Osmani García recupera terreno con el reguetón cubano

Luego de una etapa algo brumosa en su carrera, el popular cantante cubano Osmani García comenzó a recuperar terreno a partir del año pasado y ha comenzado el 2023 con buen pie. Hace unos meses grabó duetos con otros reguetoneros de lustre como El Chacal y Lenier, y prosigue en estos primeros meses del 2023 con más música nueva: la canción “Lo que diga el dj Fiesta pa Donde”, junto a Blad MC y Leo The Lion. “El tiempo de Dios es perfecto; me pasé cinco años disfrutando de la vida brutalmente y ahora estoy feliz y haciendo buenas canciones”, comenta a El Nuevo Herald. En persona Osmani derrocha la misma autenticidad que muestra sobre un escenario; quizá eso sea lo que le gusta al público, que parece perdonarle los excesos.

El videoclip del dúo con Lenier, “Pizza Aré”, tiene nueve millones de visualizaciones en Youtube. El de “La Voz” grabó con El Chacal, “Mi fidelidad”, sobrepasa los 10 millones. Aún quedan lejos de los 750 millones que cosecha ”El taxi”, que Osmani grabó en el 2016 con Pitbull, Dayami La Musa, y Sensato, pero son cifras luminosas. “Es muy bonito vivir en el corazón de la gente y ser parte de la banda sonora de sus vidas”, asegura. Durante la conversación con este diario el artista luce como en sus videos: con ropa ceñida y pelo extremadamente corto. Es bajo de estatura (en sus inicios le apodaban “El Chiquitico de Cuba”) y tiene un físico algo trabajado. “Ir al gimnasio es una de las cosas que mayor bienestar me da”, manifiesta. El cuidado del cuerpo y de la mente, mediante terapia psicológica, lo ayudaron a salir del reciente período desordenado.

La estabilidad sentimental también ha jugado un gran papel en el nuevo Osmani. Desde fines del 2020 está en pareja con la empresaria Laura Candeau y el cantante la menciona constantemente en las entrevistas; la nombra como “Laura”, a secas, o “Mi reina”. “Estoy feliz con mi reina; en otros tiempos disfrutaba de tener varias novias, pero mi esposa me ayuda a materializar mis sueños”, asevera, con un desenfado simpático.

Osmani nació el 22 de mayo de 1981 en una localidad vecina a La Habana, Guanabacoa. A los 20 años formó un dúo llamado Cristal y empezó su despegue. Tuvo una gran década y luego trascendió fronteras. En 2016 se instaló en Miami. Al principio hubo fiebre aquí con temas como “El taxi” y “Chilling”. Luego entró en un caos de alcohol y drogas que Osmani también adjudica a desavenencias con sus antiguos manejadores. “He sido un rey en el infierno”, declara, algo exagerado.

El caso es que Osmani ha vuelto a hacer bailar a su gente. Hace unos meses creó alborozo en el exilio con su tema en contra del dictador Miguel Díaz Canel, “KKnel en la tumba de Fidel”. Su diciembre pasado fue dorado con presentaciones en Japón y en la transmisión especial de fin de año de Univision en Times Square. En abril cantará en Canadá. Tiene casi cinco millones de seguidores en Instagram. A la hora de las conclusiones, para el cantante todo se remite a que “el Universo es una onda de energía en la que a veces te va bien y a veces te va mal, así hay que tener cuidado porque lo que te da en una gran dimensión también te lo puede quitar”.

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