La OCDE mejora sus previsiones de crecimiento mundial

La OCDE ha revisado al alza, como ya hizo en marzo, sus previsiones de crecimiento para las principales economías del mundo porque se han moderado algunos riesgos que enturbiaban el ambiente, como el tirón de los precios de la energía o la reapertura de China tras la larga hibernación de la covid.

Sin embargo, las proyecciones de la OCDE publicadas este miércoles son relativamente bajas si se comparan con las ofrecidas antes de la pandemia y advierte que persiste una inflación elevada.

El informe calcula que la economía mundial crecerá un 2,7 % este año, una décima más de lo que había anticipado en marzo y cinco más que en noviembre.

Para 2024, espera una ligera aceleración, hasta el 2,9 %. En cualquier caso, todavía netamente por debajo del 3,4 % que hubo de media entre 2013 y 2019, justo antes de la covid.

España, la mejor recuperación de la UE

La OCDE ha aumentado las expectativas de cara a este año para la mayoría de los miembros del G20, pero hay notables diferencias entre la progresión del producto interior bruto (PIB) que espera en los gigantes emergentes que son India (6 %) y China (5,4 %) y las potencias occidentales.

Entre éstas últimas, España presentará la mayor expansión en términos relativos (2,1 %), aunque hay que recordar que en el primer trimestre era uno de los cuatro países de la OCDE (con Alemania, Reino Unido y República Checa) que todavía no había recuperado el nivel de actividad precovid.

Por debajo del 2 % se quedarán Estados Unidos (1,6 %), pero también Australia (1,8 %), Corea del Sur (1,5 %), Canadá (1,4 %) y Japón (1,3 %), por no hablar de las grandes economías europeas como Italia (1,2 %), Francia (0,8 %), Reino Unido (0,3 %), y en particular Alemania (0 %), totalmente estancado.

La economía rusa baja pero no se hunde

El caso de Rusia merece un análisis aparte. En junio del pasado año, la organización le auguraba un hundimiento del 10 % de su PIB en 2022. Luego moderó esas previsiones, pero aun así quedó lejos del descenso efectivo del 2 %.

En noviembre, cuando ya veía que sus cálculos no se iban a cumplir para 2022, dijo que la recesión se iba a agravar en 2023, con un retroceso económico del 5,6 %. Ahora de nuevo ha tenido que recalibrar abruptamente esos cálculos y espera un descenso del PIB del 1,5 % en 2023 y del 0,4 % en 2024.

Detrás de todo eso está la constatación de que las sanciones han tenido un efecto limitado, probablemente porque al margen del frente occidental, Rusia ha seguido comerciando con muchos países emergentes, empezando por China y la India, que son los que han sustituido a Europa como principales mercados de sus hidrocarburos.