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Zemanlandia: la ilusión regresa al Pescara

Zdenek Zeman ha regresado al Pescara. Que un entrenador en la setentena asuma el banquillo de un equipo de segunda no debería ser noticia pero con Zeman es diferente. El bohemio, paradigma del fútbol de ataque, suicida en ocasiones, es un personaje indispensable del fútbol italiano en los últimos 20 años que ilusiona al ‘connoisseur’ del fútbol desde su primera frase. “A Pescara le debo algo y por eso estoy aquí” ¿Qué puede deber al club adriático el tipo que les subió a Primera por primera vez en 19 años?

Nel cuore di Zdenek Zeman un posto speciale ce l’hanno Roma e la Roma. I giallorossi li ha allenati in due parentesi (’97-99 e 2012-2013) sfortunate e tribolate. Nemmeno ai laziali, ai quali ha regalato qualche soddisfazione in più, ha lasciato un buon ricordo. (Foto: Getty Images)
Nel cuore di Zdenek Zeman un posto speciale ce l’hanno Roma e la Roma. I giallorossi li ha allenati in due parentesi (’97-99 e 2012-2013) sfortunate e tribolate. Nemmeno ai laziali, ai quali ha regalato qualche soddisfazione in più, ha lasciato un buon ricordo. (Foto: Getty Images)

En el restaurante del checo solo se sirve un plato: el 4-3-3 de ataque innegociable y preparación física brutal. Las especias de esa comida frugal, empachante en muchas ocasiones, la pone la cantera. Con esos ingredientes, Zeman subió al Pescara en 2012 y presentó en sociedad a tres de los mejores talentos que ha dado el fútbol italiano en la última década. Lorenzo Insigne, Ciro Immobile y Marco Verratti son hijos de Zeman, frutos de aquel Pescara que es la última obra exitosa del entrenador checo.

Un breve repaso a lo que proponía Zeman en el Foggia, a principios de los 90, sirve para ilusionar a cualquier aficionado.

Tras aquel ascenso soñado, llegaron las aventuras truncadas en los banquillos de la Roma (en su segunda etapa) y el Cagliari en Italia y del Lugano, en Suiza. El objetivo ahora, eso sí, es bien diferente: el Pescara es el peor equipo de la Serie A y se hunde en la tabla a 13 puntos de los puestos de salvación. La idea es acabar la temporada lo mejor posible y planificar el ascenso la temporada que viene. “Queremos evitar acabar como el peor equipo de Europa”, sentencia Zeman.

Duro en los entrenamientos, innegociable en el planteamiento, Zemen siempre ha sido un personaje de una única cara. Denunció los amaños que pudrieron el fútbol italiano en la época Moggi y también el uso de sustancias dopantes. Se ha cansado de poner el pecho y afirmar que él no entrena solo para ganar sino para que su gente tenga algo dulce que llevarse a la boca cada domingo. Esa pulsión kamikaze le ha relegado al segundo plano, por eso siempre es noticia que un personaje de tal calibre regrese al primero.

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