Pablo López lanza bien contra los Bravos, pero eso no es suficiente para doblegar a los campeones

Los Bravos no perdonan ni tienen intención de perdonar. Ya sea en Miami o en Atlanta, este equipo mantiene una intensidad en el juego que va más allá de lo que pueda hacer un simple jugador. Sencillamente, resulta una maquinaria tan bien aceitada que ningún rival en problemas puede con ellos.

Que perdieron a Freddie Freemean, no hay problema. Que Ozzie Albies está fuera por lesión, no hay problema. Sin Ronald Acuña ganaron la Serie Mundial pasada, porque este equipo sabe como imponerse en las peores circunstancias. El día que los peces sean como los Bravos...

Pero ese día no ha llegado y mucho menos llegó el viernes en la noche, cuando los visitantes se impusieron 4-3 a los Marlins en el inicio de una serie en el loanDepot park que vio una decente multitud de 10,549 aficionados que se marcharon con la visión del fracaso en los ojos.

Con el choque empatado a dos carreras, Michael Harris II conectó un cuadrangular con un hombre en circulación ante una bola servida por Elieser Hernández que determinó la dirección de un juego donde se advertía que si los de casa no hacían algo más que tres anotaciones, no sería suficiente al final.

Pablo López abrió el encuentro por Miami y no se puede decir que realizó una mala faena, sino que luchó a brazo partido por contener a un equipo difícil de dominar como los Bravos, acostumbrados siempre a desmontar a los lanzadores rivales pitcheo por pitcheo.

“Esa es una alineación muy complicada, llena de bateadores inteligentes y no por gusto ganaron la Seria Mundial’‘, comentó López. “Siento que debo batallar contra ellos de lanzamiento en lanzamiento y sacan lo mejor de mí y debo hacer ajustes de manera constante’‘.

Históricamente, Atlanta ha sido un hueso duro de roer para el venezolano quien en 13 aperturas de su carrera ante los de Georgia exhibe balance de 3-6 con un promedio de carreras limpias de 5.70, aunque en honor a la verdad son muy pocos los pitchers que exhiben números de éxito contra esta organización.

Con dos carreras de ventaja en el marcador, López colgó tres ceros seguidos hasta que en el cuarto episodio Matt Olson sacó una bola del parque por todo el jardín central y luego en el sexto Dansby Swanson pegó un elevado de sacrificio que remolcó la anotación del empate.

Ese momento marcó el final de la actuación del sudamericano, quien se fue luego de 5.2 entradas, dos carreras limpias, cuatro imparalbes, cuatro ponches y cero pasaporte, de modo que su labor puede ser calificada de buena o, como dirían en estos tiempos, de calidad.

Después de dominar durante la primera mitad del calendario, López no ha sido el mismo en los últimos tiempos, como bien lo demuestra lo sucedido en estas semanas. En junio, tuvo una efectividad de 5.34 en cinco aperturas y siguió con una efectividad de 4.65 en seis aperturas en julio.

Miami abrió primero el marcador ante los envíos de Jake Odorizzi en el segundo episodio, luego de que el recién llegado Brian Anderson - que había estado en la lista de lesionados desde el 24 de julio por un esguince en el hombro izquierdo- depositara una pelota más allá de la cerca del jardín izquierdo.

La segunda carera llegó en esa segunda entrada cuando Miguel Rojas aprovechó una conexión para doble play de Jacob Stallings y se coló en la goma, y la tercera se produjo en la octaba cuando Payton Burdick disparó un doble que remolcó al receptor

Los Marlins han tenido serios problemas después del receso del Juego de Estrellas, con marca de 6-13 en ese lapso y la mayor parte de la responsabilidad recae en una ofensiva que batea solo para .228 y que anota como promedio 2.5 carreras por juego.