Phil Mickelson en el US Open: los demonios internos del “rebelde” del PGA Tour y cómo cree que lo tratarán en el tercer major del año

La mirada de Mickelson durante la práctica en el Country Club de Boston, antes del comienzo del US Open
La mirada de Mickelson durante la práctica en el Country Club de Boston, antes del comienzo del US Open - Créditos: @Rob Carr

Phil Mickelson tiene una esquiva historia de amor con el US Open: nunca terminó de seducir con su golf para conquistar el trofeo. Las estadísticas hablan de insinuaciones, pero nunca de un flechazo definitivo: terminó segundo seis veces, en 1999, 2002, 2004, 2006, 2009, 2013. Pero ahora transcurren tiempos más ásperos, que exceden lo deportivo. Antes del comienzo de este jueves en el Country Club de Boston, el zurdo de San Diego tuvo que explicar una y otra vez su condición de “rebelde” del PGA Tour, al entregarse a los petrodólares del LIV Golf series, financiado por Arabia Saudita.

En su conferencia de 25 minutos, los periodistas no le dieron tregua. Por ejemplo, le citaron la carta de una comunidad víctima de los atentados del 11 de septiembre de 2001, agrupada en el sitio “911familiesunited.org”, que les apuntó a Mickelson y a otros golfistas norteamericanos y expresó su indignación por competir en los torneos respaldados por fondos árabes. Fue escrita por Terry Strada, madre de tres hijos y cuyo esposo, Tom, estaba en el piso 104 de la torre norte del World Trade Center durante los ataques. “Les diría a la familia Strada y a todos los que perdieron seres queridos y amigos el 11 de septiembre que siento una profunda empatía por ellos. No puedo enfatizar eso lo suficiente”, respondió el californiano.

A lo largo de sus 30 años en el PGA Tour, con la obtención de seis majors y 45 torneos de ese circuito en total, además de varias participaciones decisivas en la Copa Ryder, Mickelson se granjeó una enorme idolatría, aun viviendo durante muchas temporadas bajo la sombra de Tiger Woods. Es más: su popularidad aumentó en el PGA Championship de 2021, cuando se transformó en el ganador más viejo de un major a sus 50 años. Pero todo cambió este año: no defendió aquel título, se tomó 4 meses sabáticos para recomponer varios aspectos críticos de su vida, selló su alianza con la polémica gira de Greg Norman y, como consecuencia de ese enlace, fue suspendido por el PGA Tour. Pero además se ganó el rechazo de varios colegas del circuito debido a su elección. “Lo que estaban haciendo allí en Londres no significaba nada, más que juntar una tonelada de dinero”, criticó el norirlandés Rory McIlroy, respecto del torneo inaugural del LIV Golf Series. “El dinero es genial, pero ¿cambiará mi vida si consigo 400 millones?”, se preguntó el español Jon Rahm.

Al menos durante las prácticas del US Open, Mickelson mantuvo el idilio con sus fans; se verá qué ocurrirá durante las dos primeras vueltas
Al menos durante las prácticas del US Open, Mickelson mantuvo el idilio con sus fans; se verá qué ocurrirá durante las dos primeras vueltas - Créditos: @Rob Carr


Al menos durante las prácticas del US Open, Mickelson mantuvo el idilio con sus fans; se verá qué ocurrirá durante las dos primeras vueltas (Rob Carr/)

Siempre midiendo las palabras, Mickelson cuidó las formas para con sus colegas: “Siento el máximo respeto por los jugadores del PGA Tour. Hubo muchas amistades que se prolongaron durante décadas con mi mujer, Amy, y conmigo. Muchos de ellos son personas a las que admiro y respeto si no están de acuerdo, pero en este momento, ésta es la decisión correcta. Y ciertamente respeto las ideas de Rory. Pensé qué gran final tuvo en el último Abierto de Canadá y qué gran logro y qué carrera ha tenido”.

La gran pregunta es qué pasará con el público cuando pegue sus primeros golpes desde las 14.47 de nuestro país, en la salida con el sudafricano Louis Oosthuizen –otro “disidente”- y el irlandés Shane Lowry. ¿Será abucheado? “Entiendo que los fans tienen sentimientos y emociones fuertes con respecto a esta elección y verdaderamente los respeto”, arrancó Mickelson, que graficó: “El público de Boston es uno de los mejores en los deportes y me ha brindado un gran apoyo; lo aprecio mucho a lo largo de los años. Su entusiasmo y energía es lo que crea un gran ambiente, así que ya sea positivo o negativo hacia mí, proporcionará un ambiente increíble para celebrar este campeonato”.

Si algo se critica Mickelson es la manera en que se expuso al opinar en contra de algunos órganos rectores del golf, como cuando calificó al PGA Tour de “odiosa codicia” por haber usufructuado su imagen de golfista. “Ese es uno de los errores que he estado cometiendo y trato de ser mucho más reflexivo con mis palabras y acciones. Trataré de mantener muchas de esas cosas a puertas cerradas”, procuró, y aclaró que no habla con el comisionado de ese circuito, Jay Monahan, desde octubre pasado.

El tiro de práctica de Mickelson desde el tee del hoyo 3 del Country Club de Boston
El tiro de práctica de Mickelson desde el tee del hoyo 3 del Country Club de Boston - Créditos: @Warren Little


El tiro de práctica de Mickelson desde el tee del hoyo 3 del Country Club de Boston (Warren Little/)

“¿Qué te atrae del LIV Golf que no hayas obtenido del PGA Tour?”, le preguntaron. Y contestó: “Hay un compromiso financiero increíble para todos los jugadores involucrados, obvio, pero más que eso: al haber menos torneos, me ofrece más equilibrio en mi vida y hacer cosas que están fuera del campo de golf que siempre quise hacer. Me permite estar con aquellas personas que son importantes para mí ahora y en el futuro y pasar más tiempo con ellos. Es estar más presente y compartir más experiencias de vida fuera del golf”.

Más allá de estar suspendido, Mickelson quiere revalidar su condición de miembro vitalicio del PGA Tour y considera que ese derecho ganado debería respetarse: “He trabajado duro en más de 30 años para ganarme una membresía de por vida, así que creo que debería ser mi elección”. Y siente que hizo progresos para mejorar su calidad de vida durante su período de descanso en el arranque de 2022: “Pude estar más comprometido con aquellos que amo y no distraerme todo el tiempo con el golf. Haber dado un paso al costado y tener ese tiempo fue invaluable. También continué trabajando en algunas áreas en las que tengo deficiencias, como mi adicción a las apuestas. He estado trabajando en eso durante años, y estoy muy contento con el lugar en el que estoy con eso, pero tendré que continuar trabajándolo el resto de mi vida”. Una biografía no autorizada reportó que llegó a perder 40 millones de dólares en apuestas entre 2010 y 2014.

Su futuro deportivo es una incógnita: “Voy a jugar los eventos LIV y el Abierto Británico, pero cualquier otra cosa sería pura especulación. No sé cómo se desarrollará todo esto; mi preferencia es poder elegir qué camino me gustaría, uno u otro circuito o ambos”, comentó el golfista que será más observado en el inminente US Open.