El plantel femenino completo de Argentino de Rosario renunció a seguir compitiendo por falta de apoyo y trato desigual con el masculino

El plantel femenino que renunció a seguir compitiendo para Argentino de Rosario
El plantel femenino que renunció a seguir compitiendo para Argentino de Rosario

El reclamo de apoyo y oportunidades es constante en el fútbol femenino argentino. Muchas veces, la vocación y el entusiasmo de las jugadoras chocan contra las carencias estructurales y la falta de condiciones básicas para desarrollarse. Las integrantes del seleccionado argentino que recientemente participó en el Mundial de Nueva Zelanda y Australia llevan tiempo siendo voceras de la necesidad de acompañar el crecimiento que la actividad ya experimentó en otros países.

Casos como el del equipo femenino de Argentino de Rosario exponen lo mucho que queda por hacer y mejorar. En un duro y argumentado comunicado, las jugadoras renunciaron en masa a seguir participando en el torneo de Primera B de la AFA. Debido a esta deserción, el partido que este sábado debía disputar Argentino de Rosario ante Atlanta, por la 9a fecha, fue postergado. Las “Salaítas”, como se las conoce a las que representan a Argentino de Rosario, se ubican en el quinto puesto, con 11 puntos, como consecuencia de tres triunfos, dos empates y dos derrotas.

El plantel se sintió víctima del desamparado de la dirigencia, cuyo presidente, Daniel Mariatti, respondió que se estudiarán los pasos a seguir ante la consulta del diario La Capital, de Rosario.

El comunicado del plantel femenino de Argentino de Rosario

Las jugadores describen que durante dos años y medio trabajaron como “verdaderas profesionales, independiente de no percibir un sueldo”. En ese contexto, recuerdan que igualmente pelearon “dos finales de campeonato y ascensos; generando reconocimiento para la institución en el fútbol femenino de la ciudad y el país”. Denuncian “no sentirse valoradas como futbolistas y deportistas” y el incumplimiento de la promesa de “igualdad con el plantel masculino” que los dirigentes les hicieron a principios de año.

También incluyen el relato de todo lo que debieron hacerse cargo para seguir compitiendo. Desde “organizar rifas, vender pizzas, buscar sponsors y pedir subsidios a la municipalidad”, hasta confeccionar la propia indumentaria, pagar comidas y estudios médicos.

Acción de un partido de Argentino de Rosario contra Vélez
Acción de un partido de Argentino de Rosario contra Vélez

En un pasaje describen que fueron perjudicadas por el trato preferencial que recibió el plantel masculino: “Alquilamos nosotras mismas un predio para entrenar ya que la cancha no podemos utilizarla demasiado para ‘no arruinarla, ya que al masculino lo televisan’, como nos dijeron.” En hombres, Argentino de Rosario es líder del Segundo Torneo de la temporada de Primera D.

El “detonante” fue que el club le pidiera a dos jugadoras que trabajasen “para conseguir sponsors ya que de lo contrario no se podría mantener al femenino”. Detallan como fue la situación: “Ambas debían salir vestidas con ropa del club, dos horas, tres veces por semanas, a repartir en diferentes empresas uno folletos que ellos nos entregaron. Sentimos que esta situación excede el nivel de falta de respeto y destrato que ya veníamos viviendo”.

Según las futbolistas, sus peticiones al presidente y el secretario del club no fueron escuchadas: “Ante todo esto, y en el marco de un Mundial de fútbol femenino donde se ve el crecimiento de este deporte a nivel mundial, decimos BASTA”.

Argentino de Rosario, antes de un partido en el estadio de Banfield
Argentino de Rosario, antes de un partido en el estadio de Banfield

La transcripción completa del comunicado

“Nosotras, el plantel de jugadoras de Argentino de Rosario, queremos comunicar los motivos por los cuales decidimos no continuar representando a dicho club en la competencia de primera B de AFA.

Hemos trabajado durante dos años y medio como verdaderas profesionales, independientemente de no percibir un sueldo, y hemos dejado al club en lo más alto peleando dos finales de campeonato y ascensos; generando reconocimiento para la institución en el fútbol femenino de la ciudad y el país. Sin embargo hoy en día no somos valoradas como futbolistas y deportistas, y vivimos muchas situaciones que nos llevan a tomar esa decisión. Al comenzar el año tuvimos algunas reuniones con el club en el que se nos prometió igualdad con el plantel masculino, pero a medida que comenzó a transcurrir el tiempo quedó de manifiesto que esto no iba a ser cierto.

En los últimos meses, nosotras las propias jugadoras nos encargamos de organizar rifas, vender pizzas, buscar sponsors y pedir subsidios a la Municipalidad con el objetivo de ir sosteniendo las condiciones básicas para seguir siendo el equipo competitivo que siempre fuimos.

Realizamos nuestros conjuntos de ropa para poder representar correctamente a la institución; varias veces debimos pagarnos la comida cuando nos tocaba viajar a otras provincias; estudios médicos que corrían por nuestra cuenta, viáticos a jugadoras pendientes, etc. Como si todo esto fuera poco, alquilamos nosotras mismas un predio para entrenar ya que la cancha no podemos utilizarla demasiado para “no arruinarla, ya que al masculino lo televisan”, como nos dijeron. Fuimos cediendo en muchas cosas por el deseo de seguir jugando y estar más cerca de nuestro objetivo del ascenso. Objetivo que claramente al club no le interesa alcanzar. La situación de quitarle los mínimos viáticos imposibilitándolo de seguir al frente del equipo es una demostración más de cómo se prioriza lo económico por sobre lo futbolístico. Es el detonante de todo esto que mencionamos antes, así como también una situación vivida por dos compañeras a las cuales se les pidió que trabajen para poder conseguir sponsors ya que de lo contrario no se podría mantener al femenino. Ambas debían salir vestidas con ropa del club, dos horas, tres veces por semanas, a repartir en diferentes empresas uno folletos que ellos nos entregaron. Sentimos que esta situación excede el nivel de falta de respeto y destrato que ya veníamos viviendo.

Cabe aclarar que nada de esto vive el plantel masculino del club. Estamos convencidas de que jamás se les pediría algo así. Esta muestra de abuso de poder solo se da con nosotras.

Manifestamos todo esto al secretario deportivo del club y posteriormente al presidente del mismo, pero no fuimos escuchadas. Buscaron incluso manipularnos con la amenaza de no entregar nuestros pases para que no podamos continuar nuestras carreras en otros clubes.

Frente a todo esto, y en el marco de un Mundial de fútbol femenino donde se ve el crecimiento de este deporte a nivel mundial decimos BASTA.

Hoy nuestros sueños se ven pisoteados, nos sentimos burladas y relegadas una vez más y aunque nos duele en el alma, decidimos hacernos valer. PORQUE SÍ VALEMOS.

Gracias a quienes nos apoyaron y acompañaron en todo nuestro recorrido. Vamos a seguir luchando por construir un fútbol femenino más justo”.