más velocidad se volverán más potentes ofensivamente? ¿Serán más valiosos los jugadores a los que les solían robar sencillos potenciales con los extremos cambios defensivos? ¿Serán más codiciados los defensores que pueden cubrir mucho terreno? ¿Los lanzadores rápidos que necesitan mucho tiempo entre lanzamientos perderán algo de velocidad de forma repentina?

“Los jugadores de las Grandes Ligas de Béisbol son capaces de hacer ajustes muy rápidos”, afirmó el gerente general de Texas, Chris Young, quien lanzó durante 13 temporadas en las mayores.

“Son grandes atletas y hacen ajustes”, continuó. “Así que estoy seguro de que la mayoría de los jugadores podrán adaptarse a los cambios en las reglas. Dicho esto, es algo que tenemos en cuenta y que consideraremos. No creo que vaya a influir en nuestra opinión de un extremo al otro en términos de que nos guste o no un jugador”.

En las reuniones anuales de gerentes generales de la MLB de la semana pasada, otros presidentes de operaciones de béisbol y gerentes generales se hicieron eco de opiniones similares: las nuevas reglas quizás no anulen su interés en un jugador determinado, pero sin duda los ejecutivos tienen que tener en cuenta cómo podrían alterar el desempeño en el campo.

“Tienes que hacer ajustes”, afirmó Dave Dombrowski, presidente de operaciones de béisbol de los Phillies de Philadelphia, cuyo equipo perdió ante los Astros de Houston en la Serie Mundial este mes.

A partir de la próxima temporada, dos jugadores de cuadro deberán colocarse a cada lado de la segunda base al momento de un lanzamiento. Los cuatro jugadores de cuadro deberán tener los pies colocados en el corte del cuadro interior frente al césped de los jardines.

Dombrowski afirmó que esta nueva regla afectará un poco la manera en que construye una plantilla, pero agregó que nunca le rehuyó a los jugadores que se veían afectados por el shift defensivo, señalando como ejemplo el contrato de cuatro años y 79 millones de dólares que los Phillies le dieron al toletero zurdo Kyle Schwarber en marzo. Aunque bateó .218 la temporada pasada, Schwarber fue un bateador valioso porque conectó 46 jonrones (líder en la Liga Nacional) e impulsó 94 carreras. Nunca ha tenido un alto promedio de bateo en las mayores, pero su producción podría aumentar la próxima temporada.

Según Dombrowski, la nueva regla sobre el cambio defensivo también será un factor para los jugadores de la mitad del cuadro. El shift defensivo permitía que algunos equipos ocultaran las deficiencias de un jugador de cuadro menos habilidoso porque él o sus compañeros de equipo cercanos podían posicionarse de una manera que ayudara a la situación, afirmó Derek Falvey, presidente de operaciones de béisbol de los Mellizos de Minnesota. Eso podría cambiar pronto.

“Vimos en los últimos años que algunos equipos incluso realizaron cambios por jugadores que nunca habían jugado la segunda base y los pusieron allí”, afirmó. “Ahí es cuando abrías más los ojos y decías: ‘Oooh, eso podría ser algo peligroso’. Pero luego te dabas cuenta que con el shift defensivo, con la capacidad de esquivar el problema, quizás a veces poner al tercera base cerca de esa profunda posición en segunda y luego esconder un poco el factor de rango allí, podías obtener algunas buenas combinaciones. Ahora creo que te quedarás estancado con lo que tienes. Así que a partir de ahora vas a necesitar ese rango”.

La gerente general de los Miami Marlins, Kim Ng, señaló a su segunda base, Jazz Chisholm Jr., como un ejemplo de un defensor quien ahora “podrá mostrarle un poco más de su destreza” a los aficionados. En otras palabras, más jugadas atléticas y destacadas en la defensa.

En cuanto a las bases, aumentarán de tamaño, de 96 a 116 centímetros cuadrados, con la esperanza de proteger a los jugadores: las posibilidades de que a un jugador de la primera base le pisen el pie deberían disminuir. Como beneficio adicional, las bases más grandes podrían fomentar más sencillos y robos de base. En 2022, los equipos de la MLB promediaron 0,51 bases robadas por juego, según Baseball Reference, una tasa que ha decrecido durante décadas gracias en gran parte a que los equipos han decidido que el riesgo es mayor que la posible recompensa.

Ng afirmó que las bases más grandes podrían beneficiar a equipos como el suyo, que tiene a varios jugadores veloces, como Chisholm, Jon Berti, y Joey Wendle. No solo podrían generarles algunas bases robadas adicionales, afirmó, sino que podría generar más sencillos dentro del cuadro en 162 juegos o que los jugadores eviten más doble plays con éxito.

“No sé si afectará la manera en que pudiera construir un equipo como tal, aunque quizás pudiera darle más relevancia a la velocidad”, afirmó Dombrowski. Después de todo, la clave del éxito de los Astros no ha sido la velocidad, sino el conectar jonrones y poncharse poco.

Según Ng, el reloj de lanzamiento “va a ser un gran ajuste para todos, desde nuestra defensa hasta los lanzadores, la ofensiva, los entrenadores y los mánager”. Ng luego agregó, sobre cualquier impacto potencial en el deporte: “la parte positiva, si la tiene, afectará a todos”.

En 2023, el reloj de lanzamiento se establecerá en 15 segundos entre lanzamientos cuando las bases estén vacías, y hará cuenta regresiva desde los 20 segundos cuando haya al menos un corredor en las bases. Si el tiempo expira, se emitirá un llamado de bola automático. La MLB descubrió que la implementación de un reloj de lanzamiento en las ligas menores la temporada pasada redujo 25 minutos el tiempo promedio de los juegos, a unas 2 horas y 38 minutos.

Sin embargo, algunos ejecutivos afirmaron que todavía no se sabe si eso afectará el desempeño de los lanzadores. A medida que ha aumentado la velocidad en la MLB —el promedio de recta de cuatro costuras alcanzó un récord de 94 millas por hora en 2022— también lo ha hecho el tiempo entre lanzamientos. Lanzar fuerte requiere de una importante cantidad de energía, y los lanzadores de máximo esfuerzo necesitan unos segundos adicionales entre lanzamientos para recuperarse.

“No creo que para un tipo que haga 20 lanzamientos, el impacto de reducir unos segundos entre estos en la novena entrada vaya a marcar alguna diferencia”, afirmó Falvey. “Quizás sí sea el caso para un lanzador abridor. Puedo ver el impacto para un tipo que va a ser un poco más consciente entre lanzamientos”.

© 2022 The New York Times Company