Qatar 2022, el último Mundial tal y como lo conocemos. Dile adiós y dale las gracias

Qatar 2022 ya es un recuerdo. Pinturas de Mbappé, Messi y Julián Álvarez en calles de Mumbai, India. (Punit PARANJPE / AFP)
Qatar 2022 ya es un recuerdo. Pinturas de Mbappé, Messi y Julián Álvarez en calles de Mumbai, India. (Punit PARANJPE / AFP)

Despídanse del Mundial Qatar 2022 y denle un abrazo, porque nunca volverá a ser lo mismo. De hecho ya no lo era. Porque si el Mundial siguiera siendo el Mundial de toda la vida, tuvo que haberse jugado en junio y julio Y dirán los fans de antaño que ese tampoco era el Mundial de verdad: porque antes era de 24 equipos y, más atrás de 16, y algún día fue de diez. Pero cada certeza formará parte del basurero del recuerdo para Norteamérica 2026.

Faltan tres años y medio. No es tanto tiempo como lo son los cuatro años de espera de cajón. Sí, la Copa del Mundo decembrina trajo consigo el martirio de esperar seis meses adicionales, pero alguna recompensa tuvo. Menos espera para el que sigue. De Rusia a Qatar esperamos seis meses más. Seis meses que se fueron entre las manos. El Mundial ya se terminó. Ya forma parte del anecdotario y de los recuerdos fugaces. Todo ha pasado tan rápido que ya se piensa en lo que viene. Habrá futbol para arrojar al cielo, como de costumbre, aunque ya se asome esa resaca mundialista. Después de la borrachera de goles viene la nostalgia y qué se le va a hacer.

Fans de Marruecos en París durante el partido entre su equipo y Francia. (Ameer Alhalbi/Anadolu Agency via Getty Images)
Fans de Marruecos en París durante el partido entre su equipo y Francia. (Ameer Alhalbi/Anadolu Agency via Getty Images)

En el próximo Mundial todo será diferente. No tendrán sentido las Eliminatorias porque habrá 48 participantes. Estarán todos los que tengan que estar. De verdad, muchachos, se acabaron los pretextos para no calificar con 48 boletos. Habrá que ser malísimo para no estar en la fiesta, una fiesta que, por obvias razones, perderá la poquísima exclusividad que le restaba. Y además la fase de grupos será aburridísima: 16 grupos de tres participantes cada uno (todavía no deciden si será así o con doce grupos de cuatro equipos, según ha reconocido Gianni Infantino). Si proceden con el método de los 16 grupos, una selección descansará mientras las otras dos juegan su partido. Habrá lugar, ingenuamente, para qué algún equipo llegue sin vida al último partido y le facilite las cosas a su rival y le arruine la existencia al otro, al que sí lo enfrentó cuando todavía había algo en juego.

Pero bueno, seguirá siendo el Mundial y lo veremos. Y habrá que comprar más estampas para llenar el álbum y habrá que aprenderse más nombres impronunciables y saber cómo juega la estrella de algún equipo que vuelve a la Copa luego de 40 años o que se ha clasificado por primera vez. Ya lo hacemos ahora y lo hemos hecho siempre, pero volvamos a decirlo para ir calibrando el caos: ¡48 selecciones!

Fans de Argentina en las calles de Buenos Aires celebrando la victoria de su equipo sobre Croacia. (REUTERS/Agustin Marcarian)
Fans de Argentina en las calles de Buenos Aires celebrando la victoria de su equipo sobre Croacia. (REUTERS/Agustin Marcarian)

Además serán tres los países anfitriones. Lo máximo habían sido dos hasta ahora (Corea y Japón en 2002). Estados Unidos, Canadá y México recibirán el Mundial más atípico de la historia, ese en el que no estarán las caras de siempre: Suárez, van Gaal, Pepe, Busquets, De Bruyne, Giroud y tantos más. Messi ha dicho que no llega. Es mejor no creerle. Y tampoco hay que descartar a un Cristiano de 41 años ni a Neymar, por fin, convertido en un veterano (34 años), porque luego de tantos años uno pensaría que él nunca envejece. Y sí, seguramente Guillermo Ochoa querrá ir por su sexta Copa del Mundo jugada (ojalá, por el bien del futbol mexicano, como suplente y maestro guía de alguien más).

Algún adolescente de 14 o 15 años será la sensación de ese Mundial pero todavía no lo sabe. Un país que nunca ha hecho nada en Mundiales conmoverá al Mundo y todos querrán ser de ese país. Se hablará de parajes históricos, de por qué se quejaban de Qatar y no de Estados Unidos, de si México tiene capacidad para atender un Mundial (aunque haya recibido migajas) y de por qué Canadá es sede si a nadie ahí le interesa el futbol.

Trofeo de la Copa del Mundo, lo único que mantiene su esencia. (REUTERS/Eduardo Munoz)
Trofeo de la Copa del Mundo, lo único que mantiene su esencia. (REUTERS/Eduardo Munoz)

Hay cosas que nunca cambian y no sabemos si eso es bueno o malo. Probablemente sea bueno y malo. Veremos el Mundial y recordaremos Qatar 2022. Ay, la nostalgia. Sí, se jugó en un país que violaba los derechos humanos, pero qué buenos recuerdos nos dejó. Eso diremos para recordar que todo era mejor hace cuatro años. Pero en algún momento anunciarán quién o quiénes organizarán el Mundial de 2030 y volveremos sobre nuestros pasos: todo era mejor cuando creímos que lo que teníamos no era mejor que lo de antes, y así hasta el fin de la humanidad. Si la diosa fortuna hace su trabajo, este torneo seguirá jugándose cada cuatro años y no cada dos. Calma, que si algún día se organiza cada semana, ahí seguiremos: es el Mundial aunque tenga cara de desconocido.

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