Las oraciones por Damar Hamlin revelan el vínculo entre el fútbol americano y la fe

En la noche del 2 de enero, mientras la ambulancia que transportaba al jugador lesionado de los Bills de Buffalo, Damar Hamlin, salía lentamente del estadio en Cincinnati, un grupo de jugadores y personal del equipo se arrodilló en un enorme pero íntimo círculo en el campo. Inclinaron la cabeza, algunos pusieron sus manos en los hombros de los demás y otros no pudieron contener las lágrimas. Fue un momento de oración espontánea liderada por el capellán del equipo, Len Vanden Bos. La multitud en silencio en el Paycor Stadium estalló en aplausos cuando los jugadores se arrodillaron y luego cuando se levantaron de nuevo.

Fue la primera de muchas oraciones en una muestra extraordinaria de devoción religiosa pública que se ha desplegado en todo el país en las horas y días posteriores al colapso de Hamlin, tras lo que pareció ser una colisión de rutina al comienzo del partido. Hamlin sufrió un paro cardíaco en el terreno y se encontraba en estado crítico la noche del 4 de enero en el Centro Médico de la Universidad de Cincinnati. El equipo declaró que estaba mostrando signos de mejoría.

Las plegarias en nombre del atleta de 24 años han ido más allá de la típica frase “en nuestros pensamientos y oraciones” que habitualmente ofrecen las figuras públicas después de una tragedia. La muestra de devoción revela cómo la fe cristiana ha estado, desde hace mucho tiempo, entrelazada con la cultura del fútbol americano, ligada a este gracias a la popularidad que tiene el deporte en el cinturón bíblico. Una de las cosas que fortalece ese vínculo es la cercanía entre los jugadores cuyo riesgo de peligro físico en el deporte de alto impacto ha atraído más publicidad en los últimos años.

Un video que circuló en línea mostró a aficionados de los Bengals de Cincinnati recitando el padrenuestro en las gradas. En ESPN, el martes, el analista Dan Orlovsky, ex mariscal de campo de la NFL, les dijo a sus colegas durante la transmisión en vivo que “mi corazón me pide rezar”. Tras inclinar su cabeza y cerrar los ojos, así lo hizo.

“Dios, acudimos a ti en estos momentos que no comprendemos”, oró. “Creo en la oración, creemos en la oración, y elevamos el nombre de Damar Hamlin en tu nombre”. Sus compañeros murmuraron: “Amén”.

“Por favor, oren por nuestro hermano”, escribió en Twitter el mariscal de campo de los Bills, Josh Allen. En la plataforma, jugadores y entrenadores de toda la liga compartieron mensajes similares. Los 32 equipos de la NFL cambiaron sus fotos de perfil de Twitter por un mensaje que decía “RECEMOS POR DAMAR”, al estilo de la camiseta azul de Hamlin. Los fanáticos se congregaron en vigilias frente al hospital en Cincinnati y fuera del Highmark Stadium en Buffalo, Nueva York, donde Jill Kelly, la esposa del ex mariscal de campo de los Bills, Jim Kelly, lideró a la multitud en una oración.

“Creo que todos debemos reconocer el poder de la oración de los entrenadores, jugadores, el personal y los aficionados que estaban en ese estadio, así como de la gente que vio el partido desde todas partes del mundo”, le dijo Troy Vincent, vicepresidente ejecutivo de operaciones en la NFL, a un grupo de periodistas el 4 de enero por la tarde. Hay poder en la oración”.

Para los no devotos, la intensidad de estas expresiones de fe podría haber sido una sorpresa, una muestra inusual de devoción pública en una cultura cada vez más secular. Para los observadores de la estrecha relación entre el cristianismo y el fútbol americano, las exhortaciones a la oración fueron naturales.

“Es un ejemplo de ver a una subcultura cristiana que ha estado arraigada en la NFL durante cuatro décadas en público”, afirmó Paul Putz, subdirector del Instituto Fe & Deportes de la Universidad de Baylor. “Desde la década de 1970, ha tenido casi como su propia Iglesia”.

La mayoría de los ministros cristianos que operan dentro de la NFL están vinculados a la tradición evangélica, pero la cultura religiosa de la liga no es directamente conservadora.

En parte debido a la diversidad racial de la NFL, el movimiento evangélico interno está “menos preocupado por la política de la guerra cultural y más por aplicar la Biblia, entendida a través del prisma evangélico, a las necesidades prácticas de los jugadores: rendimiento atlético, matrimonio y familia, y cómo lidiar con lesiones y contratiempos”, afirmó Putz.

La cultura deportiva estadounidense está repleta de vínculos con organizaciones cristianas y expresiones de fe cristiana, desde señalar al cielo para agradecer a Dios después de una buena jugada hasta darle el reconocimiento por una victoria en una entrevista posterior al juego.

Pero incluso dentro de ese contexto, el fútbol americano destaca. Un caso que involucraba a un entrenador de fútbol de bachillerato que tenía la costumbre de rezar en el campo después de los partidos llegó a la Corte Suprema el año pasado. (“Simplemente tenía sentido hacerlo en el campo de batalla”, le dijo el entrenador a The New York Times sobre su compromiso con el ritual, incluso a expensas de su empleo).

El ex mariscal de campo de la NFL, Tim Tebow —quien ahora es uno de varios exjugadores de la NFL que se desempeñan como oradores populares en conferencias cristianas e iglesias— fue conocido por poner una rodilla en el suelo e inclinar su cabeza sobre el campo, un movimiento que terminó siendo conocido como “Tebowing”.

“La NFL ha sido muy abierta y receptiva a la fe por muchos años”, afirmó Jason Romano, director de medios de Sports Spectrum, una publicación que cubre la intersección entre los deportes y la fe cristiana.

“Dios ha estado preparando el escenario para que suceda algo como esto”, afirmó Romano, enfatizando que no creía que Dios hubiera diseñado la lesión de Hamlin, sino que el caudal de oraciones cristianas en respuesta reflejaba una cultura de fe que se ha estado desarrollando dentro de la liga por décadas.

Después de cada partido, señaló Romano, los jugadores de ambos equipos se arrodillan en la yarda 50 para rezar. Es una tradición que comenzó un domingo en 1990, durante la transmisión de un reñido duelo entre los 49ers de San Francisco y los Gigantes de Nueva York.

Los equipos de la NFL tienen capellanes, a menudo afiliados a organizaciones cristianas evangélicas. Los jugadores pueden asistir a estudios bíblicos en equipo, servicios de capilla previos a los juegos y a un popular retiro anual organizado por Pro Athletes Outreach, un ministerio evangélico.

Para muchos jugadores, el apoyo de los capellanes de sus equipos es como “un oasis para nosotros, como agua en el desierto”, recordó Vincent Rey de su vieja época como apoyador de los Bengals. Hoy él es el capellán del equipo.

Rey estuvo presente en el partido del lunes y bajó corriendo desde las gradas para estar con el equipo, mientras su esposa se reunía con muchas de las esposas y novias de los jugadores.

Hamlin se graduó en un bachillerato católico en Pittsburgh y en ocasiones ha hablado sobre su fe. “Siento que ese es Dios hablándome”, le dijo a un periodista en 2021, refiriéndose a su trabajo caritativo. “En realidad siento que es mi propósito. Es la razón por la que Dios me puso aquí”.

© 2023 The New York Times Company