Tiktokers revelan cuánto puedes ganar recolectando frutas en Nueva Zelanda
Las redes sociales se han convertido en las plataformas por antonomasia para los migrantes, quienes no solo comparten retos virales o recetas de cocina, sino la forma en la que viven en otros países y cuáles son las mejores opciones para obtener ingresos.
Tal es el caso de Karina Olasagaste e Iván Julys, una pareja proveniente de Argentina que, desde hace varios años, radica en Nueva Zelanda, al suroeste del océano Pacífico. Ambos, a través de su cuenta de TikTok, revelan cómo les cambió la vida mudarse a esa isla.
Tanto Karina como Iván se dedican a recolectar fruta, según un video compartido:
"En Nueva Zelanda, te pueden pagar de dos formas: la primera es por hora; y la segunda es por producción, es decir que es de acuerdo a lo que trabajes", refiere Olasagaste en la grabación.
Y detalla que, en el picking o colecta, te piden que llenes al menos tres cubetas por hora. Cada una de estas, tiene un valor de siete dólares; es decir, con tres cubetas estás cubriendo el sueldo mínimo en la región, equivalente a 21 dólares por hora.
La pareja reveló que, según la empresa en la que labores, es la cantidad de horas que puedes elegir. En el caso de ellos, escogieron una jornada de 08:00 a 12:00 horas; aunque tenían conocidos que trabajaban ocho horas diarias, sin embargo, les exigían 18 cubetas por día.
Y, el truco para ganar más dinero, está en la producción más que en el tiempo. Según los novios argentinos, la empresa puede pagar hasta siete dólares por cada cubeta extra conseguida en el plazo de una hora; es decir, si el empleador exige un mínimo de tres cubetas por hora, si consigues un cuarto, quinto o sexto balde, puedes ser acreedor a más dinero:
Tres cubetas: 21 dólares
Cuatro cubetas: 28 dólares
Cinco cubetas: 35 dólares
Seis cubetas: 42 dólares
Siete cubetas: 49 dólares
Ocho cubetas: 56 dólares
Nueve cubetas: 63 cubetas
Diez cubetas: 70 dólares
Y, aunque no revelaron los beneficios de trabajar en la pack house o planta de empaque o procesamiento de fruta, Karina e Iván explicaron que la labor en esa zona es más dura porque no ven la luz del día y ellos prefieren estar en contacto con la naturaleza.