Pachuca y el gesto de profesionalismo de sus jugadoras al perder la final de la Liga MX Femenil

Pachuca cayó en la pugna por el título a manos del América, quienes se consagraron como las campeonas de la Liga MX Femenil por segunda ocasión. El conjunto hidalguense, a pesar de haber perdido por un gol en la ida de la final en casa, no llegó a la cancha del Estadio Azteca como una víctima, sino todo lo contrario. Si había un equipo que pudiera darle la vuelta al marcador y poner en apuros a las Águilas, ese podría ser el cuadro de las Tuzas. La historia jugaba de su lado y el clima lluvioso traía recuerdos al técnico pachuqueño, Juan Carlos Cacho quien, en medio de la tormenta, hizo un gol para vencer al América en la ida de la final Clausura 2007 y en el mismo terreno del Estadio Azteca.

Sin embargo, la historia fue diferente para las Tuzas. En los primeros minutos del encuentro, las visitantes lucían desorientadas, sin posición del balón y defendiendo en su medio campo. A los escasos siete minutos de haber arrancado el encuentro, Katty Martínez definió con un testarazo cruzado para poner a las azulcremas adelante en el marcador. Pachuca, a pesar de ser un equipo con un plantel que puede dar respuesta, siguió sin reaccionar y eso cambió por completo el rumbo del encuentro. Cuando la final se fue haciendo adulta, Aurélie Kaci sentenció la final a su favor con un remate desde fuera del área grande que se incrustó en el ángulo superior izquierdo de la portería. Ambos tantos le daban un nuevo campeonato al cuadro de Coapa.

A pesar de que en los últimos suspiros Alice Soto anotó un tanto para reaccionar, el tiempo había casi cumplido por completo su recorrido y la caída fue inminente. En un pletórico Estadio Azteca que en sus gradas resguardó a más de 58 mil personas que rompieron récord de asistencia en un partido de rama femenil, el cuadro hidalguense dejó ir el título de monarcas del futbol mexicano por tercera ocasión en la historia de la liga. Aún con todo y eso, las futbolistas de Pachuca pusieron un claro ejemplo de su profesionalismo cuando el partido había terminado.

Después del silbatazo, varias de las jugadoras se acercaron a sus rivales para brindarles un abrazo fraternal y como parte de su reconocimiento por haber alcanzado su campeonato. Janelly Farías y Renata Masciarelli fueron las principales jugadoras que se acercaron a felicitar a la mayoría del plantel, pues ellas, hasta hace unos meses atrás, pertenecían al América.

El protocolo de la Liga MX rápidamente montó el escenario sobre el terreno de juego para comenzar la ceremonia de premiación. Una a una fueron pasando las nuevas campeonas a recibir sus medallas de campeonas para después recibir el anhelado trofeo. Todo esto ante la mirada expectante del plantel completo de las Tuzas que se mantuvieron en el campo como muestra de respeto y profesionalismo, a pesar de que no existe ninguna regla establecida por la misma liga que obligue a los subcampeones a mantenerse durante dicha ceremonia.

Después de alzar el trofeo y celebrar al máximo el título conseguido, algunas futbolistas azulcremas reconocieron el gesto del plantel de Pachuca y fueron a brindar un abrazo a quienes fueron sus rivales en la cancha y aplaudieron su nuevo logro. El mismo ejemplo se presenció días atrás con Guadalajara que esperó hasta ver coronado a Tigres en su propio estadio. Encabezados por el dueño del equipo, Amaury Vergara y el presidente deportivo del cuadro tapatío, Fernando Hierro. Demostrando que también existe la clase aún en la derrota.

El momento quedó registrado y en redes sociales se felicitó a ambos equipos por demostrar respeto mutuo dentro y fuera del campo. Muchos señalaron que era un buen ejemplo para todos los aficionados infantiles que se encontraban presentes y se dedican a practicar el deporte. Atrás deben de quedar enterrados los recuerdos que dejaron mal parado a Tigres.

Anteriormente, el equipo subcampeón también recibía su medalla en la ceremonia postpartido, sin embargo, desde el Clausura 2017 eso no se ha vuelto a ver gracias a un berrinche de Eduardo Vargas. El delantero chileno que militaba en ese entonces en Tigres no dejó que Enrique Bonilla, presidente de la Liga MX en aquel momento, le colgara la presea del segundo lugar. En un hecho bochornoso y a regañadientes, el sudamericano accedió y enseguida se la retiró. Para evitar esos bochornosos momentos, esa parte fue retirada.

Pachuca sufrió el descalabro en campo ajeno, pero es casi un hecho que en el siguiente torneo volverá a estar entre los primeros planos por ser uno de los equipos más importantes de la rama y que han estado cerca de alcanzar el título, además de ser uno de los mejores planteles del balompié mexicano. El reconocimiento a sus rivales dejó claro que es una institución que aprecia el deportivismo y el mismo futbol ahora las reconocerá a ellas por el dicho gesto.

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