Racing - Flamengo, por la Copa Libertadores: Jorge Sampaoli, de los insultos por no llevar a Lautaro Martínez al Mundial a la jugada de pizarrón para el golazo de Gabigol

Gabriel Barbosa festeja con Jorge Sampaoli el gol de jugada preparada que significó el 1-0 de Flamengo ante Racing en Avellaneda, por la Copa Libertadores; al final fue empate
Gabriel Barbosa festeja con Jorge Sampaoli el gol de jugada preparada que significó el 1-0 de Flamengo ante Racing en Avellaneda, por la Copa Libertadores; al final fue empate - Créditos: @Gustavo Garello

Jorge Sampaoli siempre fue un personaje particular. Reconocido como director técnico casi de manera unánime por los argentinos hasta antes de asumir en la selección, edificó una carrera a pura lucha y determinación. El público le cuestionó algunas reacciones públicas, incluso algunas de ellas fuera del campo de juego, eso sí, y su excursión por Rusia 2018 lo marcó a fuego negativamente, aunque él nunca habló en los medios sobre detalles puntuales de aquel Mundial. Lo cierto es que se trata de un DT que intenta dar vuelta la página rápido. No olvida el pasado, pero se concentra en el presente soñando con un futuro mejor. Este jueves volvió a la Argentina pero como director técnico de Flamengo y ante Racing, en el Cilindro de Avellaneda, por la tercera fecha del Grupo A de la Copa Libertadores. El empate 1-1 le dejó un sabor amargo ya que jugó 45 minutos con un futbolista más, pero no lo pudo aprovechar. Y encima... lo pudo perder. Uno de los temas en su regreso al país fue la no convocatoria de Lautaro Martínez. Mäs allá del paso del tiempo, la gente se lo recriminó en el estadio y él explicó sus motivos.

El desafío, “su” desafío, se llama Flamengo, para despertar a un gigante que no la estaba pasando nada bien, pese a que es el campeón vigente de la Copa Libertadores. Y en el grupo A necesitaba sumar como visitante de Racing porque de los dos partidos el conjunto brasileño había ganado uno (con Sampaoli en el banco, ante Ñublense) y perdido el restante (con Vítor Pereira, el anterior DT y ante Aucas), mientras que la Academia venía con el puntaje ideal: 6 de 6. Vestido de conjunto deportivo con los colores negro y rojo, vivió el partido de manera intensa.

El 21 de marzo pasado, el rumbo de Sampaoli se modificaba: Sevilla anunciaba su despido: “El Sevilla FC ha resuelto el contrato con su entrenador, Jorge Sampaoli, tras la derrota del equipo en Getafe, que ha vuelto a colocar el equipo al borde de las plazas de descenso. El hecho de que el equipo no haya logrado salir de las posiciones más bajas de la tabla desde su incorporación como técnico y la imagen ofrecida en los últimos encuentros del equipo han llevado al club a tomar esta decisión, en busca de una reacción en las doce últimas jornadas que restan para acabar la Liga -dijo el texto-. Sampaoli había firmado en octubre de 2022 un contrato hasta junio de 2024, pero las cosas no salieron como ninguna de las partes pensaba.

Jorge Sampaoli, DT de Flamengo, durante el partido con Racing, por la Copa Libertadores
Jorge Sampaoli, DT de Flamengo, durante el partido con Racing, por la Copa Libertadores - Créditos: @LUIS ROBAYO

Este jueves, fiel a su estilo, se la pasó caminando de manera el eléctrica de un lado para el otro el corralito del banco de suplentes. Primero se dio un abrazo afectuoso con Fernando Gago, y hasta se permitió una sonrisa, pero enseguida, cuando fue divisado por los simpatizantes de la Academia, empezaron los insultos. “Sampaoli botón... Sampaoli botón... sos un h... de p...”. El canto se repitió varias veces antes del comienzo del encuentro. ¿Por qué el enojo de los hinchas? Haber dejado afuera de la convocatoria para el Mundial de Rusia a Lautaro Martínez, campeón en Qatar 2022 y emblema surgido de las inferiores de Racing. Tras el partido, el entrenador dio su explicación: “Son decisiones del momento. A Lautaro (Martínez) lo vine a ver y lo valoro. El y Centurión son jugadores que sienten el fútbol como lo siento yo. Mejor que hoy no estaban acá para jugar contra nosotros. Pero en aquel momento sentí que por la poca distancia que había entre el Mundial y el equipo que tenía que armar en mi corta llegada, me decidí por jugadores que tenían más experiencia en ese tipo de eventos”.

En agosto de 2018, Lautaro Martínez criticó duramente a Sampaoli: “A mí Sampaoli nunca me dijo que estaba lento. Me dolió quedar afuera del Mundial”, había dicho en una entrevista con Fox Sports. Y agregó: “Los cambios que me pidió Jorge Sampaoli me hicieron bajar mi nivel futbolístico”. Hubo heridas que no cerraron.

Sampaoli, que durante el partido de este jueves ante Racing no paró de dar indicaciones (aplaudió cada acción de sus futbolistas y también se desahogó con un grito furioso al aire de bronca ante una chance de gol desperdiciada), seguía muy de cerca al actual centrodelantero de Inter en la previa del Mundial 2018, como también a otros futbolistas de la Academia de entonces: Matías Zaracho y Ricardo Centurión. Pero luego de haber ido al Cilindro más de cinco veces a observar, sobre todo, movimientos de Lautaro Martínez, Sampaoli no lo llevó al campeonato del mundo, que tuvo como “representantes locales” del fútbol argentino a Cristian Pavón, Maximiliano Meza, Franco Armani y Enzo Pérez.

El gol de jugada preparada de Sampaoli

El show no tardó en llegar: a los once minutos, el árbitro Jesús Valenzuela se acercó a Sampaoli y le dijo: “La última, la próxima te vas”. ¿Qué había sucedido? El DT argentino le había protestado airadamente la sanción de una infracción cobrada de Ayrton Lucas sobre Hauche. El árbitro venezolano, conociendo la característica del técnico argentino, lo advirtió enseguida.

A los 25 minutos, Sampaoli pegó un salto y levantó sus manos pidiendo la segunda amarilla para Hauche, por un empujón a Lucas. El árbitro coincidió con la apreciación del DT y le mostró la roja al delantero. Enseguida, el entrenador se puso a hablar con Arturo Vidal y Pedro para reordenar a su equipo y que pueda aprovechar el futbolista de más. De no creer: 58 segundos pasaron desde la primera amarilla de Hauche a la segunda.

Maldijo y le dio una patada al aire con el gol perdido por Gabigol abajo del arco de Arias luego de un cambio de frente de Vidal y una pelota bajada de cabeza por Pedro. Estaba por finalizar el primer tiempo pero Flamengo no lograba hacer valer el jugador de más. Pero sintió satisfacción con el golazo de Gabigol, de jugada preparada de tiro libre lateral: Erik Pulgar amagó un centro y jugó la pelota rasante al punto penal para el remate el ángulo del 9. Gabigol fue corriendo a abrazar a Sampaoli tras el 1-0.

Jorge Sampaoli reordena a los jugadores de Flamengo tras la expulsión de Hauche
Jorge Sampaoli reordena a los jugadores de Flamengo tras la expulsión de Hauche - Créditos: @Gustavo Garello

El fin de semana, Sampaoli había sido noticia en Brasil porque en la caída frente al Botafogo en el Maracaná por 3-2 se pudo observar una situación táctica que sorprendió a todos. El arquero Santos se ubicó en el lugar del primer central y participó de manera activa en la salida del equipo. Algo similar sucedió ante Racing, por la Libertadores. “Es un proceso. La idea es ganar un jugador más”, explicó luego en la conferencia de prensa. Y Santos recibió en posición de salida con balones cortos o también con lanzamientos largos hacia la posición del wing derecho. Esta variable fue más utilizada en la primera etapa, donde recibió los reproches de los simpatizantes de Flamengo.

En la segunda etapa, Gago también aportó lo suyo desde lo gestual y los reclamos al arbitraje de Valenzuela. Juan Soto, el peruano a cargo del VAR, chequeó el posible penal por mano de Wesley tras un cabezazo de Romero y habló con el árbitro principal, que se mantuvo firme en su primera observación. Sampaoli fue amonestado por protestar en el tiempo adicionado, fue jugada en la que reclamó un lateral para Flamengo y, al mismo tiempo, le pedía a su jugador que “vuelve para marcar”.

Gabigol festeja el 1-0 de Flamengo ante Racing en Avellaneda
Gabigol festeja el 1-0 de Flamengo ante Racing en Avellaneda - Créditos: @LA NACION/Mauro Alfieri

Pero Sampaoli sumó nerviosismo por la expulsión de Wesley, por dos amonestaciones por infracciones sobre el mismo jugador: Gabriel Rojas. La posesión del 71% del balón no era sinónimo de dominio. Encima... acto seguido, de ese tiro libre, el golazo de Nicolás Oroz al ángulo superior derecho del arquero. Y hasta pasó el temblor con el remate de Emiliano Saliadarre en el palo derecho a diez minutos del final. luego de un grosero error del central Fabricio Bruno. El DT no lo podía creer, sabe que tiene mucho trabajo por delante.

“Hace apenas 15 días que estamos acá. Tenemos mucho que mejorar, pero fuimos muy superiores en el desarrollo y debimos haber ganado el juego. Pero lamentablemente una jugada esporádica, generó la falta cerca del área y el gol. Pero Flamengo siguió buscando el triunfo, siguió protagonizando y hay que darle un valor a eso. Vamos a ir trabajando para minimizar el aspecto de contundencia defensiva y mejorar el volumen de ataque”, opinó Sampaoli tras el partido.

El golazo de Oroz para el 1-1

“Me toca decir adiós a una ciudad y a unos colores que llevo en el corazón”, había dicho Sampaoli cuando se fue de Sevilla y no sabía que Flamengo lo iba a llamar tan pronto. Y agregó: “Cuando me llamaron para regresar, pensé que era una buena opción para cerrar una primera etapa que, de alguna manera, había quedado abierta. Sevilla es el primer equipo en mi carrera en el que intento una segunda oportunidad. Y puedo certificar que, pese a que las circunstancias fueron diferentes, mi cariño por este escudo no se rompe y continúa siendo enorme. Me voy con la cabeza alta por la actitud en todos los momentos, porque estamos en cuartos de final de Europa League y porque nos esforzamos muchísimo para sacar esta historia adelante. El fútbol no siempre nos devuelve con alegrías el insomnio que le dedicamos”.

Sampaoli vive de manera intensa ahora los destinos de un nuevo equipo que le quita el sueño: Flamengo. Asumió nada menos que en el campeón de América y el piso está alto, una oportunidad ideal para un hombre que nunca pareció temerle a nada.