El Gran Premio de Hungría: el primer GP de la Fórmula 1 en un país comunista

Ayrton Senna y Nelson Piquet en la parrilla de salida del Gran Premio de Hungría de la Fórmula 1, Hungaroring, disputado el 10 de agosto de 1986. El Lotus-Renault de Senna en la pole position, compartiendo la primera fila del con el Williams de Piquet (Foto: Paul-Henri Cahier/Getty Images)
Ayrton Senna y Nelson Piquet en la parrilla de salida del Gran Premio de Hungría de la Fórmula 1, Hungaroring, disputado el 10 de agosto de 1986. El Lotus-Renault de Senna en la pole position, compartiendo la primera fila del con el Williams de Piquet (Foto: Paul-Henri Cahier/Getty Images)

El Gran Premio de Hungría es todo un 'clásico' del Mundial de Fórmula 1, pero supuso toda revolución, cuando, en 1986 se convirtió en el primer país del antiguo bloque comunista en albergar una carrera de la categoría reina.

¿Fórmula Uno al otro lado del telón de acero? Prácticamente inimaginable, tan sólo un par de años antes de que el circuito del extrarradio de la capital húngara acogiese, un 10 de agosto, la undécima de las 16 carreras de ese año.

Pero pocas cosas se le antojaban imposibles a Bernie Ecclestone, el genio que ideó y desarrolló todo este monumental espectáculo deportivo derivado en multimillonario negocio que durante varios decenios fue de su propiedad.

Nigel Mansell de la escudería Williams-Honda durante el Gran Premio de Hungría, Hungaroring, disputado el 10 de agosto de 1986. (Foto: Paul-Henri Cahier/Getty Images)
Nigel Mansell de la escudería Williams-Honda durante el Gran Premio de Hungría, Hungaroring, disputado el 10 de agosto de 1986. (Foto: Paul-Henri Cahier/Getty Images)

Mucho antes de que se acuñase el término globalización, el ex piloto, ex jefe de equipo y empresario británico se adelantó una vez más a sus tiempos, al dar un nuevo paso en la universalización de la F1: penetrando en el anteriormente impermeable territorio de los países que conformaban el desaparecido Pacto de Varsovia. Firmado en 1955, en la capital de Polonia; como respuesta a la OTAN, fundada siete años antes.

Bien es verdad que tan sólo tres años más tarde acabaría cayendo el Muro de Berlín, que marcó el principio del desmoronamiento definitivo del también llamado bloque del Este. Y que Hungría, otrora integrante del imperio austrohúngaro (1867-1918) -cuyas capitales, Viena y Budapest, están indisolublemente unidas por el majestuoso Danubio-, siempre fue el país del bloque comunista que más relación mantuvo con la entonces denominada Europa Occidental. Pero la llegada de la F1 a Hungría -duramente reprimida en 1956 por la Unión Soviética (URSS)- supuso, en su día, una sorpresa mayúscula.

Bastante más tarde, en 2004, el Mundial incluyó a China, donde, sin pandemias ni secuelas, se corre habitualmente en Shanghái. En 2014 entró en el calendario (en la olímpica Sochi) la ahora sancionada Rusia, que, hasta su desintegración, fue la más importante de las repúblicas que conformaban la Unión Soviética. Y el mundo árabe cada vez ocupa un papel más importante en un campeonato cuyo último objetivo, cerca de conseguirse, es su definitivo arraigo en Estados Unidos, aún más familiarizado con otras categorías del automovilismo.

Pero que la hoz y el martillo acabasen vinculados a la F1 -uno de los grandes símbolos deportivos del capitalismo- era algo que muy pocos esperaban cuando se anunció que el Hungaroring albergaría una de la pruebas del Mundial. Desde entonces, jamás ha faltado a una cita.

El debut húngaro se lo adjudicó Nelson Piquet el 10 de agosto de 1986 por delante de otro triple campeón mundial brasileño, el fallecido Ayrton Senna, y del inglés Nigel Mansell -que se coronaría en 1992-. En una pista que entonces era de 4.014 metros (ahora es de 4.381) y en la que el francés Alain Prost, que ese año acabaría revalidando título -la segunda de sus cuatro coronas-, se accidentó y abandonó.

El piloto brasileño Nelson Piquet sostiene una botella de agua después de ganar el Gran Premio de Hungría en Hungaroring en un Williams-Honda, el 10 de agosto de 1986. (Foto: Mike King/Getty Images)
El piloto brasileño Nelson Piquet sostiene una botella de agua después de ganar el Gran Premio de Hungría en Hungaroring en un Williams-Honda, el 10 de agosto de 1986. (Foto: Mike King/Getty Images)

Piquet repitió victoria un año más tarde, pero Ayrton lo mejoraría en 1992, al ganar por tercera vez en un país que en la actualidad poco tiene que ver ya con el comunismo. Y en cuyas estadísticas también cuentan dos éxitos otros cuatro campeones del mundo: el inglés Damon Hill, el canadiense Jacques Villeneuve, el (doble coronado) finlandés Mika Hakkinen y el (cuádruple laureado) alemán Sebastian Vettel.

A Senna lo superó en 2004, con su cuarto triunfo en el Hungaroring, el siete veces campeón mundial alemán Michael Schumacher, cuyo récord de títulos en la F1 igualó el inglés Lewis Hamilton, que acabaría batiendo numerosas plusmarcas (que otrora parecían inalcanzables) del 'Kaiser'. Entre ellas, la de victorias en Hungría, donde el espectacular y excéntrico campeón de Stevenage -103 triunfos y otras tantas 'poles'- logró hace dos años su octavo éxito en uno de sus circuitos talismán.

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