Podemos entender que Paula Badosa pierda pero no que TVE lo celebre

Tennis - WTA Tour Finals - Panamerican Tennis Center, Guadalajara, Mexico - November 15, 2021 Spain's Paula Badosa reacts during her group stage match against Poland's Iga Swiatek REUTERS/Carlos Perez Gallardo
REUTERS/Carlos Perez Gallardo

Dejarse ganar está feo. Supongo que es humano en determinadas circunstancias, pero bonito no es. Por ejemplo, ayer, Paula Badosa e Iga Swiatek jugaban un partido en el que muy poco se jugaban las dos: pasara lo que pasara, Badosa iba a ser primera de grupo; pasara lo que pasara, Swiatek estaba eliminada. Hemos visto estas cosas tantas veces que, desde luego, no nos vamos a escandalizar. Las dos querían acabar cuanto antes y, en ese sentido, dos sets mejor que tres, menos riesgo de lesiones y menos cansancio de cara a las semifinales que este martes enfrentan a Paula con Garbiñe Muguruza.

Ahora bien, además de una competición, esto es un espectáculo. Y no cualquier espectáculo. Aunque los aficionados de cualquier torneo del mundo se merecen un respeto, digamos que los del gran torneo final de la temporada, los que han pagado sus entradas con el reclamo de poder ver a las mejores jugadoras del año, tal vez se lo merezcan un poco más. Paula Badosa perdió y puede que le viniera bien; sobre eso, en todos los deportes, no hay consenso, porque, sí, te cansas menos, pero pierdes ritmo de competición. Es complicado desengancharse y engancharse a voluntad. El asunto es cómo perdió, que también cuenta.

Lo primero que hay que dejar claro es que Badosa no necesitaba perder el partido. Necesitaba cansarse poco, eso es todo. Puntos rápidos y a correr lo justo. De ahí, que sumara 33 errores no forzados en 22 juegos. Si entraba, bien, y, si no, a otra cosa. En cuanto vio que el partido se complicaba, se dio cuenta de que perder le iba a resultar más fácil porque Swiatek no cedía. Ahora bien, una cosa es dejarse ganar y otra cosa es que se note tanto. No es tanto una cuestión de ética -esto pasa todo el rato- sino de estética: que al menos parezca que te importa, que parezca que los aficionados han pagado una entrada para ver una competición de verdad.

Badosa dejó todo eso a un lado y, cuando vio que la cosa se le complicaba -inopinadamente, se puso 4-2 arriba en el segundo set, lo que indicaba la posibilidad de un tercero-, empezó a tirar pelotas fuera sin ningún reparo. El último juego, sacando con 4-5, rozó la vergüenza ajena. Badosa se puso 30-0 con un par de buenos saques y a partir de ahí se dedicó a tirar reveses medio metro fuera de la pista. Cuando acabó el partido, ni un gesto de tristeza o pesar: se fue corriendo a la red a abrazar a su contrincante, como dos actrices que se felicitan al bajarse el telón.

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Estamos hablando de las WTA Finals. El torneo de las mejores. El campeonato que nunca ha ganado una española: ni Arantxa, ni Conchita, ni nadie. Parte de su prestigio consiste precisamente en que las jugadoras lo dan todo por estar ahí y lo dan todo para llevarse el título. Dar una imagen tan anti-competitiva, de alguna manera rebaja el pedigrí del torneo que estás intentando ganar. En cualquier caso, lo insólito no es esto, o, si se quiere, no es solo esto.

En mi larga vida como espectador de eventos deportivos, creo que nunca he oído a unos comentaristas jalear una derrota forzada. Cuando este tipo de biscottos -ayer, buscaban la palabra en directo y no les salía- perjudican a un español o una española, la reacción es de indignación y escándalo. Como aquí ni beneficiaba ni perjudicaba a nadie, podrían haber optado por un prudente silencio. No se entiende que festejaran cada revés lanzado al pasillo de dobles en nombre de un cálculo posterior que denigraba el producto que ellos mismos estaban emitiendo.

Si lo importante era que Badosa perdiera y que perdiera cuanto antes, ¿qué demonios hacíamos los espectadores de Teledeporte delante del televisor? ¿No habría sido mejor cambiar el canal y ver a los guaperas de "La Isla de las Tentaciones"? Normalmente, las cadenas y sus trabajadores tienden a exagerar el interés de los eventos que emiten; a veces, hasta puntos algo ridículos. Lo que no había visto nunca es insistir en que el partido que tú mismo retransmites no sirve de nada, desear que acabe cuanto antes e insinuar continuamente que el marcador va a ser el que finalmente fue.

Por supuesto, si gana Badosa el torneo, nadie se acordará de esto. Tampoco es el fin del mundo en cualquier caso y, si se piensa, se entienden las prisas de Paula. Pero un poco de disimulo no habría estado mal. ¿Vas a perder? Vale, pero intenta hacerlo con algo de elegancia. Comenta la derrota con algo que no sea euforia por quitarte de en medio el partido. Aunque sepamos que pasa y que tiene sentido que así sea, a los espectadores siempre se nos acaba quedando cara de idiotas cuando nos ponemos delante de la tele a ver un partido de algo y nos encontramos con estas cosas, que ni son deporte ni son nada. Un poco de empatía con nosotros no habría venido tan mal.

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