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La polémica de la noche en la Copa Argentina: el gol (bien) anulado a Argentinos que desencadenó la furia de Gabriel Milito

La jugada de la polémica: mientras sale el cabezazo, Ávalos, que participará de la jugada, está en fuera de juego
Imagen de TV

La semifinal de la Copa Argentina entre Boca y Argentinos transcurría en paz. Incluso, con demasiada pasividad, llegando hasta ser soporífero. El Xeneize ya estaba en ventaja por el gol de Luis Vázquez, que lo metió en la necesaria final, cuando ocurrió la acción polémica de la noche mendocina.

Transcurrían 23 minutos del segundo tiempo y el Bicho se desahogaba con el grito de Nicolás Reniero, que le volvía a dar vida tras la desventaja. Un momento oportuno para volver al encuentro. Sin embargo, la bandera del juez de línea estaba levantada. El gol estaba anulado y la pelota ya rodaba de nuevo, pero en el banco de suplentes liderado por Gabriel Milito ya estaban revisando la jugada con una tablet. La desesperación por buscar el mínimo detalle hizo confundir a todos y todo terminó en un escándalo innecesario.

Porque el asistente Facundo Rodríguez estuvo impecable al marcar el fuera de juego. Una segunda jugada proveniente de un tiro de esquina en favor de los rojos comenzó con un cabezazo desde fuera del área para que la acción volviera a metros del arco: al momento de detener la partida de la pelota, Reniero estaba perfectamente habilitado, pero Gabriel Ávalos no. ¿Qué fue lo que confundió? Que el primero quiso participar, pero no tocó la pelota cuando había parecido que sí. Ahí apareció el delantero paraguayo, siendo el primero en participar de esa segunda jugada para cabecear la pelota y habilitar así a Reniero, que convirtió el gol finalmente anulado.

Lo que generó el offside bien cobrado

¿Cuál fue el problema? El cuerpo técnico de Milito frenó la jugada en el cabezazo de Ávalos y no en el arranque de la jugada. Claro, ahí el atacante del seleccionado paraguayo figuraba en posición lícita, así como también el ex hombre de San Lorenzo y Racing, habilitado por Carlos Zambrano en un gran margen. Cuando vieron eso, salieron despedidos del banco. El ex zaguero central se adueñó de la pelota para que no se pusiera en juego e inició un fuerte reclamo: “Dos metros habilitado”, le decía Milito a Fernando Echenique, cara a cara (hablaba de esa posición de Reniero al definir), mientras sus asistentes y jugadores estaban a los gritos y manoteando al árbitro para marcarle un error que no era tal.

Cuando el juez se hartó, lo expulsó. Lejos de tranquilizarse, Milito intentó llegar hasta el juez con una actitud prepotente: los jugadores debieron abrazarlo y llevárselo del campo de juego. Mientras, el capitán Miguel Torrén exponía todo el enojo mirando al banco de Boca: además de cruzar palabras con Mariano Herrón, ayudante de campo de Sebastián Battaglia, hizo gestos chocando el puño de una mano con la palma de la otra, simulando estar pagando. Claro, la conspiración ya se había metido en la cabeza de Argentinos.

Echenique estuvo muy tranquilo en todo momento. Tanto que se atrevió a criticar el accionar de Leandro Ávila, el ayudante de Milito que había quedado a cargo: “¡Pará de vender humo!”, decía el juez. Todo exagerado por un propio error tecnológico. La locura con la que se vive el fútbol argentino, muchas veces, queda en ridícula.

Milito, firme públicamente en su postura

El técnico del conjunto de La Paternal tomó la palabra una vez que el partido se consumió y lejos estuvo de arrepentirse de su primera reacción. Más aún: mantuvo su postura de que el gol era lícito. “Sí, por supuesto que tenía mucha bronca. Hay un toque previo que el juez de línea no ve porque está lejos, pero el árbitro está cerca y seguro lo vio. Reniero me dijo que la tocó y creemos que el gol fue válido. Después lo chequeamos y fue así. Teníamos que competir y tener ciertos cuidados. Pero sabemos cómo es el fútbol y lo que había dicho Boca en la semana: que habíamos jugado un día antes. ¿Qué nos queda para todos los demás si se queja Boca? Generalmente, los grandes salen beneficiados. Es una realidad”.

Milito resaltó que “todo lo que pasó en la previa terminó condicionando el arbitraje. Cada vez que sucede algo con un equipo grande, al partido siguiente son beneficiados. El entrenador de Argentinos fue más lejos al comparar lo sucedido en este encuentro con la escandalosa final de la Copa Argentina en 2015. ”Hay que recordar lo que pasó años atrás en Boca-Central con el arbitraje de (Diego) Ceballos” evocó Milito, en referencia al grueso error que cometió el árbitro en aquella final, cuando sancionó como penal una infracción que se cometió claramente fuera del área y que le permitió enderezar el triunfo en favor del conjunto que por entonces dirigía Rodolfo Arruabarrena.