El pupilo de Josep Pedrerol le canta las cuarenta en ‘El Chiringuito’ por la tirria a Luis Enrique

Haga lo que haga la España de Luis Enrique, en 'El Chiringuito de Jugones' la voz cantante siempre deja su sello contra su figura. Y todo esto teniendo en cuenta que se van cumpliendo los objetivos, aunque a veces si pones Mega parezca todo lo contrario. Afortunadamente, también hay quien alza la voz, aunque sea para dejar en mal lugar al jefe, entre otros.

Y es lo que ha hecho Juanfe Sanz, al único que han respetado su turno de palabra de la bancada, dígase así, que no es anti Luis Enrique. Con anterioridad, tanto Roberto Morales, por partida doble, como Petón trataron de exponer sus argumentos y contrarrestar las quejas de la bancada madridista más extrema (Alfredo Duro, José Luis Sánchez y Edu Aguirre, sin contar a Juanma Rodríguez, que apoya a Francia actualmente, ausente en el último programa), pero fueron interrumpidos constantemente, incluso por el conductor de la tertulia, con sorna incluida.

Tiene un sentido: calzar las cuatro patas cojas de su editorial sobre lo "rematadamente mal" que juega el equipo de Luis Enrique, camuflado en una vaga defensa de la celebración con cava y champán tras el triunfo. ¿Las causas del festejo para Pedrerol? Que "hay muchos motivos para criticar" y que "hemos tenido suerte".

Parecía que no hacía falta la presencia de un atisbo de coherencia, porque la gente ya se había encargado de dejar en evidencia y quitarle el sentido a las palabras de Pedrerol, viendo la ola de comentarios en contra en la publicación de 'El Chiringuito' en Twitter.

Pero Juanfe sí que era necesario y llegaba con un alegato que tocaba la tecla debida, apoyándose en el discurso de "pseudomadridistas" de Jose Mourinho cuando dirigía al Real Madrid:

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Zasca mayúsculo al 'mourinhismo' de Josep Pedrerol, que se las tuvo con Luis Enrique en el pasado y eso también pesa. Entonces el resultadismo primaba. Y claro que hay quien se enfada por la clasificación de España (madridistas) por el simple hecho de ser entrenada por Luis Enrique, y Pedrerol tiene a alguno cerca que hasta ha confesado que va con otro país hasta que no se vaya el entrenador asturiano.

Por los suelos también los alegatos de Duro, Sánchez y Aguirre, que se han desgañitado contra el unocerismo, cuando la España campeona del mundo ganaba por la mínima y con estadísticas similares a las del partido contra Grecia y Suecia. Mucha posesión y muy pocos remates a puerta.

Lo que no cuentan es que la generación actual de futbolistas ni se acerca al nivel de aquella, y aún así va cumpliendo objetivos, que podrían haberse transformado en títulos de no ser por una tanda de penaltis desfavorable, que con Luis Aragonés cayó a nuestro favor y lo cambió todo, y de una jugada polémica contra Francia en la final de Nations League. Cosa que con este grupo de jugadores, lejos de la brillantez, se traduce en un papel sobresaliente.

La excusa de Pedrerol contra los defensores del asturiano ha sido la de no mirar al pasado, sino incitarles a hablar del último partido de España. Lo que se le ha olvidado mencionar es que la selección no contaba en ataque con varios de sus hombres determinantes: Pedri, Ferrán Torres, Ansu Fati y Gerard Moreno.

Tampoco ha aceptado como argumento que el fútbol hoy en día no es cosa de coser y cantar, con el ejemplo tan cercano de las derrotas de Portugal e Italia, las dos últimas campeonas de Europa, contra selecciones consideradas inferiores como Serbia y Suiza.

Eso no interesa tanto como la caza de brujas.