Yo estuve con el Chapecoense en Colombia

Fuad* es un viejo amigo colombiano, que me contó la historia que presentamos a continuación. Por diferentes situaciones del destino, él y su familia hicieron un gran lazo con miembros del Chapecoense Brasilero en su visita a Barranquilla, Colombia, el pasado mes de octubre. Este testimonio presentado a Yahoo Deportes está escrito por puño y letra de él mismo, siendo solo editado y acompañado periodísticamente por este servidor.

Mis ancestros viajaron hace muchos años desde el Líbano y se asentaron en Colombia los paternos y en Brasil los maternos. En ambos países comenzaron a hacer lo que siempre hacen los árabes al llegar a cualquier sitio: dedicarse al comercio.

La familia de mi papá llegó primero a Maicao, luego vivió en Santa Marta y se radicó definitivamente en Barranquilla, todas ciudades costeras de Colombia. La de mi mamá llegó a la hoy tristemente célebre Chapecó, municipio del Estado de Santa Catarina, al sur de Brasil. Allí nacieron mis tíos y por supuesto mi madre, quien vivió allí hasta los 16 años cuando se casó con mi papá y se fueron a vivir a Barranquilla, de donde somos mis hermanos y yo.

En otras palabras, mi núcleo familiar tiene raíces libanesas, árabes, musulmanas, caribeñas, colombianas y brasileñas. Por si fuera poco desde hace más de 8 años una de mis hermanas y yo, vivimos en Los Estados Unidos, donde han nacido mi hija y mis sobrinos. Esta mezcla nos ha llevado a ser siempre una familia muy singular por la mezcla de cultura global que tenemos, que siempre se demuestra en nuestro modo de vida. Pero algo siempre nos ha caracterizado a todos los miembros de mi familia: El amor por el fútbol.

Mi mamá y yo somos los más futboleros de la familia: Cuando estoy en Colombia vamos juntos al estadio al ver al Atlético Junior, comentamos los partidos y seguimos los resultados por internet. La única diferencia que tenemos en fútbol, es que ella es hincha de la Selección de Brasil y yo de la de Colombia. Y bueno, otra que nos salió apenas este año porque nunca antes habíamos tenido oportunidad: Desde siempre fue hincha de Chapecoense.

Reconozco que nunca tuve mucha cercanía con la escuadra a pesar que de adolescente viajé varias veces a Chapecó a visitar a mi familia, pero si no fuera por mi mamá, poco o nada hubiera sabido del equipo en su tránsito al ascenso en la Serie A Brasileña. El año pasado y gracias a su primera e histórica participación en la Copa Sudamericana, logré ver a mi mamá tan emocionada como cuando iba la Selección de Brasil a Barranquilla. Comentamos mucho la participación del equipo en este torneo y la alegría se fue contagiando en el resto de la familia.

Este año la alegría fue doble porque nuevamente clasificó a la Copa y poco a poco fue ganándose un lugar en el continente hasta tener la oportunidad de jugar con el Atlético Junior en Barranquilla, por los cuartos de final del certamen. Para el partido, disputado el pasado 19 de octubre, yo viajé a mi ciudad natal para verlo con mi familia pero con algo bien definido: soy hincha del Junior.

Dos días antes del encuentro, mis padres, mis hermanas y yo, fuimos al hotel donde estaba concentrado el Chapecoense para ver si podíamos tener acceso a tomarnos fotos con los jugadores, pero nuestra sorpresa fue mayor: No solo pudimos obtener los retratos sino que terminamos siendo amigos de prácticamente toda la delegación del equipo.

Varios directivos comenzaron a hablarnos y quedaron sorprendidos de que mi madre, quién tiene nombre y apellidos muy tradicionales del Líbano, fuera oriunda de Chapecó y además viviera en Barranquilla. A partir de ese momento comenzaron a llamar a varios miembros de la delegación que incluían al hoy fallecido presidente del club Sandro Pallaoro y a Luciano Buligon, Alcalde de la ciudad, quien por una casualidad no se subió con el equipo al fatídico viaje a Medellín. Mi Mamá hablaba de su infancia en Chapecó, del sitio donde vivía su padre y por ser una ciudad tan pequeña, resultó que varias personas que allí estaban habían conocido a mi abuelo. Incluso la sorpresa fue mayor cuando nos enteramos que un antiguo vecino de ella, a quien no veía hacía más de 30 años, era parte también de la delegación.

Curiosamente cuando llegamos a donde los jugadores, los primeros en atendernos fueron Danilo (Q.E.P.D), Alan Ruschell y Jackson Follman, quienes fueron 3 de los sobrevivientes iniciales del siniestro, pero desafortunadamente Danilo murió horas después. Ellos nos trataron como si nos conocieran de toda la vida y pasamos un rato muy agradable.

Fueron muchas fotos, autógrafos e incluso camisetas las que nos regalaron. Una hora después a Adriano Bitencourt, jefe logístico de la delegación, le dimos un pequeño tour por Barranquilla, llevándolo a comprar café colombiano y a cambiar moneda extranjera.

A los dos días, fue el partido en Barranquilla y nos encontramos con dos muchachos que habían llegado desde Chapecó para seguir al equipo. Un total de 7 personas éramos la “barra brasileña” ese día, y a pesar de que el equipo perdió la pasamos muy pero muy bien. Sobre todo mi madre quien era la más emocionada.

Al final del encuentro, Adriano nos hizo seguir a los camerinos donde pudimos compartir con el resto de la plantilla profesional, quienes nos trataron muy bien y siempre estuvieron muy optimistas con poder remontar el marcador en su casa, cosa que lograron 1 semana después.

Siempre me llamó la atención que eran jugadores muy sencillos, muy alegres, con mucho don de gente. Incluso Adriano antes de su viaje a Medellín para la final de la Copa, le escribió a mis hermanas diciendo que ojalá pudiéramos llegar para acompañarlos.

Hoy pienso en todo esto y a veces quiero que sea una pesadilla, no puedo creer como a gente buena y luchadora le ocurra esto. Mi familia está muy triste, por supuesto quien más lo está es mi madre. He tratado de buscar respuestas pero siento que entre más las busque menos las encontraré. Solo puedo enviar un abrazo y la más grande solidaridad a las familias de las víctimas y por supuesto a la ciudad de Chapecó.

*Los nombres del protagonista y de su familia fueron modificados y/o suprimidos por solicitud de los mismos.

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