En su cabeza, el titular era espectacular

El pasado fin de semana, cuando Carlo Ancelotti decidió dar descanso a Karim Benzema, el diario ‘As’ se tiró a la piscina. En su portada del sábado, apostó por Luka Jovic como delantero titular para visitar al Elche: “En manos de Jovic”. Y digo que “apostó” porque en el periódico no tenían ninguna constancia de que Jovic fuera a jugar: “El serbio apunta a nueve del Madrid”. Por si alguien no se ha enterado, no jugó un solo minuto. El titular fue Mariano.

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En una época en la que los clubes aíslan a sus fuentes y los periodistas apenas pueden hablar con jugadores ni técnicos, las conjeturas son la mejor forma de ir rellenando el hueco que tradicionalmente venía ocupando la información. Antes el periodista se enteraba de cosas, que luego contaba a los aficionados. Ahora ambos se enteran de todo más o menos a la vez y el periodista rara vez consigue rascar algo más. Hay que tirar de imaginación, nunca mejor dicho.

La apuesta de ‘As’ por Jovic venía precedida por un artículo publicado horas antes, el viernes por la noche, en la edición digital. Con la firma de Carlos Forjanes, llevaba por título “Mariano huele a castigo”. “Jovic apunta”, “Mariano huele”... verbos que dejan claro que el diario no maneja la menor certeza, tan sólo indicios. No podemos quejarnos de que no estábamos avisados. Sería honesto si no fuera porque resulta dramático.

En su noticia, Forjanes definía a Mariano como “un futbolista apartado” de facto por Ancelotti y además bajo sospecha por haberse borrado de dos partidos fuera de casa alegando dolor. “El Madrid sospecha de Mariano”, pudo leerse también como titular en la web. Los números demostraban que el entrenador no había contado con él, así que había motivos para sospechar y dar un pasito más: ni había contado ni iba a contar. “Mariano no ha jugado ni un minuto en los 14 partidos del Real Madrid 2021-22 y todo apunta a que así seguirá siendo hasta el final”. De nuevo el verbo “apuntar”, muy en la línea de “parecer”: “Si Mariano no está castigado, lo parece”, acababa el artículo.

En el argot periodístico, este tipo de piezas gestadas en la mente del periodista tienen un nombre. Como queda un poco feo escribirlo, sólo diremos que guarda relación con el onanismo. En su cabeza era espectacular pero, por mucho que la información escasee, no parece la mejor opción para seguir sosteniendo el negociete.