Pep Guardiola: la táctica 2-3-5 de Manchester City, el enojo con Haaland y la sonrisa que le sacó a Bilardo

Gundogan recibe el centro atrás de Marhez y convierte el 1-0 para Manchester City; los defensores de Leeds, demasiado metidos en el área, no logran bloquear al definidor
Gundogan recibe el centro atrás de Marhez y convierte el 1-0 para Manchester City; los defensores de Leeds, demasiado metidos en el área, no logran bloquear al definidor

Pocos deportes son tan atrapantes y asombrosos como el fútbol. Se vio, con el corazón en la mano, en la final del Mundial de Qatar, en la cual la Argentina había sido ampliamente superior a Francia y merecía levantar la Copa con un global de 4-0 en los primeros 70 minutos, pero el destino (más algunas desatenciones propias y méritos del rival) dictaminó un 3-3 en el alargue y una definición por penales histórica. Algo así pudo suceder este sábado, en la victoria de Manchester City ante Leeds por 2-1, por la 35° fecha de la Premier League, que le permitió aumentar la ventaja como líder, sacándole cuatro puntos a Arsenal.

El equipo de Guardiola era ampliamente superior, debió golear por la producción futbolística alcanzada durante todo el partido, pero terminó sufriendo por un penal atajado, un enojo de Pep con Earling Haaland (“¡Tenías que patear vos!”). ¿Qué había sucedido? A 7 minutos del final, y con el encuentro 2-0, un penal mal cobrado por una falta inexistente sobre Foden, pasó del potencial 3-0 del City a un sufrimiento y fastidio sobre el final. El 9 noruego, encargado de esas responsabilidades, le cedió la ejecución a Gundongan, que ya había anotado dos goles. Pep pensó que ambos estuvieron más pendientes de las aspiraciones individuales del mediocampista para que se lleve la pelota con un hattrick que los intereses colectivos del equipo. El arquero Joel Robles se lo desvió, luego llegó el descuento de Rodrigo Moreno (con una gran definición) y lo que parecía un 4-0 terminó con un 2-1.

El enojo de Guardiola

Guardiola está en un gran momento (hace años que marca diferencias) pero ahora quiere dar el golpe total, no sólo arrebatándole la Premier League a Arsenal, sino también buscando revancha nada menos que ante Real Madrid y darse el gusto, otra vez, de ganar una Champions League. En la busca del combo ideal, sigue innovando y trata de superarse desde los esquemas, las tácticas y los nombres.

No es la primera vez que propone un sistema con línea de 2 en la defensa, pero lo de este sábado ante Leeds bien vale un análisis adicional, pensando en cómo se le puede jugar a un equipo que va a ceder casi en su totalidad la tenencia del balón y que intenta replegarse cerca de su arquero como la principal variable de resistencia. No fue la única, vale remarcarlo, porque el conjunto del debutante Sam Allardyce generó avances interesantes de contra que no fueron bien resueltos por falta de respuestas físicas, falencias técnicas o méritos del City, claro. Pero sí se le marca como errores que las marcas del Manchester casi nunca fueron presionadas, tuvieron demasiadas facilidades para el uno contra uno.

Manchester City salió a jugar con un esquema 2-3-5, como se jugaba en 1930. Guardiola ya lo había ensayado en Bayern Munich, pero en esta oportunidad lo hizo de la siguiente manera: Emerson; Manuel Akanji y Aymeric Laporte; Rico Lewis, Gundogan y Nathan Ake; Ryad Marhez, Kevin De Bruyne, Haaland, Julián Álvarez y Phil Foden . Tuvo la posesión del balón en un 81%, hizo dos goles y pudo haber convertido cuatro más, entre las virtudes ofensivas y los déficits defensivos de su adversario.

Pep Guardiola durante el partido que disputaron Manchester City y Leeds United
Pep Guardiola durante el partido que disputaron Manchester City y Leeds United - Créditos: @LINDSEY PARNABY

Julián Álvarez tuvo chances para convertir haciendo diagonales e hizo un partido muy bueno desde las combinaciones colectivas. Se movió desde el centro hacia la izquierda, unos metros más retrasado que Haaland, buscando triangular apareciendo entre el noruego y Foden.

El plan había salido a la perfección desde la tenencia y también de cómo generar peligro. Porque el City hizo ancho el campo de juego abriendo los espacios con Marhez y Foden con posición de wines, pero terminando las jugadas por el centro. Como Leeds retrocedía sin freno hasta pararse demasiado cerca de su arquero, los cinco delanteros de Guardiola arrastraban marcas y el gol debía hacerlo los que “supuestamente” estaban con responsabilidades más defensivas: así atacó el espacio llegando desde atrás Gundogan en los dos goles.

Lo mejor del partido

En el segundo tiempo, la cosa venía tan bien para el Manchester City que Guardiola apenas había realizado un cambio y obligado: Kyle Walker por Aké (defensor por defensor). Walker se puso por la derecha y se iban turnando para quedar siempre dos en el fondo con Akanji y Laporte, en función de dónde venía el contraataque de Leeds.

“Jugamos un partido excepcional. Quizás no fuimos tan clínicos como solemos ser pero no podemos olvidar que tenemos tres partidos en seis días con mucha presión mental”, dijo el entrenador tras el partido en la conferencia de prensa.

Sobre el final, Pep pasó de la satisfacción a la furia con sus futbolistas. A tal punto que utilizó estrategias de las que Carlos Bilardo (si estaba viendo) se sintió reconfortado. Intentó bajarle las revoluciones al partido, les pidió a sus jugadores que “piensen” y que tomen decisiones inteligentes. Y a los 93 minutos (de 94, el árbitro Andy Madley había adicionado cuatro), puso a Rodri (el volante central por naturaleza y convencimiento de su propia mentalidad) por Gundogan, mitad para demostrarle su castigo al alemán y mitad para terminar de ‘poner el partido en la nevera’ y dejar que se consuman los minutos finales con el 2-1. Antes había ingresado Bernardo Silva por Alvarez. Nada podía poner en riesgo el resultado. Esta vez no.

Incluso Haaland, que ya lo había hecho hace poco ante Newcastle para consumir también los minutos finales de otro triunfo (el gigante noruego tuvo una jugada en la que forzó que sus rivales mandaran el balón a córner hasta en cuatro ocasiones). Esta vez buscó jugar los córners cortos también con Foden para hacer el 2-1, atraer marcas sobre el banderín pero sin la intención de meter el centro para darle la chance de defensa a Leeds y una nueva posesión para un contraataque. En la acción de los cuatro saques de esquina ante Newcastle, el inglés Jamaal Lascelles vio una tarjeta amarilla por conducta antideportiva, se fastidió con Haaland.

“Lo que hizo Haaland habla de su generosidad, pero el partido no había terminado. Si vamos 4-0 a falta de diez minutos vale, pero… ¿con 2-0? Erling es el mejor tirador de penales ahora mismo así que tiene que tirarlo”, criticó el técnico –algo más tranquilo– la ejecución de Gundogan. .

Julian Álvarez, ante Marc Roca, de Leeds
Julian Álvarez, ante Marc Roca, de Leeds - Créditos: @ap

Gündogan dio su versión de los hechos: “Vi que Erling me estaba buscando, diciéndome que quería que patee, y le pregunté un par de veces, ¿estás seguro? Él estaba muy seguro de darme la pelota”, contó el alemán, que luego hizo la siguiente reflexión: “La decepción por no poder convertir ese penal es mayor a la alegría de haber convertido dos goles y ganar el partido, lo cual es un poco triste para ser sincero, pero es lo que es. Es una experiencia que nos enriquecerá para los próximos partidos. Estoy seguro de que Erling va a patear el próximo penal”. Incluso las victorias pueden dejar más de un aprendizaje. Seguro Pep sonrió cuando escuchó esta declaración. Bilardo también, pero por otra cuestión.