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Qatar 2022: México y el fin de una generación que no ganó nada y cayó a los abismos

En Qatar 2022, México y el último suspiro de su generación estandarte vivieron un golpe final. (Reuters)
En Qatar 2022, México y el último suspiro de su generación estandarte vivieron un golpe final. (Reuters)

Qatar 2022 significó un fin de ciclo para la Selección Mexicana. Los hombres más experimentados del Tri se verán obligados a dar un paso al costado. Andrés Guardado y Héctor Moreno admitieron, desde antes del Mundial, que este torneo sería su adiós definitivo. Guillermo Ochoa y Héctor Herrera no han hecho proyecciones futuras, pero si todo marchara como debe, sus salidas del tricolor tendrían que ser normales.

En el último par de casos, quizá todavía puedan aportar desde el punto de vista futbolístico. Ochoa está por encima de sus competidores, lo cual habla mal de sus colegas, y Herrera "apenas" tiene 32 años. Pero darles continuidad sería perpetuar el clima de decepción que prevalece en la atmósfera del equipo. Tal vez, por mera renovación de ambiente, lo mejor sería que se hicieran a un lado y dieran paso a la nueva generación. Porque es cierto que la nueva camada arrancará sin referentes y voces de peso. Y justo por eso es necesario que asuman la responsabilidad desde ya: nadie más cargará con la selección que ellos, los nuevos nombres, con lo malo y bueno que eso implica.

Ya no hay mañana para los guardianes de viejos tiempos. Moreno, último estandarte de la generación de oro que nació en Perú 2005 con el campeonato del Mundo sub-17, había mostrado su versión más declinante desde hace tres años. No hubo intención de relevarlo y Johan Vásquez, quien más se aproximó a hacerlo, se quedó corto con sus suplencias en la Serie A italiana. Herrera ya no estaba para jugar en el Mundial, pero eso sólo se hizo evidente para Martino hasta el último partido, cuando Orbelín Pineda hizo todo lo que él no pudo en los dos primero partidos. Guardado mantenía un buen nivel parcial, pues su físico ya no le permitía jugar partidos completos.

Esta generación es el punto de unión entre los últimos 17 años y la actualidad. Ahí estuvo Ochoa en el Preolímpico de Carson; Guardado perdió la Copa Oro 2007 con Estados Unidos y, tras asombrar en Alemania 2006, compartió vestidor con Moreno en Sudáfrica 2010 para vivir otra amargura. Herrera ganó el oro en Londres 2012, esa generación que tanto ilusionó a México: salir de la medianía era posible. Y nada cambió. Juntos, Ochoa, Moreno, Guardado y Herrera estuvieron en el 7-0 de Chile en 2016. Y en 2013 comprometieron el boleto al Mundial como nunca se había visto.

Durante muchos años, en descargo de ellos, se podía decir que habían llegado al mismo lugar que todos. Pero eso se terminó en Qatar 2022. México cayó en Fase de Grupos, lo nunca visto desde 1978, y todos sus pilares cerraron así un círculo de decepciones mayúsculas. Y no sólo ellos, también los que ya no están pero nada hubieran cambiado: Javier Hernández, Carlos Vela y Giovani dos Santos.

Es momento de que Edson Álvarez, César Montes, Luis Chávez, Hirving Lozano, Alexis Vega, Orbelín Pineda y compañía tomen en sus hombros la obligación de comandar a la selección mexicana. No hay de otra. La generación de oro no da para más y es mejor cerrar el ciclo de una vez. La medalla olímpica de oro y el Mundial infantil de Perú ahí quedarán por siempre, como momentos emotivos, pero su utilidad, 17 años después del primer hito, es nula.

Mención aparte merece Raúl Jiménez, y no por los mejores motivos. En ninguno de sus tres Mundiales jugados ha sido un referente para el Tri. En todos fue suplente y no marcó ningún gol. Formó parte de la generación de oro de Londres 2012, pero ni siquiera en su momento más dulce en Inglaterra pudo marcar diferencia con el Tri. Lo mismo aplica para Jesús Corona. Quizá por edad no entran en el paquete de jugadores que dirán adiós, pero es un hecho que tampoco cuentan con la jerarquía (de verdad) para liderar a la selección.

Y en el caso de Raúl, el nuevo director técnico tendrá que estar muy pendiente de su nivel futbolístico para definir si lo de este torneo fue un mal momento o ya se trata de la norma en un Raúl que el futbol maldijo con aquel choque de cabezas fatídico. México tiene lo que tiene. No hay luces ni grandes nombres, pero es mejor desprenderse del pasado de una vez por todas.

 

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