El presidente de Israel insta a detener la reforma judicial tras las protestas

Hoguera mientras la gente asiste a una manifestación en Tel Aviv

Por James Mackenzie

JERUSALÉN, 27 mar (Reuters) - El presidente israelí, Isaac Herzog, instó el lunes al Gobierno a detener su controvertida reforma judicial, un día después de que el primer ministro Benjamin Netanyahu destituyera a su ministro de Defensa por oponerse a la medida, lo que desató protestas callejeras masivas.

"Por el bien de la unidad del pueblo de Israel, por el bien de la responsabilidad, le pido que detenga inmediatamente el proceso legislativo", dijo Herzog en Twitter.

La advertencia del jefe de Estado, que se supone que está por encima de la política y cuya función es en gran medida ceremonial, subrayó la alarma que han causado las divisiones abiertas por las propuestas. Se produjo tras una dramática noche de protestas en ciudades de todo Israel, en la que decenas de miles de personas salieron a las calles tras el anuncio de Netanyahu de que había destituido al ministro de Defensa, Yoav Gallant.

Un día antes, Gallant había hecho un llamamiento televisado para que el Gobierno detuviera su emblemática revisión del sistema judicial, advirtiendo de que la profunda división que había abierto en la sociedad israelí estaba afectando al ejército y amenazando la seguridad nacional.

Tres meses después de que asumiera el poder uno de los gobiernos más derechistas de la historia del país, la destitución de Gallant ha sumido en una crisis a la coalición nacional-religiosa de Netanyahu, ante una creciente emergencia de seguridad en Cisjordania ocupada.

La reforma judicial, que otorgaría al ejecutivo el control sobre el nombramiento de los jueces del Tribunal Supremo y permitiría al Gobierno anular las sentencias de los tribunales sobre la base de una mayoría parlamentaria simple, ha provocado protestas masivas durante semanas.

Mientras que el Gobierno afirma que la reforma es necesaria para frenar a los jueces activistas y establecer un equilibrio adecuado entre el Gobierno electo y el poder judicial, los opositores la consideran un debilitamiento de los controles y equilibrios legales y una amenaza para la democracia de Israel.

(Reporte de James Mackenzie; Edición de Edmund Klamann y Raju Gopalakrishnan, editado en español por José Muñoz)