Patrick Cantlay: el hombre de los 15 millones de dólares que casi abandona el golf y vivió un drama de cerca

Patrick Cantlay sostiene el trofeo después de ganar el el Tour Championship y la FedEx Cup en East Lake Golf Club; es el golfista del momento
Brynn Anderson

Al final, el Hombre de Hielo se ablandó cuando alzó el trofeo y recordó sus momentos duros del pasado durante la ceremonia de cierre. Pero el gran secreto para que Patrick Cantlay se adueñara de la FedEx Cup y de una recompensa de 15 millones de dólares –el premio más grande en el golf- fue su capacidad para controlar sus emociones en esta serie de tres playoffs, que además le dieron el título de Mejor Jugador de la Temporada del PGA Tour.

Al californiano todavía le falta ganar su primer Major, aunque en el campo de East Lake, en Atlanta, confirmó su candidatura para concretar grandes hitos en 2022. Por lo pronto, el domingo venció a Jon Rahm en el mano a mano que se entabló en el Tour Championship: una vuelta final de 69 (-1) y un total de 269 (-21) lo transformaron en campeón por un golpe sobre el Nº 1, que ayer firmó 68 (-2). Poco marketinero pero sí muy confiable en la cancha, Cantlay es el golfista del que hoy todos hablan.

Durante varios momentos, el ganador estuvo lejos de demostrar la sangre fría que había exhibido en el torneo anterior de la FedEx, en el que acertó putts desde cualquier distancia. Ayer falló en el green para salvar el par en el hoyo 5, desaprovechó un putt para birdie en el 8 y, sobre todo, cometió un gran error en el 13, en el que no embocó desde menos de un metro cuando podía sacar dos golpes de ventaja. Pero en otro tramo importante, en el 16, acertó un putt para birdie que lo convirtió en líder por dos, con dos hoyos por jugarse. Fue un empujón para intentar cerrar ese virtual match play con Rahm, a falta de otros que pudieran terciar.

En el 17, Cantlay se hundió en el rough de la derecha y desde allí ejecutó un mal approach, en un hoyo que lo castigó con un bogey. Rahm pudo haber igualado la punta, pero desaprovechó su putt para birdie, con lo que el californiano salió desde el tee del 18 con un golpe de ventaja y mucho de alivio. El vasco, necesitado de descontar, tiró una flecha que casi toca la bandera y quedó apenas fuera del green, mientras que Cantlay respondió y dejó la pelota para águila desde 4 metros, en subida. Obligado a embocar para ejercer presión, el oriundo de Barrika no acertó y le abrió la puerta definitiva a Cantlay, que se aseguró el cheque con el birdie.

Un dolor persistente y otro infinito

Entre junio de 2011 y de 2012, Cantlay fue el Nº 1 entre los aficionados durante 54 semanas consecutivas, un récord que aún se mantiene. En aquella etapa plena de títulos, su carrera tuvo el mérito adicional de haber sido el mejor amateur en el US Open y el Masters y recibió múltiple premios, todo al final de su segundo año en la Universidad de California (UCLA). Cantlay se convirtió en profesional en junio de 2012 y ganó el Campeonato de Colombia en 2013, su segundo torneo en el Web.com Tour, pero esa carrera que se perfilaba ideal y fluía naturalmente, encontró un abrupto freno cuando una lesión le aguijoneó su espalda mientras calentaba en el campo. Nada de una dolencia momentánea: vivió un calvario tras el diagnóstico de una fractura por estrés en una vértebra, que solo le permitió jugar nueve torneos en tres años.

“Ocurrió en un instante: cuando hice un swing en el Colonial en mayo de 2013, sentí como si me hubieran clavado un cuchillo en la espalda. Completamente de la nada. No había conocido un dolor así antes, ni siquiera cuando me rompí la muñeca en octavo grado”, recordó Cantlay, de 29 años. Su única cura consistió en fisioterapia y mucho descanso; jamás imaginó que ese dolor pudiera ser tan duradero. “Hasta entonces mi vida, y especialmente mi vida en el golf, había sido encantadora, todo estaba saliendo como debía. Pero después, durante la recuperación física, todos los médicos me dijeron algo diferente, incluso que nunca volvería a jugar al golf. Marginado del circuito, veía cómo mis expectativas golfísticas empezaban a arruinarse”.

Cantlay pega desde el fairway del 10 durante la vuelta final; se impuso en esa suerte de mano a mano con Jon Rahm
Brynn Anderson


Cantlay pega desde el fairway del 10 durante la vuelta final; se impuso en esa suerte de mano a mano con Jon Rahm (Brynn Anderson/)

El camino de regreso de Cantlay se volvió aún más tortuoso en febrero de 2016, cuando su mejor amigo, compañero de equipo de la escuela secundaria y caddie, Chris Roth, murió en un accidente de “atropello y fuga”, mientras los dos cruzaban una calle en Newport Beach, California. “Un automóvil salió de la nada y golpeó a Chris con tanta fuerza que lanzó su cuerpo a través de la intersección. Imaginé de inmediato que había sido fatal, mientras marcaba el 911. Y supe que Chris ya no estaba realmente allí cuando me acerqué a él para asistirlo; fue así de rápido. Obviamente, fue la experiencia más traumática que me tocó vivir y mi perspectiva cambió al instante. Soy mejor persona después de aquel accidente, aunque no se lo deseo a nadie”.

La larga ausencia de Cantlay en el circuito lo llevó a caer hasta el puesto 1866 para comienzos de 2017, pero fue paciente en su lenta reconstrucción de su juego, asociada directamente con las respuestas que le entregaba su espalda. “Podía pegar 30 pelotas y luego saltearme uno o dos días, tenía que contentarme con hacer pequeñas mejoras y no ir demasiado rápido”. Desde entonces, todo fue crecimiento hasta llegar al PGA Tour: se llevó su primer certamen en Las Vegas (2018). Y después, vinieron sus triunfos en el Memorial (2019 y 2021) y el Zozo Championship (2020). Los últimos años lo mostraron instalado en el top 20 del ranking mundial, con seis títulos en la máxima gira, incluido el que acaba de adjudicarse.

“¿Qué me enseñaron los últimos siete años? Cuando sucede algo realmente malo o que te cambia la vida, debes reconocer que te ha afectado, sin fingir que nunca sucedió. Es muy difícil tomarte tu tiempo para llorar y dejar que te afecte, sin dejar que te golpee con tanta fuerza como para que te aleje de lo que quieres lograr. Hay que aceptarlo, darse cuenta de que ocurrió y lidiar con él lo mejor que se pueda; ése es el arte de la vida”, reflexionó Cantlay, que también sabe abrir su corazón.