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Novak Djokovic y las oportunidades perdidas en el esquivo 2022

Serbia's Novak Djokovic reacts after winning his men's singles tennis match against Spain's Pablo Andujar at the Tel Aviv Watergen Open 2022 in Israel's Mediterranean coastal city of Tel Aviv on September 29, 2022. (Photo by JACK GUEZ / AFP) (Photo by JACK GUEZ/AFP via Getty Images)
El serbio Novak Djokovic saluda al público en el torneo ATP de Tel-Aviv (Photo by JACK GUEZ/AFP via Getty Images)

Estoy convencido de que Novak Djokovic considera 2022 como un año de crecimiento personal: después de meses de mensajes ambiguos y una entrada más que polémica en Australia, el serbio decidió asumir todas las consecuencias derivadas de su decisión respecto a la vacuna del Covid y dejar de dar explicaciones. En las ruedas de prensa se le ve más relajado, como si se hubiera quitado un peso enorme de encima y la Laver Cup, con los fastos en torno a Federer y a Nadal, le confirmó como uno de los grandes de la historia.

A Nole se le veía cómodo en Londres, casi feliz de estar ahí y poder, después de tantos desencuentros, compartir estatus con sus dos grandes rivales. Sus palabras posteriores -"a mí también me gustaría que mis rivales estuvieran en mi retirada"- huyen del egocentrismo que a veces ha inundado su carrera y hace pensar que todo lo sucedido este año, en términos de relación con sus compañeros y de afirmación de sus ideas, le ha hecho más fuerte.

Otra cosa es el aspecto deportivo. No podemos decir que 2022 haya sido un mal año para Djokovic porque ganó Wimbledon, aunque no le sumaran ni un punto en el ránking y le quitaran los 2000 del año anterior. Solo ese triunfo ya vale por una temporada, pero viéndole jugar en la Laver Cup hasta su lesión de muñeca y teniendo en cuenta la versión que vimos el jueves contra Pablo Andújar, al que destrozó sobre las canchas de Tel-Aviv, es lógico que cuando recuerde este año, recuerde todas las oportunidades que se le han escapado.

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Perderse Australia, Miami, Indian Wells, Canadá, Cincinnati y el US Open en un solo año es demasiado. Por supuesto, si en el terreno personal a él le compensa, no hay nada que objetar, pero el palo competitivo es tremendo. El Covid ya hizo que se suspendiera Wimbledon 2021 cuando el serbio era el máximo favorito. Su negativa a vacunarse junto a las estrictas leyes australianas y estadounidenses, le han privado de participar en otros dos grandes en los que sin duda podía haber aspirado a lo más alto.

¿El resultado? En términos de la lucha por ser el que más grand slams ha ganado, en vez de poder aspirar a 24, se ha quedado en 21... y no es disparatado pensar que la versión de Nadal en Australia, con todas aquellas victorias agónicas, tal vez no habría sido suficiente para derrotar al nueve veces campeón del torneo. Pensar en un 22-21, incluso un 23-21 de imponerse en el US Open, a favor de Djokovic, no es un disparate, viendo cómo juega cuando puede jugar. El número uno, probablemente también hubiera seguido en sus manos, batiendo así su propio récord de 373 semanas en todo lo alto.

Sí, 2022 será, en el recuerdo, un año lleno de hipótesis para Nole. Lo bueno es que, si es verdad que le ha servido para cuidar su cuerpo, ha aligerado su mente, y todo eso sin perder por completo el ritmo competitivo, 2023 se presenta muy apetitoso para él. Por mucho que se hablara en su momento de "Big 4" o se haga constante referencia al "Big 3", en realidad, desde 2011, el tenis es cuestión de Djokovic y Nadal. En estas doce temporadas -cuarenta y siete grand slams- han conseguido levantar el trofeo de campeón en treinta y cuatro ocasiones. Tres de cada cuatro grandes han ido a parar a sus manos durante más de una década.

Con Nadal en un momento complicado de su carrera, tanto por razones personales como, sobre todo, por las continuas molestias físicas, si la siguiente generación no se da prisa, Djokovic aún seguirá dominando. Dominando en pista dura, en tierra batida, en hierba y donde haga falta. Por supuesto, ahí está Carlos Alcaraz, pero sería un error poner en las espaldas del murciano que continúe la lucha de Rafa de todos estos años. Más allá del actual número uno del mundo, no se ve mucha competencia: Zverev sigue lesionado, Medvedev, con la cabeza en otro lado, Tsitsipas pasa del todo a la nada con demasiada facilidad...

Queda la esperanza de que Aliassime dé el salto adelante que todos esperamos, que Sinner consiga algo más de regularidad, que a Tiafoe le dure este chute de confianza y que Kyrgios se tome en serio por lo menos la temporada de hierba, que ya sería algo. De lo contrario, me da que 2023 va a ser un año propicio para un huracán Novak... siempre que las lesiones le respeten, claro. Este final de temporada nos dará algunas pistas al respecto. Si consiguiera clasificarse para el Masters y ganarlo, sería un nuevo hito dentro de una trayectoria llena de hitos incomparables.

Vídeo | Djokovic vs Andújar (6-0, 6-3)

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