Las olas gigantes de Nazaré tienen recompensa: medio millón de dólares en premios

Imagen de las olas gigantes de Nazaré, con un buen número de espectadores como testigos desde el Fuerte de Sao Miguel. (Getty Images)
Imagen de las olas gigantes de Nazaré, con un buen número de espectadores como testigos desde el Fuerte de Sao Miguel. (Getty Images)

El pueblo pesquero de Nazaré es la meca del surf de olas grandes. La localidad portuguesa puede presumir de testigo de auténticos monstruos de agua que se forman en las proximidades de la Praia do Norte y con el Fuerte de Sao Miguel como perfecto anfitrión de un espectáculo natural. Años tras años, las imágenes y los vídeos de olas de 20 metros dan la vuelta al mundo, mientras surfistas de todo el globo miran a los ojos a la muerte intentando deslizarse sobre ellas.

La adrenalina, el riesgo, la superación personal, el ego… Cada surfista de olas grandes tiene un motivo para jugarse la vida intentando domar las olas más grandes del mundo. Sin embargo, a partir de esta temporada habrá un aliciente más en forma de 500.000 dólares gracias a la inversión de la World Surf League (WSL), la máxima competición del surf mundial, que premiará a aquellos que más brillen durante las competiciones de Nazaré (Portugal) y Jaws (Hawaii).

Desde que Garrett McNamara pusiera a Nazaré en el mapa, no pocos han querido seguir los pasos de este pionero y dejar su nombre escrito en los libros de historia. Andrew Cotton, Kay Lenny, Lucas ‘Chumbo’ Chianca, Éric Rebière, Billy Kemper, Pedro Scooby, Nic von Rupp, Justine Dupond, Maya Gabeira o los españoles Natxo González y Axi Muniain son sólo algunos nombres que se relacionan automáticamente con la Praia do Norte. Sin embargo, la profesionalización de esta modalidad ha llevado el surf de olas grandes a otro nivel, tanto en lo referente a su visibilidad como al aspecto económico y los sponsors.

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Desde que en 2019 desapareció el Big Wave Tour, los campeonatos de Nazaré y Jaws son los únicos supervivientes dentro del circuito de la WSL. Dos pruebas muy distintas entre sí (en Nazaré se compite en la modalidad de tow-in o surf remolcado y en Jaws en paddle o remada) pero unidas por unas olas XXL que podrían romper en cualquier momento. Ambos torneos abrieron su periodo de espera el 15 de noviembre, que durará hasta el 31 de marzo, y sólo están aguardando la llegada del temporal de turno que haga su magia.

El colofón a la temporada de olas grandes será allá por julio de 2023, cuando se entregarán los premios Big Wave Awards en el que entrarán en escena ese medio millón de dólares del que hablábamos hace unas líneas. Una bolsa que se repartirá en cuatro premios: la ola más grande remada y la ola más grande absoluta, tanto en categoría masculina como femenina.

Actualmente sólo se realizan mediciones de olas gigantes ‘absolutas’, que son premiadas y que además figuran en los Récord Guiness. Sin ir más lejos, la ola más grande jamás surfeada lleva el nombre del alemán Sebastian Steudtner y un tamaño de 26.21 metros de altura, mientras que entre las mujeres reina Maya Gabeira con 22.40 metros, ambas marcas pertenecientes al año 2020 y firmadas en Nazaré.

Precisamente allí será donde la dupla formada por Kay Lenny y Lucas Chianca buscará seguir ampliando su leyenda. No es arriesgado decir que son los dos máximos exponentes del surf de olas grandes y los grandes favoritos a hacerse con un título que ya han ganado en varias ocasiones. Su palmarés y fama les avalan. Sus trucos sobre las olas y su especial olfato para salvar las situaciones más complicadas les han acompañado a lo largo de sus respectivas trayectorias. Pero además ‘Chumbo’ porta sobre sus hombros la responsabilidad de ser considerado como uno de los ‘ángeles de la guarda’ más fiables en Nazaré.

El brasileño tiene la misma pericia sobre su tabla que a lomos del jet-sky que se encarga de remolcar a los surfistas y posteriormente rescatarlos cuando caen al agua. Tanto que son varios los que se han visto engullidos por las fieras aguas de la Praia do Norte y han encontrado en Chianca un salvador que les ha sacado de verdaderos apuros al borde de una desgracia mayúscula. Es en esos momento cuando el dinero y los patrocinadores importan bien poco, pero hasta entonces que nadie se olvide del medio millón de la WSL.

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