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Zlatan Ibrahimovic, el Benjamin Button del fútbol: los secretos del crack que desafía al tiempo

Benjamin Button no es un bebe como tantos otros. A diferencia de los recién nacidos, llega al mundo con la apariencia de un anciano de 80 años. El tiempo no pasa igual para Benjamin: cumple años para atrás, es cada día más joven. Brad Pitt fue el protagonista de El curioso caso de Benjamin Button, una brillante película de 2008 dirigida por David Fincher, candidata a 13 premios de la Academia. En el campo de juego, hay un crack, un fuera de serie, que confirma la teoría: la realidad supera a la ficción. "Soy como Benjamin Button. Nací viejo, pero siempre estando joven, nunca viejo", bromea Zlatan Ibrahimovic, que en octubre va a cumplir 39 años y que brilla como una promesa en Milan. Desafía en los nostálgicos, entre destrezas y goles, el reinado natural de Messi y Cristiano.

"Convertir un gol es siempre positivo, es siempre bueno. Así ayudo al equipo, pero no me interesa si mi gol es más rápido o si tengo algún récord. Espero poder continuar así, con fuerza para marcar goles, porque al final del encuentro me canso un poco. Porque dicen que estoy viejo, pero en realidad estoy calentando", se ríe, colosal, provocador. El tiempo transcurre para todos. Menos para el sueco.

Después de la cuarentena y de una incómoda lesión en el sóleo, anotó 7 goles y aportó 4 asistencias en un equipo que consiguió 9 triunfos, cuatro empates y alcanzó la clasificación para la Europa League, todo un mérito para el gigante, hecho pedazos en los últimos cinco años. La poesía de Zlatan se sustenta en datos, en números: 11 goles y 5 asistencias en 20 partidos en 2020; es el jugador más veterano (38) con más de 10 goles en una misma temporada en el Calcio. Y algo más: 314 de sus 550 goles fueron conseguidos después de cumplir 30 años. Zlatan maneja el reloj a su antojo.

Se ríe. En la cancha, en la vida. El mismo que dice que es "tan inteligente que podría ser abogado", el que derriba prejuicios: lo adoran en toda la ciudad. En Inter consiguió tres Serie A y dos Supercopa; en Milan, un Scudetto (hace 9 años) y una Supercopa. Acaba de extender su contrato. "AC Milán está encantado de anunciar que Zlatan Ibrahimovic renovó su contrato con el club hasta el 30 de junio de 2021. El campeón sueco comenzó su historia con el club en 2010, cuando jugó 85 partidos y marcó 56 goles durante una período en el que alzó un Scudetto y una Supercopa italiana. Ibrahimovic volvió a Milan en enero y realizó un gran aporte para el regreso a las competiciones europeas, con 11 goles en 20 partidos, llegando a las 100 presentaciones con la camiseta Rossoneri", informó el club, en un comunicado. Con su estirpe, Zlatan celebró la noticia con un mensaje: "Como digo, solo estoy calentando...".

Había vuelto en enero, luego de otra brutal demostración de clase, en Los Angeles Galaxy de Guillermo Barros Schelotto. Pero la MLS le había quedado chica (53 partidos, 58 goles). Ahora, ganaría unos 104.000 euros por semana si se cumplen los objetivos relacionados con su rendimiento. Va a obtener el doble. Y relativiza la biología: quiere jugar hasta los 41 al máximo nivel. Dijo el 3 de enero, al aterrizar en Milán: "Recibí la llamada de Paolo Maldini. A mis 38 años recibí más ofertas que cuando tenía 20. Busco la última descarga de adrenalina para dar todavía el máximo".

La última descarga de adrenalina inyectó de carácter al gigante dormido, dirigido por Stefano Pioli, el entrenador que se basa en el genio sin fecha de vencimiento. "El aporte de 'Ibra' en este período ha sido excepcional, a nivel técnico, de motivación, de carácter", avisa. Roberto Mancini, el entrenador de Italia que disfrutó al sueco en Inter, no se sorprende: "Será recordado como uno de los mejores delanteros de todos los tiempos. Está al mismo nivel que Leo Messi o Cristiano Ronaldo".

El prestigioso entrenador está confundido: habla del futuro, cuando Zlatan representa al presente. El crack no se basa en la magia del talento: el que crea en historias de fantasía, se equivoca. "Es 30 por ciento de talento y 70 por ciento de esfuerzo", analiza. Y lo sustenta: "Siempre se puede mejorar. Quiero seguir evolucionando, porque mientras siga evolucionando, voy a seguir jugando. Si no, será tiempo de parar. No quiero ser el jugador que solo juega por su nombre o por la historia. Yo quiero seguir haciendo lo mejor, por eso entreno duro. Y quiero conseguir resultados, de eso se trata esto. Si consigo resultados, hago a la gente feliz. Si la gente está feliz, me mantendré en los grandes escenarios. Sino, adiós".

Es una ecuación simple. Zlatan, sin embargo, tiene un secreto. No solo se trata de entrenar duro todos los días.

La alimentación y el taekwondo son dos recursos vitales para su capacidad. Cuando se mudó a Francia (jugó en PSG), se sorprendió con la dieta: es habitual que los jugadores sean libres de decidir su propia comida. Ibrahimovic se quejó por la ausencia de frutas y verduras frescas en el comedor del centro de formación. Es fanático del omelette y sólo de vez en cuando saborea su plato especial: las pizzas italianas. Además, agrega productos con proteínas y alimentos con sustitutos de azúcar que le permiten mantener un balance en su consumo de calorías. Joel Robuchon, un chef de fama mundial fallecido hace dos años, fue su principal aliado.

El talento no viaja solo: Ibrahimovic practica artes marciales, especialmente taekwondo, desde que era niño. Solía concurrir a gimnasios especializados en este arte y hasta llegó a ser cinturón negro Honoris Causa de la Federación Italiana, durante su primera etapa en Milán. Nilson Damacena, un maestro brasileño, tetracampeón sudamericano, le contó más de un secreto de esta disciplina milenaria. Las volteretas sobre el campo de juego no las entrena en las prácticas habituales. La elasticidad de sus músculos se ensayan bajo techo.

O sobre un yate, como se exhibió en el verano europeo. Pero atención: entre tanta diversión y desparpajo, su rutina física y alimentaria no se extravió. Continuó bajo los rayos del sol. En la próxima temporada, tendrá un nuevo número en la camiseta: negro... el 11. El próximo 16 hará su presentación en la Europa League frente a Shamrock Rovers, de Irlanda, mientras que el reinicio de la Serie A está previsto para el 19. "Mi objetivo es el de toda mi vida...ganar", suscribe, altivo, colosal, cuando buena parte de su generación ya disfruta del fútbol desde el cálido sillón de su hogar. Por TV.

"No soy un bad boy. Soy normal. Los demás piensan que soy un bad boy. y me gusta. Me gusta tener esta imagen. Prefiero eso a ser perfecto. Para mí, nadie es perfecto", se ríe, siempre se ríe el gigante del rodete, bigote y barba cuidada, que sigue haciendo goles. El crack que nació viejo y siempre se sintió como un niño.