Martín López Zubero: el norteamericano que puso a España en el mapa en honor a su padre

La vida de Martín López Zubero continúa ligada a una piscina. La natación sigue siendo la protagonista para un hispano-americano nacido en Jacksonville (Florida) que clavó a España en el mapa del mundo del deporte rey acuático. En 1989 conquistó la primera medalla de oro para el combinado nacional en un Europeo, repitió la hazaña en el Mundial de 1991 y completó el trío de títulos con la corona de Barcelona ‘92 en los 200 espalda. 29 años después de rematar la gesta trata de buscar un sucesor entre todos sus pupilos en la Episcopal School, donde entrena su hijo menor, Zachary López-Zubero, que intenta seguir los pasos de su padre.

Las piscinas Bernat Picornell coronaron a Martín, que rompió el hielo en un deporte que nunca había visto a un español en lo más alto del podio olímpico y abrió el camino de lo desconocido para la natación española. Sin embargo, el éxito del combinado nacional en el deporte rey acuático siguió el mismo camino de soledad que había tenido hasta los Juegos de la ciudad condal y tuvo que esperar hasta Río 2016 para volver a ver a una nadadora colgándose el oro con Mireia Belmonte en los 200 mariposa.

Fiel a su padre

López Zubero conquistó el oro para España aunque toda su vida la desarrolló en Florida, pero eligió representar a España para honorar a su progenitor, José Luis López-Zubero. Nacido en Zaragoza en 1931 sufrió las consecuencias de la Guerra Civil y la posterior represalia, y decidió emigrar a Estados Unidos en 1955 para empezar la carrera de Medicina. Años después, asentado en Jacksonville y ejerciendo de oftalmólogo, acudió de voluntario a la Guerra de Vietnam y creó una fundación para prestar ayuda sanitaria a los países más necesitados. En esa época nacía Martín, que viajaba todos los veranos a la capital aragonesa para reencontrarse con sus abuelos, tíos y primos.

Junto a su hermano David López Zubero, medallista de bronce en los 100 mariposa de Moscú 1980, preparó su camino hacía el oro de Barcelona 92 y siempre supervisado por su padre, que se convirtió en una figura muy importante para el nadador que abrió las puertas de la natación en España. La carrera para Martín no arrancó como se esperaba y en el primer 100 ocupaba la 5ª plaza. Sin embargo, las fuerzas de sus rivales empezaron a flaquear y con su cadencia de 32 brazadas por minuto se colocó 3ª en el paso del 150. En el último largo, Martín aumentó la marcha y el gorro blanco superó a sus rivales para terminar tocando primero la pared. Así las cosas, Martín López Zubero conquistaba el primer oro de la delegación española en la natación y tras cinco años de la conquista de la presea dorada decidía colgar las gafas y el gorro para que en el Europeo de Sevilla de 1997 anunciase su retirada. Tiempo después, la Federación Internacional de Natación proclamó a Martín miembro del Hall of Fame.

Su papel como entrenador

Pocos meses después de salirse de la piscina, el exnadador hispano-americano empezó a formarse como entrenador. Los Patriot Aquatics de Orlando lo ficharon para entrenar en las categorías inferiores de la Bolles School desde 1998 hasta el 2002. Tal era su capacidad de enseñanza que los máximos dirigentes lo eligieron en 2002 como entrenador asistente del primer equipo hasta que en 2011 incurrió en la disciplina de los Marlins de Raleigh.

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Asimismo, compaginó durante estos años su presencia en la selección de Malasia en el Mundial de 2003 y en la de las Antillas Holandesas en los Juegos Panamericanos de 2007. Desde 2014 y hasta hoy en día es el director técnico del Episcopal School en Jacksonville, donde reside junto a su mujer Loretta y sus dos hijos, Lily y Zachary López Zubero.

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