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La realidad deja por los suelos nuestros chistes sobre el físico de Pedri

LISBON, PORTUGAL - SEPTEMBER 29: Pedro Gonzalez Lopez
Photo by Jose Manuel Alvarez/Quality Sport Images/Getty Images

Lo estábamos viendo y sabíamos que iba a acabar mal. Y, sí, de alguna manera, avisamos, pero sobre todo nos reímos: las redes sociales se llenaron de "memes" de Pedri, jugador del Barcelona de dieciocho años, envejecido hasta los ochenta o de chistes sobre las prórrogas que iba acumulando en las piernas sin querer ver del todo la animalada que eso suponía. Y es que, tras jugar prácticamente todos los partidos de titular con su club, la Federación lo cogió en junio y no lo soltó hasta finales de agosto. En medio, seis partidos de la Eurocopa, con tres prórrogas... y otros seis de los Juegos Olímpicos, con otras tres prórrogas por el camino.

No solo Pedri llegó lejos en los dos torneos consecutivos que tuvo que jugar con la selección sino que en todas las eliminatorias disputadas, jugó treinta minutos de propina. Eso no hay cuerpo que lo resista. El problema no es que te convoquen a dos eventos tan importantes -también les pasó a Oyarzabal, Unai Simón, Eric García o Pau Torres- sino que te hagan jugar todos y cada uno de los minutos de cada partido y además de interior: corre para arriba, corre para abajo, lucha este balón, recibe esta patada. En ambos equipos, Pedri era una pieza clave a la hora de gestionar el ataque e iniciar la presión. La exigencia, en definitiva, era tremenda.

A todo el mundo le pareció tremenda menos a los encargados de "cuidarle", es decir, a sus entrenadores, que siguieron estirando el chicle pensando que no se iba a romper nunca. Eso, en el deporte profesional rara vez pasa porque no son robots. De hecho, el propio Oyarzabal también está lesionado ahora mismo y Gerard Moreno -aunque no estuvo en los Juegos- no sale de una y ya se ha metido en otra. Estos dos últimos casos pueden atribuirse a la mala suerte o a un exceso de partidos con sus clubes, donde prácticamente nunca rotan. Lo de Pedri es distinto.

En el caso de Pedri se junta la expectativa de su club con la de su selección y la incapacidad de decir que no a ninguna de las dos partes. Pedri llegó incluso a comenzar la temporada con el Barcelona casi inmediatamente después de los Juegos, se tomó un par de semanas de vacaciones coincidiendo con un parón FIFA... y a partir de ahí empezaron los problemas: el 15 de septiembre, el Barcelona anunciaba una lesión muscular del canario en el cuádriceps del muslo izquierdo. No se especificaba el tiempo de regreso, pero nadie esperaba que el 29 de septiembre, justo a las dos semanas, estuviera disponible para jugar en Lisboa ante el Benfica.

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Y, sin embargo, Pedri estuvo en Lisboa. De nuevo, a correr con el chico. De nuevo, a forzarle para recuperarle a marchas forzadas... ¿y qué pasó? Que recayó de su lesión, por supuesto. Por entonces, se habló de tres-cuatro semanas de baja y se puso como objetivo el partido contra el Real Madrid. Pedri entrenó esta pasada semana junto a sus compañeros hasta que, de repente, empezó a tener "malas sensaciones". Con una lesión muscular de por medio, esa nunca es una buena noticia. Las pruebas médicas posteriores establecieron en tres semanas de baja la nueva recaída. Pedri se va a tirar casi dos meses sin jugar al fútbol.

¿Tiene esto sentido? Ninguno. ¿Es divertido? Ya no. Todos nuestros chistes sobre el chico frágil que en competición se convertía en un "ironman" han dejado de tener gracia. Lo que valía era nuestro instinto: imaginábamos que el chico se iba a pasar el siguiente año entre lesión y lesión y ahí lo tenemos. Los músculos están agotados y al mínimo esfuerzo se resienten. Un desastre para el club que le paga... e incluso para la selección que ahora más que nunca dependía de él para solventar el doble enfrentamiento contra Grecia y Suecia para clasificarse para el Mundial de Qatar 2022.

Con todo, las necesidades de clubes y selecciones no son, ni de lejos, lo más importante en este asunto. Lo importante es el chaval, casi un adolescente. Mucho cuidado con las lesiones musculares a edad temprana, que luego empiezan a generar dudas, modifican hábitos, y pueden perpetuarse. No es solo un problema del presente, una inconveniencia a corto plazo. Lo que hay que intentar por todos los medios, dando el descanso y las terapias que sean necesarias, es evitar que este tipo de lesiones se perpetúen a lo largo de este año y el siguiente. De lo contrario, obviamente, la progresión de Pedri puede verse muy afectada por la falta de continuidad.

Teniendo en cuenta que el chico acaba de firmar una jugosa renovación con el club catalán, es lógico pensar que su salud sea lo primero... más teniendo en cuenta que este año parece que no lo salva nadie. El ejemplo de Pedri, en cualquier caso, nos debe hace reflexionar: cuando algo parece una barbaridad, probablemente lo sea. En ningún caso se debió someter al canario a esa cantidad brutal de minutos entre dos temporadas tan cargadas de partidos. No es solo la fatiga muscular a la que me refería antes, sino la mental. Van a saturar de fútbol al chaval antes de que aprenda a conducir un coche. No basta con repetir mil veces que Pedri es el futuro del fútbol español, también hay que cuidar ese futuro. De lo contrario, se convierte en pasado a la mínima que te descuides.

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