Patricia Arquette y la desventaja que le arrebató el papel de 'Jerry Maguire' con Tom Cruise

La actriz estadounidense Patricia Arquette llega a la 34.a entrega anual de los Producers Guild Awards (PGA) en el Beverly Hilton de Beverly Hills, California, el 25 de febrero de 2023. (Foto de Michael Tran/AFP) (Foto de MICHAEL TRAN/AFP a través de Getty Images)
La actriz estadounidense Patricia Arquette llega a la 34.a entrega anual de los Producers Guild Awards (PGA) en el Beverly Hilton de Beverly Hills, California, el 25 de febrero de 2023. (Foto de Michael Tran/AFP) (Foto de MICHAEL TRAN/AFP a través de Getty Images)

El rechazo es un proceso difícil pero común en el terreno artístico. Todos los actores lo viven en los arduos procesos de casting, y muchos de ellos terminan creando una coraza protectora que les permite digerir la gran cantidad de ‘no’ que escuchan a lo largo de sus carreras. Por ejemplo, recuerdo cuando Charlie Hunnam me contó que había pasado por 103 audiciones en su primera visita a Los Angeles, sin conseguir ningún trabajo. Fue recién tiempo después que tuvo su oportunidad de tocar el éxito con Hijos de la anarquía. Sin embargo, no es el único. Su caso es uno entre miles porque, por regla general, todos los actores pasan por audiciones o algún tipo de prueba antes de fichar por un proyecto.

Como Kate Hudson que se quedó decepcionada al perder el papel de Moulin Rouge! cuando Nicole Kidmanentró en la carrera, o Christian Bale que pasó años perdiendo personajes por culpa del favoritismo de la industria sobre Leonardo DiCaprio. No obstante, hay estrellas con experiencia y talento de sobra que no encajan bien el proceso y terminan arruinando sus posibilidades. Es el caso de Patricia Arquette que estuvo cerca de interpretar al interés amoroso de Tom Cruise en Jerry Maguire.

Tom Cruise talks on a phone in a scene from the film 'Jerry Maguire', 1996. (Photo by TriStar/Getty Images)
Tom Cruise habla por teléfono en una escena de la película 'Jerry Maguire', 1996. (Foto de TriStar/Getty Images)

Parece increíble pero a la estrella ganadora del Óscar por Boyhood, esa misma que lleva más de 30 años demostrando su talento con clásicos como True Romance o éxitos televisivos como Medium o la magnífica apuesta de Apple TV+, Severance, no le salen bien los castings. Dice que es “notoriamente mala haciendo audiciones”, lo que explica que perdiera la oportunidad de aparecer en la exitosa comedia romántica de 1996 que terminó catapultando a Renée Zellweger al estrellato.

Patricia Arquette tenía 27 años y ya era conocida en la industria cuando le dijeron que hiciera el casting para Jerry Maguire, pero que “era una formalidad”, que tan solo debía hacer una lectura de guion con Tom Cruise porque el papel era suyo. “Pero la arruiné” explicó recientemente a Variety en la alfombra roja de los premios del Sindicato de Actores (SAG).

La actriz recuerda haberse reunido con Tom Cruise y hacer la prueba con él, pero la presión de lo que vive en los procesos de castings la superó. Soy terrible en audiciones porque no siento que es un trabajo terminado. Siento que estoy siendo manipulada o inventándome algo”.

Si bien reconoce que “Renée era mejor y lo hizo genial” en el papel de la madre soltera que comienza a trabajar con el agente deportivo caído en desgracia, detalla que necesita de una profundidad diferente para poder construir y dar lo mejor de sí misma a la hora de obtener un trabajo en Hollywood. “Quiero construir capas del personaje con la otra persona, rebotar y cambiar, dependiendo de cómo se sienta mi personaje toma tras toma”.

“Para mí es un proceso diferente y las audiciones no son el lugar donde brillo. Y creo que muchos actores también agonizan con ese proceso. No es fácil” explicaba. Mientras, a continuación, añadía que hace poco descubrió que ella y Brad Pitt habían sido los favoritos del director de casting de The Doors (1991), el criticado biopic sobre Jim Morrison y su legendaria banda que protagonizó Val Kilmer y Meg Ryan. Pero que nadie se lo había comentado en los más de 30 años que pasaron desde entonces, dejando en el aire si, una vez más, su paso por el proceso de selección habría tenido algo que ver.

Renée Zellweger y Bonnie Hunt se sientan en un porche en una escena de la película 'Jerry Maguire', 1996. (Foto de TriStar/Getty Images)
Renée Zellweger y Bonnie Hunt se sientan en un porche en una escena de la película 'Jerry Maguire', 1996. (Foto de TriStar/Getty Images)

Para una actriz conocida por el compromiso y la intensidad que transmite en pantalla, como hizo al desarrollar un personaje durante 12 años en Boyhood, que no consiga brillar o dar lo mejor en un proceso de pocos minutos, resulta comprensible. Incluso me lleva a imaginar cuántos papeles habrá perdido en el camino por esta necesidad personal de construir y encontrar los detalles minúsculos que aportan trazos de color a una interpretación. Sobre todo cuando valoramos que durante gran parte de su carrera fue una actriz infravalorada por la industria, circulando por el negocio por debajo del radar del estrellato cuando su talento habla por sí solo.

Nunca tuvo un taquillazo. No aparece en blockbusteres pero sus interpretaciones siempre dejan huella. Como hizo en Escape salvaje (True Romance), Ed Wood o Stigmata. Y si bien Boyhood la colocó en el pedestal que siempre mereció en la cima de las estrellas, su currículo siguió moviéndose por el cine independiente y papeles secundarios, a veces pequeños pero interesantes, en televisión. Como su convincente trabajo de madre con síndrome de Münchhausen por poder en The Act o su papel manipulador en Severance.

Me preguntó entonces si esa presión personal que no le permite brillar y darlo todo en los casting habrá sido una desventaja en su carrera. Si tendrá algo que ver con su ausencia entre las grandes producciones. Si fue elección propia exclusivamente, o si sus problemas para pasar los procesos de casting le habrán llevado a perder oportunidades. Evidentemente algún interés por el cine comercial tuvo si hizo el casting de Jerry Maguire creyendo que el papel era suyo.

En resumen, Patricia Arquette tiene una visión muy diferente a la que tienen otros actores que se vuelcan de lleno en el proceso, dándolo todo por conseguir el papel que está en juego. Como Austin Butler que logró captar la atención de Baz Luhrmann después de enviarle dos videos cantando canciones de Elvis Presley, pasando por un proceso de casting que duró cinco meses. No sabía si iba a conseguirlo pero se entregó al máximo, poniendo en práctica su paciencia mientras el director ponía a prueba a varios actores. Y lo hizo siguiendo un consejo que Philip Seymour Hoffman dijo en una ocasión, donde sugiere que cada audición sirva como una oportunidad para conseguir el trabajo, porque no se trata del personaje. “Si es en una audición, vas a actuar en frente de personas en una habitación que alguien ha pagado. No pienses en conseguir el trabajo, piensa que estás haciendo la mejor actuación que puedes. Poner la mirada sobre la labor y no el trabajo cambió mi perspectiva” explicó Austin Butler a Variety detallando que, de esta manera, no sufre el rechazo duramente.

Son maneras diferentes de vivir el proceso para conseguir trabajo en Hollywood. Renée Zellweger terminó consiguiendo el personaje después de hacer tres castings con Tom Cruise. La empatía, simpatía y cercanía que brindó al papel la convirtió en una figura esencial de la historia y en una actriz con potencial para comandar sus propias comedias románticas. Incluso consiguió su primera nominación en la temporada de premios hollywoodense a través del Sindicato de Actores. Había aparecido en varias producciones destacadas como La dura realidad (Reality bites), sin embargo, fue Jerry Maguire la que la puso en el mapa de las estrellas hasta que El diario de Bridget jones y Chicagohicieron el resto. Por su parte, Patricia Arquette desarrolló una carrera diferente. Como musa de David Lynch en alguna ocasión, objeto de deseo del cine menos comercial e interesantes propuestas independientes. Pero no puedo evitar imaginar si hubiera estado menos infravalorada durante tantos años por las altas ligas de Hollywood si no fuera tan “notoriamente terrible” en un proceso tan necesario como son los castings.

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