Xisca Perelló, el talismán de Rafa Nadal

Rafa Nadal sigue batiendo todos los records, alzando el trofeo del torneo Ronald Garros por décima vez.

Del tenista se han derramado ríos de tinta, mientras que de su pareja desde hace 12 años, la mallorquina Xisca Perello, sólo podemos escribir una y otra vez lo mismo.

Y es que la joven destaca por su hermetismo y absoluta discreción, bandera que enarbola al mas puro estilo “dona mallorquina”. Siempre sonriente, amable, educada, elegante en el vestir, al margen de las redes sociales, nunca ha concedido una entrevista. Así es el talismán que acompaña a Rafa Nadal en cada Roland Garros.

Cuentan que en los comienzos de su relación, allá por el 2005, cuando Rafa aún no era conocido, la pareja se paseaba cariñosa por Manacor, el pueblo de ambos. Esto cambió al crecer la popularidad del tenista, y reservaron su amor al más estricto ámbito privado, con excepción de algunos besos sudorosos para celebrar la victoria de turno del deportista.

Xisca tiene 27 años, hija única del constructor Bernat Perello y de la funcionaria María Pascual y estudió en el colegio de monjas La Pureza de María, donde entabló amistad con la hermana del tenista, quien les presenta cuando Xisca tiene 14 años y comienzan a salir un año después.

María Francisca estudió Administración y Dirección de empresas en la Universidad de las Illes Balears, y su obsesión era sacar buenas notas y pasar desapercibida, pues no era fácil para ella ser la pareja de alguien tan mediático. Así, procuraba ocultar su relación con Nadal y rechazaba cualquier trato de favor, como el que intentaron darle en su graduación, al ofrecerle la institución académica unos asientos preferentes en la ceremonia. Resultado: Xisca se sentó con sus compañeros y Rafa ni siquiera acudió.

Unas prácticas en el departamento de Comunicación de Endesa, en Palma de Mallorca, unos trabajos para IMG y Mapfre en Londres, para dedicarse en la actualidad por completo a la Fundación Rafa Nadal, como directora de Integración Social, fundación que da soporte a mas de 500 niños en India.

De aquellos años cuentan que Xisca era (y es) ejemplo de trabajo y saber estar: cuando trabajó en el Stand de la fragata que Mapfre monta para Copa del Rey de Vela en el Real Club Náutico, aguantó durante horas las fotos de los paparazzi y el intento de los periodistas de arrancarle cuatro palabras. Pero la dona nunca ha perdido los papeles: luciendo su color de piel tostado, ligero brillo en los labios y máscara en las pestanas como todo maquillaje, la mallorquina solo sonríe e insiste : “No tengo nada que decir”.

Y nunca ha dicho nada, salvo estas palabras rescatadas de la biografía del tenista: “Viajar juntos a todos lados no sería bueno ni para él ni para mí. Rafa necesita su espacio cuando está compitiendo y la idea de estar ahí todo el tiempo, preocupada de sus necesidades, me agobia (…) Si lo siguiera a todos lados, creo que habría peligro de que nos dejáramos de llevar tan bien”.

A pesar de su evidente belleza y de su cuidado cuerpo, Xisca no es la imagen de ninguna marca, ni aprovecha de ningún modo su relación con el tenista. Es evidente que la joven ha sabido encontrar su espacio y demostrar su valía al margen de su pareja, un ejemplo a seguir.

También te puede interesar:

Shakira desmiente su enemistad con la mujer de Messi

Por fin se conoce la lista de invitados a la boda de Messi y Antonella